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lunes, 2 de diciembre de 2013

ENTREVISTA A ANTONIO PAGUDO

Estuvimos hace algo más de una semana disfrutando en los cines Callao de la Madrid Premiere Week, presenciando el prestreno de la película “Desechos”, dirigida por David Marqués, y protagonizada entre otros por Fernando Tejero, Adriá Collado, Eric Francés, Guillermo Toledo o Antonio Pagudo. Éste último, que estrena esta noche la séptima temporada de “La que se avecina” en Telecinco, ha accedido a hablar con nosotros para hablarnos de este par de proyectos y alguno de sus otros más recientes.

Fotografía de Sergio Navarro
Volvéis a prestrenar la película “Desechos”, después de un pase que se hizo hace unos meses. ¿De qué habla esta película? ¿Cuál es tu personaje?
Es una película sobre unos locos que deciden atracar un banco, una cosa que puede suceder en cualquier momento hoy en día, ¿no? Porque la situación les ha puesto en un aprieto y ven esa como una solución. Y a mi personaje lo llaman para que asesore un poco el tema del robo del banco, y luego nos damos cuenta de que en realidad igual no tiene mucho que ver con eso.
  
¿Te recordó a la trama que tenías en “La que se avecina” con el personaje de Tony (Julio Vélez) en el que te obligaba a atracar un banco?
Yo creo que fue antes “Desechos” que esa trama concreta, pero no tiene nada que ver (Risas). El personaje de Talín, el que hago en esta película, no tiene nada que ver. Este es un personaje muy marcado, muy loco, porque la película tiene eso, ese tipo de personaje. Y la verdad es que disfruté mucho haciéndolo, y al director le gustó mucho, y me ha prometido hacer “Desechos 2”, donde Talín va tener mucho más papel (Risas). Va a ser genial.

¿Habéis tenido alguna anécdota habiendo prestrenado en Callao una película que se titula “Desechos” justo en el momento álgido de la huelga de limpieza de Madrid?
Pues no ha surgido… aunque Eric Francés ha comentado que le ha costado muchísimo trabajo llegar hasta aquí porque había mucho lío de tráfico ahora (Risas). Pero está muy bien traída esa relación (Risas).

Hoy mismo se prestrena también la película “Viral”. ¿Hasta qué punto crees que se están rompiendo los límites de lo que está permitido hacer para conseguir más audiencia, más seguidores o más fans? ¿Dónde pondrías tú esa línea moral?
Está claro que es un mundo que está ahora ahí, que cualquiera puede acceder a eso, cualquiera puede generar un movimiento buscando fans, por twitter o por Facebook, o por otros medios. Bueno, yo realmente he tenido la suerte siempre de participar en grupos de profesionales que siempre afrontan este trabajo desde el cariño, desde la pasión, desde las ganas de contar historias, y nunca me he encontrado con nada de esta guerra. Pero vamos, es un tema de actualidad, claro que sí.

En este ascenso de lo viral, teniendo como figura máxima la plataforma youtube, en una balanza que fuera del entretenimiento al arte, ¿dónde sitúas este tipo de contenido?
Yo la verdad es que soy muy fan de estos contenidos. Creo que cualquier forma de contar cosas es válida. Y son formatos que hoy en día se están acercando mucho a las salas también, cada vez hay más propuestas en ese sentido. Antes era muy difícil tener un subjetivo desde un móvil, hoy en día es una cosa que estamos muy acostumbrados, a esa forma también de que nos cuenten historias. Yo creo que enriquece, lo único que siempre tiene que haber algo detrás, que lo importante de nuestra profesión es que intentemos transmitir un mensaje. Porque para eso somos artistas, para intentar cambiar la sociedad. O eso nos dijeron nuestros maestros (Risas).

Tienes otra película a punto de estrenar, “Save the zombies”, con un reparto con nombres como el de Norma Duval, Enrique San Francisco o Cristina Pedroche. ¿Dónde encaja ese reparto tan variopinto?
No tengo ni idea dónde va a encajar (Risas). Yo me acerqué a ese proyecto por la pasión precisamente del director, y cómo nos involucraba a todos en que participáramos; si estamos todos empezando una carrera hay que apoyarnos todos entre nosotros. Digamos que sólo sé la parte de mi personaje, pero yo me lo pasé muy bien, el personaje es muy divertido, a mí me encanta, y ojalá lo pueda sacar a dar un paseo en alguna otra ocasión. Por otro lado, no tenemos todavía fecha de estreno.

Metiéndonos ya de lleno en “La que se avecina”. ¿Qué vamos a ver en esta séptima temporada?
Vamos a ver más historias diferentes de estos vecinos locos, que yo creo que ya es una garantía estupenda para el espectador, porque van a estar al nivel que nos tienen acostumbrado y más. Y sobretodo tenemos muchísimos cameos esta temporada, van a aparecer muchos artistas invitados, que siempre es un placer que se acerque gente con mucha experiencia y con mucho bagaje en esta profesión y que nos eche una mano para hacer reír a la gente, es una maravilla. Tengo muchísimas ganas de que empiece.

¿Crees que el que los personajes estén ya tan asentados y sean estereotipos muy marcados ha liberado a los guionistas para crear tramas mucho más locas ya que al final con lo que te reconoces son con los personajes?
Sí, bueno, pero también eso es lo que se han ganado a pulso, después de diez años trabajando y haciendo este estilo y esta forma de entender el humor. En realidad creo que ellos han llegado por su madurez creativa a ese punto y hay que aprovecharlo. Pero esto es normal, es orgánico, tenía que suceder, y eso nos va a hacer como espectadores asumir cosas que a lo mejor en otro caso serían más difíciles, pero eso también nos va a abrir más la mente y nos va a liberar para que veamos historias que en realidad son un reflejo de la sociedad, y yo creo que ese es el éxito también de la serie.

