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jueves, 23 de julio de 2015

UNOS DÍAS PARA RECORDAR



Tras un accidente (Gérard Lanvin), un solitario sesentón debe permanecer en un hospital con la pierna escayolada a merced de las visitas rutinarias de médicos y enfermeras, amigos y visitas imprevistas.

Bajo el pretexto de averiguar qué le ha ocurrido para acabar arrojado al Senna y de tener que quedarse unos días guardando cama, Jean Becker nos plantea el retrato de un hombre que ya está encaminado hacia la vejez, y bajo el tono de una comedia suave y muy blanca nos habla del carácter de un hombre enfrentado a sus prejuicios, a su manera de ver el mundo y al contacto obligado. Por un lado, le veremos tratar con la persona que le salvó de morir ahogado, que resulta ser un chapero que estaba ejerciendo en el momento de encontrarse en tal situación, con el que chocará por sus valores rígidos. Por otro lado, tendrá que acostumbrarse y amoldarse a la visita tanto de doctores como de pacientes que tienen sus propios problemas emocionales, a los que tendrá que reaccionar no teniendo otra opción que la de permanecer encerrado. Y el círculo se cierra con el apartado familiar y afectiva, teniendo que lidiar con las visitas tanto de su hermano como con una ex con la que acabó abruptamente por motivos que se irán resolviendo.

Bajo este esquema de personajes, el protagonista interpretado por Géard Lanvin nos ofrece una hora y media amena pero con falta de intención. Ni el argumento es novedoso, ni los personajes ni conflictos lo son, ni el espíritu con el que se trata la historia tiene algo particular con lo que resaltar la obra del director francés. Es una acometida bondadosa, con mano diestra para los momentos agradables, y con un personaje definido que ni sobresale ni se queda cojo, sino que cumple sin más su cometido. Se echa en falta quizás un poco más de riesgo en la propuesta, una búsqueda de personajes más veraces y menos pintados que los que se ofrece, intentando eso sí no irse al esperpento, que suele ser un recurso muy utilizado en estas ocasiones. Mi puntuación: 5,5 sobre 10. “Unos días para recordar” se estrena este viernes 24 de julio en las salas españolas.

Crítica de Héctor Izquierdo.

viernes, 21 de junio de 2013

MI ENCUENTRO CON MARILOU



Taillandier (Patrick Cheasnais) es un conocido pintor de más de sesenta años. Sin embargo, a pesar de su éxito, decide dejar de pintar. Presa de la depresión, se va de casa sin dar una explicación a su familia y empieza a viajar. Durante su periplo conoce a Marilou (Jeanne Lambert), a la que su madre ha rechazado y que se siente perdida. La joven y el hombre deciden pasar un tiempo juntos. Acaban viviendo como padre e hija en la paz y tranquilidad de una casa alquilada, ayudándose mutuamente.

El encuentro entre dos maneras de entender el mundo siempre suele ser sugestivo, y más cuando un punto de vista se encuentra tan alejado del otro, pero a su manera ambos buscando lo mismo: encontrar su lugar propio en el mundo, su identidad perdida o nunca descubierta. Lo nuevo contra lo antiguo. Lo viejo contra lo moderno. El ayer contra el mañana. Jean Becker retrata todo esto de una forma pausada, tranquila, sin muchas estridencias ni secuencias llamativas que alteren el ecosistema amable planteado. Lo hace a través de los personajes interpretados por un gran Patrick Chesnais que va dejando matices de su personaje de forma tan filtrada y progresiva como la misma película, y con la jovencísima Jeanne Lambert para darle la réplica humana. Es la sinergia entre dos almas perdidas, muy dispares en cuanto a concepción de la vida y en cuanto al punto vital en el que están en este momento.

Esta historia se me antoja como un retrato muy parecido al que ya vimos en la fantástica “El artista y la modelo” de Fernando Trueba. Aquí, también nos encontramos con un pintor frustrado con una edad más que avanzada, y la savia de la juventud y de la inocencia que entra a formar parte del universo particular de esta persona que cree que ya nada en este mundo puede salvarlo, que ya nada puede dar sentido a una existencia que carece de alicientes para continuar jugando. El retrato social de la Francia provinciana también es importante en este relato, que da ese toque propio de distinción al film del director de “Conversaciones con mi jardinero”, y que la aleja así de otras similares de su género y narrativa. Mi puntuación: 6,5 sobre 10. “Mi encuentro con Marilou” se estrena hoy viernes 21 de junio en las salas españolas.

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