Mostrando entradas con la etiqueta surrealismo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta surrealismo. Mostrar todas las entradas

miércoles, 9 de febrero de 2011

DISPONGO DE BARCOS


Cuatro hombres que puede que se conozcan de antes, deambulan por una ciudad extraña sin querer encontrarse y escuchando voces lejanas. Poco a poco, su desencuentro se convierte en encuentro y sale a la superficie algo parecido a un misterioso pasado común. Todos ellos necesitan salir de su aislamiento por distintas razones, todas ellas relacionadas con poner freno a su locura a través de la planificación de un robo a una nave industrial.

Juan Cavestany realiza aquí el sueño efímero de todo guionista idealista que se traslada a la dirección: la de realizar una historia sin ningún tipo de limitación artística ni constricción académica, pero por otro lado y consecuentemente, con grandes limitaciones de medios y recursos humanos, ya que tuvieron que rodar las escenas a lo largo de un año durante los ratos libres que tenían los actores que salen en el film. La libertad creativa pues es absoluta: mezcla texturas y formas de desarrollo, no se ajusta a una narración clara ni lógica, los personajes son caóticos, extraños y sin limitaciones emocionales… La historia, que en realidad son las historias de cuatro personajes perdidos que en algún punto se encuentran, trata a priori sobre personas perdidas, que deambulan por el mundo buscando vincularse a alguien, o tal vez vincularse a algo; conseguir tener una meta o un objetivo en la vida aunque no sepan con meridiana exactitud de qué se trata. Todo es muy metafórico y está bañado en un humor que pretende converger géneros, pero que logra un producto que crea una gran extrañeza, confusión e incluso incomodidad en el espectador de principio a fin. Esta estética y espíritu creativo recuerda mucho al autor David Lynch y sobre todo a su película “Island Empire”, y si nos fuéramos al ámbito nacional encontraríamos semejanzas con el surrealismo más diarreico del director Luis Buñuel. El film y los personajes cuentan con un humor muy absurdo, muy retórico, con diálogos imposibles, equívocos y con aires de ensoñación. Estos personajes imposibles están interpretados por Antonio de la Torre, Roberto Álamo, Diego Paris (con una vis cómica muy importante que da algo de coherencia a esta incoherencia que es la película) y Andrés Lima.

El producto se basa en el derroche de creatividad guionizada sin límites, pero también sin medios, lo que en palabras del director es un gran y apasionante reto, pero que puede acabar en muchos de los casos en un resultado catastrófico. La creatividad sin cierto control no sirve de casi nada. Esta película, por ciertos elementos y peculiaridades muy puntuales no cae en ese abismo pero se queda justo en el borde. Tal vez si hubiera durado algo más de lo que dura o sin la incorporación de un humor absurdo algo reconocible se hubiera precipitado sin remedio a ese agujero.

miércoles, 23 de julio de 2008

EL MILAGRO DE P. TINTO

Si tuviera que buscar un nombre para designar el género de esta pieza me decantaría por surrealismo friki, o tal vez por el más convencional comedia surrealista. Javier Fesser desarrolla una historia marciana tanto en sus tramas como en sus personajes llevando todas las situaciones al límite de sus posibilidades, que en esta cinta se estiran con una facilidad encomiable. La película comienza con una introducción en blanco y negro, dando a conocer a uno de los protagonistas que más tarde alterarán la vida del protagonista de una forma que él nunca hubiera imaginado; acto seguido ya se nos abre la historia con la presentación del personaje que da nombre al título y de los sueños que guiarán su vida y la película en sí: la procreación para perpetuar su legado generacional. El reparto en general es muy poco conocido por el público (cabe resaltar el gran acierto en la elección de Luis Ciges) lo que ayuda a ese halo de sorpresa y novedad al que no nos tiene acostumbrados el cine español, también hacen su aportación otros actores más mediáticos como Nuria González, Pepe Viyuela o Eduardo Gómez con papeles pequeñitos o casi presenciales que no alteran la dinámica y ambiente de irrealidad del film. El humor que desprende reposa sobretodo en sus personajes y las situaciones y diálogos que de ahí surgen, pero también se apoya mucho en las coincidencias sanas y en equívocos bizarros y desenfadados. La imaginación derrochada en esta historia está fuera de toda duda y posiblemente te gustará mucho o te habrá parecido una pérdida de tiempo, pero si te sientas a verla sin ningún tipo de prejuicio y esperando disfrutar de algo nuevo y fresco fuera de todos los estereotipos de películas españolas serás de los primeros, o por lo menos, sabrás reconocer su originalidad y valor.

Entradas populares