¿Cuál ha sido de estas historias locas en que suelen involucrarte personajes como Maxi o Estela Reynolds la que más has disfrutado?
Pues precisamente este año tenemos cosas muy relacionadas con el cine, y van a estar muy divertidas todas esas tramas, no te puedo decir mucho más (Risas).

domingo, 10 de noviembre de 2013

ENTREVISTA A JAIME ORDÓÑEZ

Jaime Ordóñez, conocido colaborador del programa “La noche de José Mota”, ha tenido la oportunidad recientemente de debutar como protagonista en cine por la puerta grande, de mano del director Álex de la Iglesia, en la reciente “Las brujas de Zugarramurdi”. Por ello, le realizamos una entrevista bajo el photocall de la premiere de la película “Stockholm” en los cines Capitol.

¿Qué comentarios han llegado a tus oídos después de hacer un protagonista en “Las brujas de Zugarramurdi”?
Por lo que a mi respecta de la experiencia de trabajar con Álex, el salto de la televisión a tener un papel protagonista con Álex ha sido una experiencia de estas que no se olvidan, ¿no? Idílica, el sueño de cualquier actor, todos los epítetos se te gastan. Y luego he tenido la fortuna de que casi todas las críticas que ha habido de mi trabajo han sido muy buenas y muy positivas, así que muy contento por las dos razones. La palabra o el adjetivo que más se ha comentado ha sido la de “revelación”, lo cual me alegro porque llevo un montón de años trabajando en la profesión, y es necesario a veces hacer una película de esta categoría, con un papel de peso, para que se reconozca tu trabajo. Así que muy feliz de haber trabajado allí con Álex.

¿Qué reflexiones hace sobre la acogida de la película?
Lo más importante es que la película ha funcionado fantásticamente bien en taquilla. Y digo eso, lo más importante, porque si las películas españolas no funcionan en taquilla no se hace más cine español. Con lo cual, si los productores, la distribuidora, tanto Enrique Cerezo como la Universal quedan contentos con el resultado, que ha sido espectacular, especialmente empujado por esa iniciativa de los días del cine, hemos tenido una taquilla muy buena, hemos estado en top diez más de un mes y pico, aun compitiendo con transatlánticos americanos. Esto es bastante esperanzador, y bastante optimista y positivo, sobretodo para que Álex también pueda dirigir películas, para que Enrique produzca más películas españolas y que Universal distribuya.

¿Cómo llegó el proyecto a tus manos?
Por lo que yo llamo un milagro (Risas). Ahora mismo estaba hablando con Enrique Villén, que lleva en esto toda la vida y me dice que el talento no es suficiente sólo para trabajar, necesitas conocer personas, necesitas relacionarte y sobretodo necesitas tener un golpe de suerte: estar en el sitio adecuado y en el momento justo. Y eso me pasó a mí. Álex de la Iglesia es fan de José Mota, me vio en el especial de fin de año que hicimos sobre “Pulp Fiction” en el que yo imitaba a John Travolta, en alguna declaración yo había escuchado decir a Álex que alguien que le hace reír es un Dios, y la verdad es que le encantó mi imitación de Vincent Vega. Hasta que un día, cuando estaba en la promoción de “La chispa de la vida”, coincidí una noche cenando con Álex, él ni siquiera sabía mi nombre ni me ponía cara, hasta que José ya me presentó, y a raíz de eso y unas cuantas charlas más me dijo que iba a ser el taxista de su película (Risas). Como te puedes imaginar, yo ni me lo creí: ni me lo creí cuando me lo dijo, ni me lo creí cuando me lo volvió a repetir, ni me lo creí cuando dijo que iba a ser un papel protagonista. Y cuando me pasó el guion empecé a buscar a ver en qué página moría (Risas). Y entonces me di cuenta de que este personaje llegaba hasta el final. Aun así no me lo creía hasta que el primer día gritaron “acción”. Esa ha sido la carambola hasta hacer un protagonista con Álex, así que me siento un privilegiado, sinceramente.

Hablando ahora de “La noche de José Mota”. ¿Para cuando tendremos las próximas entregas del programa de humor?
Pues mira, no va a haber temporada de “La noche de José Mota” como programa de humor, porque José está enfrascado ahora mismo en otros proyectos y va a priorizarlos. Este año no va a haber programa de humor para decepción de muchos que le siguen desde hace tiempo. Pero es lógico, porque José quiere hacer otras cosas, quiere crecer, quiere alternar, quiere hacer otros proyectos, que de hecho verá la luz en la misma cadena, en Telecinco.

Fotografía por Cristina Aragón
¿Cuál crees que es la fórmula del humor de José Mota, para que siga provocando la carcajada después de tantos años en televisión?
Para mí creo que son tres cosas. Primero que es un humor muy inteligente, un humor para todos los públicos (tanto lo puede ver un niño, como un padre, como un abuelo), y cubre todos los espectros sociales (hace de pronto un gag muy inteligente con una referencia cinéfila, como de pronto hace esa “Vieja del Visillo”, que es muy reconocible tanto como para la gente rural o para los niños). Y luego que José es un trabajador incansable, inagotable, es un perfeccionista: es el primero que llega, el último que se va, y sigue dándole vueltas a las cosas, las piensa mucho, las vuelve a pensar, las vuelve a meditar, y luego pasa horas cocinando el producto muy de cerca. Porque la gente piensa que José graba y se va, pero no. José está presente en el proceso de montaje, de posproducción, de efectos especiales, de efectos de sonido… lo supervisa todo. Es un trabajo muy personal, pone el corazón en las cosas que hace, y cuando tú pones el corazón en las cosas que haces el resultado es éste. 

Por último, ¿cuáles son los proyectos que tienes en un futuro próximo?
Pues ahora desgraciadamente no tengo ningún proyecto, estoy un poco a la espera de que salgan cosas. En esta profesión siempre estás en la cuerda floja y tienes que acostumbrarte a vivir así. Ahora estoy atesorando un dossier con todo lo que ha salido de la película, haciendo mi pequeño videobook para moverlo, así que estoy ahora mismo en compás de espera.

miércoles, 16 de enero de 2013

OVERBOOKING EN "LA QUE SE AVECINA"


“La que se avecina” vuelve a reforzarse en esta recta final de temporada con la incorporación de Fernando Tejero dando vida al padre de Lola, y la que se producirá dentro de dos capítulos con la vuelta de Antonia San Juan. Con el retorno también del actor Adriá Collado y la reaparición como actriz regular de Silvia Abril, la familia de Montepinar ha ido creciendo más y más, y esto está trayendo graves consecuencias a la hora de dar minutos en pantalla a todos sus integrantes. Aunque ya se venía advirtiendo desde hace tiempo, este episodio ha sido un claro ejemplo de que no hay sitio para todos.

Esta temporada, uno de los personajes que más se ha visto relegado ha sido Coque (Nacho Guerreros), prácticamente inédito, cuando en otras temporadas había sido uno de los puntales cómicos fundamentales. Otros personajes que ya eran eminentemente secundarios, como Vicente (Ricardo Arroyo), Nines (Cristina Medina) o Leo (Luis Miguel Seguí), lo siguen siendo. Y hemos visto salidas definitivas como la de Izaskun (Mariví Bilbao) pero también algunas esporádicas como las de Araceli (Isabel Ordaz) y Fran (Eduardo García), que casi con toda seguridad no volverán ya esta temporada. Por otro lado tenemos la incorporación de Adriá Collado, que probablemente por este exceso de actores y personajes, no ha brillado tanto como debería y exceptuando los coqueteos con Maite (Eva Isanta) y su recién asumida paternidad con “Ojos de pollo” ahora se ha vuelto relegado de nuevo a aparecer esporádicamente en escenas con Raquel (Vanessa Romero). El personaje de Araceli también ha sido digno de mención, ya que reapareció con fuerza, pero se ha ido desinflando poco a poco y ha estado más fuera que dentro de la ficción. “La que se avecina” es probablemente la serie española más coral del momento (si no tenemos en cuenta las tiras diarias como pueden ser “El secreto de Puente Viejo”, “Amar es para siempre” y compañía).

Y es que pese a esta coralidad, sucede que las tramas potentes en “La que se avecina” están bastante polarizadas: La de los leones huevones que pivota en una nueva idea descabellada en la que se involucra a Amador (Pablo Chiapella), otra que suele pivotar en Enrique (Jose Luis Gil) y que suele tener como partenaires a Judith (Cristina Castaño) y en ocasiones a Araceli, y luego otra que involucra a Antonio Recio (Jordi Sánchez) o a la pareja formada por Javi (Antonio Pagudo) y Lola (Macarena Gómez). Por ello, hay personajes que tienen muy pocas probabilidades de tener una trama propia en la que participen con frecuencia, y aun así se les mantiene en el reparto. ¿Por qué? Porque parte del éxito de la serie está en el “Ay Gregoria” que suelta de vez en cuando Vicente, o en el “Te reviento” que siempre tiene como objeto sufriente a Leo… Otro caso es el de Adriá Collado, que no parece haber encontrado en su vuelta el sitio en la ficción, por lo que parece uno de los desaciertos de esta temporada. Sin embargo, estos secundarios recurrentes son a veces los que más sorprenden, por el simple hecho de no estar tan quemados como lo pueden estar Recio o Amador. Por esto, la pregunta es: ¿Les compensa al equipo de producción tener a estos actores simplemente para el mero hecho de hacer un par de gags por capítulo? La decisión final, la tiene la productora.

viernes, 7 de septiembre de 2012

1ª TEMPORADA DE "FRÁGILES"


La serie “Frágiles” ha finalizado este jueves por la noche su primera temporada, que ha constado de solamente ocho episodios de una duración media de una hora. Sin conocer noticias sobre una posible renovación para una segunda temporada o la cancelación del producto, nos metemos de lleno en el análisis de estas entregas de la producción de Isla.

(SPOILERS)
La serie nos ha dado prácticamente lo que nos prometía desde un principio, una serie hermana mayor de lo que podía ser “La Pecera de Eva”, donde los casos a tratar eran un poco más enrevesados pero a la vez más interesantes, para propiciar varios giros de guion dentro de cada capítulo, algo que de lo que no necesitaba ni se jugaba en la serie protagonizada por Alexandra Jiménez. A este parecer, he de mencionar que algún caso ha estado algo pillado por pinzas, muchas veces por la naturaleza del caso en sí. Lo que verdaderamente importa son las relaciones y psicología del personaje, por lo que se han tenido que inventar síntomas físicos como la parálisis parcial del personaje de Carlos Santos que luego revelaron una neurosífilis o la tortícolis del de Antonio Muñoz de Mesa que solo era un síntoma del estrés que le estaba produciendo el no poder decidirse entre los dos amores de su vida. Esta es una herramienta lógica por otra parte, ya que Pablo es fisioterapeuta y no psicólogo, por lo que los guionistas se ven obligados a acercar de la forma que se les ocurre el problema a nuestro protagonista. Esto ha llegado al extremo de plantearnos situaciones poco creíbles en las que por ejemplo, ante la desaparición de su hermano (interpretado por Nacho Aldeguer), uno de los personajes recurría a Pablo para buscarle.

Los casos episódicos han sido algunos más entretenidos que otros, haciendo mención a parte de este penúltimo episodio en la que se nos ha mostrado una suerte de crossover-spin off cogiendo a los tres psicólogos de “La Pecera de Eva”. Del resto de casos,  yo resaltaría “El mentiroso” por tratar un tema tan actual e integrarlo tan bien en la enfermedad además de propinar varios efectivos giros de guion; y también el centrado en el personaje de Antonia San Juan, que nos ofrece una interpretación de la actriz muy alejada al personaje de “La que se avecina” y el tratamiento de un conflicto muy universal. En cuanto a las tramas horizontales, se ha jugado un poco a la telenovela con el triángulo amoroso entre Teresa (Elia Galera), José (Fran Nortes) y Pablo, resolviéndose este segundo como un antagonista perturbado que oscila entre el dolor y la culpa más humanas hasta las acciones moralmente más reprobables por reconquistar a su amada. La relación más entrañable ha pivotado en Lola (Ruth Nuñez), una chica con Síndrome de Asperger obligada a salir al mundo real y enfrentarse a un primer amor (Karim El-Kerem), un fisioterapeuta que se convierte en su amigo (Santi Millán), y que ponen la relación con su madre (Luisa Martín) patas arriba. A nivel interpretativo me ha sucedido un fenómeno extraño en el que en un principio Santi Millán me sorprendió gratamente haciendo a un Pablo muy creíble y con matices, alejado de la sobreactuación propia de él, pero poco a poco he ido notando sus carencias evidenciando un limitado campo de recursos que supongo que son más visibles al ser el protagonista indiscutible. Me ha sucedido al contrario con Ruth Nuñez, cuyo timbre de voz y forma de gesticular me irritaba en un principio pero que poco a poco se ha ido revelando como la forma efectiva de dar vida a este personaje tan conflictivo consigo mismo, con esa economía gestual y tonal que propicia que cualquier cambio en estos dos elementos produzcan la emoción en el espectador.

Este último episodio deja en alto varias tramas de largo recorrido, amorosas en casi todos los aspectos, en las que Pablo se lanza a la piscina y por fin besa a Teresa, justo en el momento en que Ana (Sandra Ferrús) está siendo trasladada a una residencia y abre los ojos. Parece que así están abiertas las puertas a una segunda temporada donde el triángulo amoroso ya no sería tanto José-Teresa-Pablo sino Teresa-Pablo-Ana, y sería interesante ver qué papel tomaría Pilar (Norma Ruíz) ante esta situación. Esta continuación pasaría también por seguir apostando por casos episódicos cimentados en buenas historias y buenas interpretaciones, base del buen hacer de la primera temporada, que contó con cameos como los de Blanca Portillo, Diego Martín o Antonia San Juan. ¿Os gustaría ver una segunda temporada de “Frágiles”?

jueves, 16 de agosto de 2012

PRIMERAS IMPRESIONES DE "FRÁGILES"


Pablo es un fisioterapeuta algo particular, ya que sus métodos van más allá de los puramente físico, y además, no solo intenta aliviar su dolor muscular sino también el emocional, lo que es mucho más complicado y suele hacer de sus pacientes personajes realmente “frágiles”. Además, nos encontramos con la paradoja de que mientras Pablo intenta curar a sus pacientes, es incapaz de aliviar sus problemas surgidos del accidente que ha postrado a su mujer en un coma profundo.

No podemos obviar que el personaje principal interpretado por Santi Millán nos recuerde vagamente al de “House” en su forma cínica e incluso algo agresiva de enfrentar sus relaciones y sus terapias, pero es que la sombra del doctor es alargada y parece ya imposible crear un personaje que sea médico, doctor o similar que no nos recuerde a él en cuanto los métodos que utiliza ya no son los habituales. Pablo es de alguna forma positivo, no tan autodestructivo como “House” sino con una coraza que le protege del dolor que le causa su mujer en coma, es directo pero tiene límites, tampoco es pésimo en las relaciones humanas sino más bien selectivo y pragmático. El siguiente paso de guion era formar un círculo de relaciones que no limiten la serie a tres o cuatro consultas cada capítulo: en este respecto tenemos a Pilar (Norma Ruíz), la cuñada de Pablo que sirve como apoyo y que contradictoriamente fue una de las razones por las que estuvo a punto de cortar con su mujer, y que se nos muestra como una mujer manipuladora y posesiva, que sabe jugar sus cartas para conseguir no quedarse sola; por otro lado tenemos a su esposa (Sandra Ferrús), que la tenemos en coma desde el principio de la serie pero sobre la que pilotan varios flashbacks que nos muestran la vida de Pablo. Aquí entran tres personajes que se encuentran en un punto intermedio entre paciente y personajes relacionales, ya que además de no ser episódicos tienen una relación más continuada y de más largo recorrido: estos son: Una joven con Síndrome de Asperger que no deja que nadie la toque (Ruth Nuñez) y su madre protectora (Luisa Martín), y una mujer que está asumiendo la rehabilitación después de un accidente que la dejó en silla de ruedas (Elia Galera).

Uno de los valores fuertes de la serie es el gran reparto, en el que brillan con luz propia Elia Galera y Luisa Martín. Y no hablamos solo del elenco protagonista, sino en los actores episódicos que intervendrán en esta primera temporada y entre los que se encuentran profesionales de la talla de Blanca Portillo, Diego Martín, Antonia San Juan, Alexandra Jiménez o Carlos Santos. Las historias que se han tratado hasta el momento, son algunas bastante manidas y no excesivamente originales, pero funcionan gracias a las grandes interpretaciones del reparto y en algún momento consiguen sorprender (como cuando entendemos que el marido de la mujer en silla de ruedas la estaba cambiando la medicación para evitar su recuperación y así no perderla), hacernos pensar en las dificultades que conlleva la enfermedad (la decisión a la que se enfrenta el personaje de Blanca Portillo sobre seguir con el embarazo a riesgo de desviarse la columna) o emocionar (como la primera vez que Lola se deja tocar por Pablo). Entraña cierta seguridad el que se trate del equipo que ya hizo “La pecera de Eva”, pero por otro lado, eso también suponga probablemente que no nos van a contar cosas muy diferentes: lo que se pide aquí, es que los casos sean un poco más extremos (que no inverosímiles) y traten problemas o conflictos de más envergadura, ya que está claro que no hay una historia horizontal más allá del (si se puede llamar así) cuadrángulo amoroso que se formará entre Pablo, su mujer en coma, Teresa, y el marido de esta; añadido a esto la cuñada, que está obviamente enganchada a nuestro protagonista. Más allá de esto, lo que nos queda por disfrutar son los casos médicos y la evolución emocional del psicoterapeuta.

miércoles, 5 de octubre de 2011

ESTRENO DE "HOMICIDIOS"


Telecinco vuelve a la carga con un drama policiaco, olvidado desde que terminara uno de sus buques insignia de estos últimos años: “El comisario”. Aquí vuelve a apostar por una ficción procedimental que cuenta la vida de una comisaría, y que consta tanto de casos autoconclusivos (que se resuelven en el mismo capítulo en que se plantean) pero también con una línea argumental de largo recorrido sobre un asesino en serie que tiene en el punto de mira a Sóller, el psicólogo consultor que está ayudando a la brigada en su detención.

Este personaje, que está interpretado por el cinematográfico Eduardo Noriega, es un hombre algo altivo, con un fuerte ego, culto, instruido en la construcción de perfiles criminales, licenciado en psicología, y que descubre que uno de sus pacientes se ha visto involucrado en el caso de un asesino en serie que lleva esta comisaría. La inspectora jefe del departamento es Eva Hernández (Celia Freijeiro), una mujer racional, que tiene una relación estable con un juez (que parece que poco a poco se irá desmoronando según Sóller entre en su vida) y que trata correctamente a sus subordinados. Este personaje está mucho mejor encarnado en los capítulos que lleva transcurrido la ficción que el de Eduardo Noriega, algo sobreactuado en algunas ocasiones, que da la impresión de que tratara de lucirse en cada escena poniendo la cara de Patrick Jane en El Mentalista en plan “aunque vosotros no os deis cuenta estoy captando detalles que vosotros sois capaces de vislumbrar”. Estos dos personajes tienen una historia de amor anterior, por lo que la relación de tensión sexual no resuelta será uno de los puntales de la serie, sin embargo su relación se me hace un poco artificial. Sin embargo, la construcción en cuanto a los diálogos y la forma de proceder de los secundarios es mucho más humana que la de los protagonistas, tal vez en un principio menos interesante o llamativa, pero más apegada a la realidad, y que poco a poco si mantienen esa dinámica podrán suscitar reacciones complejas basados en la biografía y características de cada uno. En este grupo encontramos a los agentes Alonso Izquierdo (Carlos García), Pablo Montero (Enrique Berrendero) y la recién incorporada María Losada (Vicky Luento). Volvemos a ver de nuevo en el papel de forense a Marián Aguilera, esta vez menos fría y más extrovertida que su Silvia de “Los Hombres de Paco”, y para cerrar el reparto nos encontramos a Esmeralda Moya como camarera de un bar que suele frecuentar Sóller y a Mariano Venancio como el comisario Andrés Ramos.

La trama que nos presentan como telón de fondo y que se desarrollará durante toda la temporada (o temporadas si las hubiera), es la de la caza de un asesino en serie que utiliza a gente con personalidades psicopáticas casi rehabilitados, para penetrar en sus fantasmas y destrozar las barreras que la terapia había creado y obligarles a matar por él. De momento, algunos de los pasos que se han dado en relación a esta investigación han sido un poco toscos y poco explicados, pero sinceramente a mí es lo que más me llama la atención de la ficción (sí es cierto que soy un apasionado de las intrigas de asesinos en serie). Habrá que ver como llevan la investigación, ya que el sujeto parece querer jugar con Sóller, y la perspicacia y formación de este será pieza clave para su identificación y detención. Para hacer otro símil con una ficción americana, “el cazador” es el particular “John el Rojo” para el personaje de Eduardo Noriega. Los casos que se desarrollan independientemente cada capítulo, a pesar de ser asesinatos, como sucede en la mayoría de las series policiacas al uso, tienen la peculiaridad que en la mayoría de los casos se encuentran en el umbral en que el causante del delito suele tener una personalidad psicopática o sociopática (una mujer que mata a su marido por venganza no entraría en este grupo, por ejemplo), por lo que ahí es necesaria la intervención del personaje de Noriega. Por eso, estaríamos hablando de una ficción que toma elementos tanto de otros dramas criminales como “CSI” o “El comisario” pero bebe también bastante significativamente de “Mentes Criminales”, sobre todo en la figura de Tomás Sóller.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

ESTRENO DE "CHEERS"


Desde hace un par de semanas, Telecinco emite en su franja de prime time de los domingos el remake de la serie americana de culto “Cheers”. Con el mismo nombre, y bajo el formato de sitcom de alrededor de 30 minutos, nos presenta versiones actualizadas y nacionalizadas de los personajes de la serie originaria, que se relacionan fundamentalmente en un bar que da nombre a la serie, y cuyas conversaciones e interacciones forman el eje principal de la trama.

Lo primero que debo admitir es que no he visto la serie original, así que me desmarcaré de las comparaciones e iré de lleno a exponer los puntos de vista que he podido adquirir a la vista de estos primeros cuatro capítulos. Primero iremos personaje por personaje. A pesar de ser una serie coral, podemos hablar de que las cabezas visibles de la sitcom lo forman los personajes de Alberto San Juan (el camarero guaperas) y Antonio Resines (el psicólogo que acaba de ser abandonado por su mujer); el primero aprovechará seguramente su vis cómica para dar vida a su alter ego ligón, chulo y ocurrente, pero sin embargo hay que tener en cuenta que a este actor nunca se le ha llegado a ver cómodo en televisión; cosa contraria le ha ocurrido a Antonio Resines, que se ha prodigado desde hace prácticamente una década solo en televisión, y que corre el riesgo de hacer una parodia o una prolongación de su personaje de Antonio Resines (pese al moderadamente radical cambio físico), y de convertir a los tres o cuatro protagonistas (ya veremos cómo se desarrolla su importancia) en unas meras calcas de Santi, Fiti y Diego en un bar un poco más estiloso que la taberna de “Los Serrano”.

Para desmarcarse de la serie original americana y de un posible acercamiento al espíritu y esencia de “Los Serrano” o “Los hombres de Paco”, deben potenciar el resto de los personajes que conforman el reparto. Por un lado el de Alexandra Jiménez, la estudiante de Bellas Artes al que su padre ha dejado sin dinero y sin estatus social, y que se ve obligada a trabajar de camarera en el bar, personaje al que doy más posiblidades gracias a la actriz que lo interpreta. También sería interesante potenciar el de Ricardo (Luis Bermejo), al tratarse del miembro del reparto menos conocido, y un personaje tan manipulable y expresivo al que se le puede sacar mucho jugo, ya que el resto del casting da cierta sensación de refrito de otras series. Por último, deben saber combinar y dosificar con acierto las apariciones de los personajes de Chiqui Fernández (la camarera borde y amargada), de Joan Pera (el camarero antiguo, entrañable y olvidadizo) y Adam Jeziersky (el camarero extranjero y con pocas neuronas que no entiende muy bien el idioma). Este último ya ha dado muestras de tener potencial, gracias a una interpretación muy correcta del actor, haciendo olvidar rápidamente a su Gorka de “Física o Química”, y aunque algunos diálogos un poco burdos le quieran restar mérito.

De lo visto hasta este momento lo que más evidente me ha resultado es que los diálogos no están muy pulidos. Si es verdad, como dijo Antonio Resines en unas declaraciones recientes, que se han comprado los guiones de la serie original, pero no vale solo con cambiar un par de bromas y meter un par de chistes y clichés patrios, sino que hay que usar a los personajes para crear unas situaciones que emanen de las relaciones de estos personajes adaptados. Por otro lado, uno de los puntos positivos de la serie para conseguir su continuidad, está en la posibilidad tan abierta de introducir cameos puntuales, tal y como sucediera con “7 vidas”, y que ya hemos visto en estos primeros episodios en el caso de José Coronado, Ana Belén, Sara Carbonero, Fátima Baeza o Fernando Andina. Sin embargo, a esta serie la queda mucho camino por recorrer si quiere aguantar en la encarnizada lucha por las audiencias de esta temporada.

martes, 17 de mayo de 2011

FINAL DE LA 1ª TEMPORADA DE ÁNGEL O DEMONIO


El pasado martes 10 de mayo acabó de emitirse en Telecinco el decimotercer y último capítulo de la primera temporada de “Ángel o demonio”. Después de haber creado mis hipótesis después de ver los primeros capítulos de la serie he de decir que el contenido y las tramas no han ido exactamente por dónde me había imaginado/me habría gustado.

Si he acertado en anticipar e imaginar que los capítulos tendrían una trama autoconclusiva en la que los “ángeles” y los “demonios” se juegan el alma de un mortal, al que estos segundos intentan arrastrar a las debilidades más profundas de su corazón, o alimentar su lado oscuro para destruir o bien su vida o bien la de su familia. Sin embargo, el papel que toma en estas tramas el lado de (los llamaremos así) buenos es prácticamente puntual. Yo me imaginaba que los dos bandos se batirían en un duelo en el que cada uno desplegaría su estrategia para salvar o enterrar el alma de esa persona, pero lo único que vemos es el proceso en el que va cayendo el sujeto, alentado por los miembros del lado oscuro, que interfieren en su vida de forma a veces bastante original y sugestiva; pero el papel de Valeria (ya que Nathael nunca se involucra en esas contiendas) se limita prácticamente salvar a la persona, si lo logra (ya que no siempre es así, y eso me parece bastante positivo para la serie), solo en el último momento y cuando está a punto de sucederle el más fatal de los destinos. Por otro lado, la serie parece no decidir que target quiere abarcar: por un lado intenta ponerse un poco más seria cuando trata los temas de las debilidades, pasiones y conflictos de la raza humana, además de la lucha un poco más filosófica entre el bien y el mal; pero por otro lado mantiene ese toque de drama adolescente a lo “Al salir de clase”, tanto por la relación tormentosa que mantienen Valeria y Damián (y que va para peor y para muy largo), como por la introducción de la típica clase en plan “Zurbarán” con varios de sus miembros liados y que incorporan el elemento líos amoroso de la serie.

Respecto a las interpretaciones, aquí se comprueba claramente la idea que suele flotar en el mundo de audiovisual de que es más divertido interpretar a los villanos. Y es que tanto Mar Saura en el papel de Alexia (toda una revelación), Carla Nieto como la gótica y transgresora Iris, como sobre todo Jorge Suquet en el de Graziel (el desparpajo con lo que lo interpreta es de las cosas más divertidas que tenemos en este producto) están más que notables. Se nos queda un poco extraño y evidente el doblaje de la voz de la niña pequeña, a la que cada vez se la da menos importancia y escenas, pero que es algo razonable al fin y al cabo; aun así entre los tres forman una curiosa, lujuriosa e irreverente familia. Echo de menos una mayor intervención de Manu Fullola (Nathael), ya que básicamente solo se le ha visto en su relación ancestral de amor-odio con Alexia y dando consejos encriptados a Valeria en plan Yoda. Aura Garrido realiza con corrección su papel protagonista y Jaime Olías, aunque desentona de vez en cuando, hará sin duda las delicias de las jóvenes adolescentes; sin embargo, para mí, el verdadero placer es ver algunas de las escenas de los siervos del mal, y que es algo que deben potenciar para la próxima temporada. Otro elemento a pulir, como ya se ha dicho es intentar centrar un poco su punto de mira, y decidir a qué público se quieren dirigir definitivamente; así como introducir un papel más importante al lado de los ángeles en la lucha que se libra por las almas cada capítulo. Por último, y en una trama que sí me ha gustado, me alegro el que se haya dado bastante coba al personaje del cura (Roberto Hoyas), ya que poner en una diatriba a una personalidad en principio tan orientada la balanza hacia el bien, y pervertirle de esa manera, ha dado a mi entender, algunos de los momentos más inquietantes o intensos de esta temporada: a ver si logran repetir este efecto con alguno de los personajes en la próxima segunda temporada, que empieza esta misma noche.

domingo, 15 de mayo de 2011

LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE ANTONIO RECIO


Antonio Recio, interpretado de forma magistral por el actor catalán Jordi Sánchez, es un personaje machista, misógino, egoísta, racista, enormemente narcisista, con un complejo de inferioridad tremendo y con graves déficits emocionales. ¿Por qué nos resultan tan atractivos y llamativos este tipo de personajes tan detestables? Nos encontramos por ejemplo ante personajes del mismo corte como Mauricio Colmenero o José Luis Torrente, que son la viva encarnación del carácter más detestable e indeseable de la raza humana. ¿Por qué nos gustan estos personajes?

Por un lado hay que tener en cuenta que se nos muestra esta visión sucia y rastrera del personaje de una forma desenfadada, políticamente incorrecta, con diálogos muy potentes y trabajados (creando un personaje que nunca es plano, y que suelen crear tarde o temprano muletillas o discursos muy representativos de su carácter), y que son las frases que a todo el mundo nos gustaría decir en algún momento concreto pero que nadie es capaz de hacerlo, por las convenciones sociales y por respeto a la sociedad en la que vivimos, y que no tiene nada que ver con ser racista, misógino o despreciativo. Este es uno de los elementos que conforman el que el personaje nos resulta atractivo, pero ¿cómo se consigue que el espectador se identifique con él y que no se le odie? Que es al fin y al cabo lo que en principio parecería más lógico… Esto es gracias a que en uno u otro momentos siempre nos acaban mostrando su pequeño corazoncito, sus carencias o sus miserias, que de alguna forma justifican en cierta medida su comportamiento, y que suele tratarse de déficit de cariño, soledad, problemas familiares… es como una llamada de atención, como el niño que tira la papilla porque no tiene otra forma de expresarse ante sus demonios personales y necesidades de reconocimiento, por lo que de alguna forma lo toleramos como una coraza lícita. Además, la vida o las situaciones en las que se envuelve, suele devolverle con creces el daño que causa o la forma tan rastrera de la que actúa, siempre suele haber una especie de “justicia poética” por lo que al personaje le dan su merecido o recibe su castigo. Por eso, el espectador no se siente tan mal al empatizar con un personaje tan rastrero, maquiavélico y egoísta.

Por otro lado, influye mucho el trabajo del actor, que tiene que saber sacar ese lado de humanidad que justifica el lado canalla del que hace gala, ya sea bien Santiago Segura al dar ese patetismo a un personaje tan casposo, que vemos que es un perdedor al fin y al cabo aunque él trate de negarlo, y por ello nos apiadamos de él; o bien Marino Peña con un excelente ejercicio del Mauricio más sensible que nos muestra su soledad, grandes problemas afectivos y que realmente aunque le putee, depende de Chema, que es su único amigo; y por último tenemos a Jordi Sánchez, que ha sabido sacar a relucir todos los traumas de infancia y la frustración que siente como persona, en algunas escenas como las que ha compartido con Judith (Cristina Castaño) en la sesión de terapia o cuando se derrumbó ante la realidad de que su mujer le había estado engañando con el portero del edificio. Otro claro ejemplo es la excelente relación que han creado con el personaje de Enrique, al que manipula y hace la vida imposible, pero que al que realmente necesita para no sentirse solo y fracasado. Aunque sus formas sean fascistas, totalitarias y descalificadoras, su dolor es real ante estos factores.

Un paso más allá se dio a mi parecer con el personaje de Benjamin Linus, un malo malísimo que pese a sus fechorías, egoísmo y a su comportamiento maquiavélico y su continua diatriba, se puso en un conflicto interno muy sugestivo al espectador al  mostrar por otro lado su lado más endeble ante la muerte de su hija, mostrando su duro pasado bajo un padre que no es capaz de acordarse ni de su cumpleaños y que le culpa de la muerte de su madre, y mostrando los grandes problemas de seguridad que ha ido albergando en su estancia en la isla.

lunes, 9 de mayo de 2011

NUEVA TEMPORADA DE "LA QUE SE AVECINA"


Este mayo ha vuelto a nuestras pantallas la serie “La que se avecina”. La que derivara de la exitosa “Aquí no hay quien viva” ha tomado cuerpo propio, ha conseguido que los personajes nuevos se adueñen de la ficción y ha logrado crear una esencia propia, basada eso sí, en el mismo estilo de humor y en situaciones similares dentro de una comunidad de vecinos. Las tramas, ahora que ya ha quedado claro que el éxito de la serie está en los personajes, son totalmente surrealistas y los guionistas ya no parecen tener límites; para ejemplo una escena del segundo capítulo en que Coque acaba de caer en del techo del baño de la casa de Enrique incrustado en el tubo de la ventilación. Los personajes que se encuentran en el salón no hacen ademán ni de sorprenderse, Francisco José (Eduardo García, el hijo del personaje de Enrique) se limita a abrirle la puerta para que se marche sin pedir explicaciones; toda una declaración de intenciones y que define muy bien la forma de proceder de los guionistas: carta libre y alfombra roja para el surrealismo y las situaciones disparatadas.

Nos encontramos en esta temporada con las bajas por un lado de Estela Reynolds (Antonia San Juan) y la temporal de Lola (Macarena Gómez), que realmente iban en un pack y que cierran uno de los frentes que eran titulares en las tramas de cada capítulo, aunque el personaje de esta primera gustó mucho a la audiencia y ayudó a dar savia nueva a la serie, creo que no echaré de menos el histrionismo de ninguna de las dos. Por otro lado, también ha abandonado la serie Gemma Cuervo, por lo que Mariví Bilbao se nos queda como única protagonista de la tercera edad, a la que poco a poco se va relegando a un par de frases esporádicas: comprensible y necesario. En cuanto a las incorporaciones, mencionar que tanto la vuelta de Araceli (Isabel Ordaz) como la aparición de una pareja de sexo femenino para esta (María Casal) no supone a mi entender un gran acierto en sí mismo como personajes, pero sí para potenciar el personaje de Enrique, que está tomando cada vez más cuerpo, dotándole cada vez de más aristas ya que es un hombre al que todo le supera (su mujer se ha hecho lesbiana, tiene un hijo más que problemático, fue secuestrado por el moroso, y su “mejor amigo” Antonio Recio le trae por el camino de la amargura) pero siempre acaba levantándose a su manera. Aquí entra también en juego el personaje de Judith (Cristina Castaño), que está muy revalorizado tanto por el tira y afloja que se trae con Enrique y su nueva posición de presidenta, y sobre todo por el gran trabajo que está desempeñando últimamente la actriz.

El otro núcleo principal de la serie es en mi opinión el compuesto por el mismo Enrique, Coque y Antonio Recio, que en estos primeros momentos de la temporada parece algo difuso pero que con la incorporación de Parrales puede crear situaciones desternillantes y fuera de los estereotipos a los que estamos acostumbrados en otras series más costumbristas. El otro pilar se encuentra en Amador (Pablo Chiapella), al que se le ha introducido el personaje de su madre (Amparo Leal) no me acaba de convencer ya que me parece una triste caricatura de la Sole de “7 vidas” y que con los pocos capítulos que llevamos ya se me hace algo cansina, pero sí que se está fortaleciendo también ciertos lazos con el grupo del bar como un ente en sí mismo: Javi, Maxi, Leo y Vicente han dejado de ser personajes individuales para formar una unidad en sí misma, “el grupo del bar”. Otro de los aciertos que deben potenciar es dar de nuevo más protagonismo al personaje de Nines, una mujer borde, pasota, liberal e irreverente que es uno de los personajes con más posibilidades en torno al reparto femenino (por encima Raquel, Mayte o Berta). Así podemos comprobar, que los personajes que más gustan y que más opciones de humor ácido ofrecen son los que peor podrían caer si de verdad los tuviéramos en el rellano de casa (Antonio Recio, Nines, Coque…). En conclusión, ya que tanto guionistas como actores tienen tan cogido el punto a los personajes más sugerentes de la serie, y a pesar de no haber apostado por dar un paso más, tenemos situaciones surrealistas para rato en “La que se avecina”.

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