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jueves, 28 de febrero de 2013

FINAL DE "EL BARCO"



“El Barco” nos abandonó definitivamente el pasado jueves después de 43 emisiones de travesía en Antena 3, después de que la cadena decidiera hace más o menos un mes no renovar la ficción por una cuarta temporada, poniendo broche final a la aventura del Estrella Polar con una audiencia media de un 17% de share de forma algo agridulce.

Al no tratarse de un final de serie como tal, sino un final de temporada con cierto aire de cierre algo maqueado a base de relatos en voz en off, queda claro desde un principio y tampoco lo buscaba sinceramente que no se iban a resolver la mayoría de interrogantes que se habían ido lanzando durante el trayecto de la serie, aunque sí se han dado conclusiones a tramas como la de la carpeta roja y sobretodo las tramas amorosas, el puntal sobre el que al fin y al cabo se centraba la serie. Se ha echado en falta por otro lado una conclusión o una argumentación mucho más sólida sobre lo que se trataba realmente el proyecto Alejandría, al margen de esas escuetas declaraciones de Burbuja en las que decía que pasó a ser de un proyecto humanista a un proyecto de exterminio; así pues, también faltó resolver incógnitas acuciantes de esta temporada como donde estuvo todo el tiempo que desaparecieron tanto Ulises como Max. Al otro lado de la balanza, nos encontramos con que ha sido un gran final para algunos personajes como el de Burbuja, el verdadero motor de la serie gracias al buen hacer de los guionistas y el crecimiento del propio actor; así como el final de Gamboa, manteniéndose fiel a la esencia original de su personaje, a pesar de que luego se matizó que todo lo que hacía lo hacía por su hija. 

Como en la serie, y tiene su lógica que así sea incluso en este final, los personajes secundarios han seguido siendo secundarios aunque hayan tenido su pinceladita: me refiero sobretodo a Estela y Ramiro, pero sobretodo a Palomares, que no ha conseguido tener la fuerza nunca que se pretendía. El resto, se ha ido a lo seguro haciendo un final bonito para el resto de parejas que estaban descolgadas: Vilma y Cho, y Salomé y De la Cuadra. Otro detalle nostálgico positivo ha sido la forma de salvarse de Piti, haciendo un claro guiño al origen del personaje y que ha sido una forma digna de dar cierre a su historia y a su personalidad. Por tanto, mi balance del último episodio de “El Barco” quedaría más o menos así:
+ Lo mejor: Las escenas de Burbuja con Marimar y Alexander, esa apuesta que se ha hecho por su personaje encarnado por un increíble Iván Massagué. La valentía y la emotividad de la muerte de Ulises, y la frialdad de Gamboa.
+ Lo peor: Ese regustillo a copia del final de la penúltima temporada de “Los hombres de Paco” (todos metidos en una ratonera mientras se quieren ante su inminente muerte, y el triángulo amoroso en el que Mario Casas hace de Hugo Silva y Jan Cornet hace de Mario Casas) – que conste que en la serie precedente me encantó-. El paso en falso con la muerte de Ulises, si Ulises muere pues muere. Me parece un final digno para el personaje, ya los demás personajes equilibran la balanza. La vida es así.

jueves, 27 de diciembre de 2012

EL CUERPO


Tras atropellar a alguien, un guardia de seguridad de la morgue huye. En el depósito de cadáveres, la policía descubre que la puerta de una de las neveras está abierta y el cadáver de una mujer ha desaparecido (Belén Rueda). El inspector de policía encargado de la investigación (José Coronado) cuenta con la colaboración del marido de la difunta (Hugo Silva), aunque no descarta la posibilidad de que esté relacionado con el asunto.

Orio Paulo, El guionista de la también interesante y hábil “Los ojos de Julia”, se estrena aquí en la dirección con un muy notable thriller que se defiende entre la intriga más pura pero que coquetea con el misterio con brío y mano firme. El film comienza con una premisa inquietante y muy sugestiva, que hace disparar la imaginación al espectador. Sin embargo, según llegamos a la media hora de metraje, donde suele estar el primer punto de giro, parece que la cosa se vuelve cada vez más llana y ese coqueteo con el cine de terror parece presagiar que solo se está alargando la premisa inicial, pero sin embargo, los últimos cuarenta minutos están llenos de giros y sorpresas, que hacen de esta una excelente película. A ello contribuyen también las interpretaciones sobretodo de los protagonistas más jóvenes, un acertado Hugo Silva y una siempre inconmensurable (tengo debilidad por ella) Aura Garrido. Belén Rueda, convertida ya en musa del cine de terror español, defiende un papel especial, que se mueve entre el misterio y entre la duda. Por último, encontramos a un José Coronado que titubea en sus primeras escenas, pero gracias a la intensidad que coge el relato se mimetiza poco a poco con su personaje y logra impactarnos poco a poco.

Esta es una película que descansa en un elaborado guion, con apenas cuatro o cinco personajes y un par de localizaciones, como las buenas películas, y excelentemente realizada como demuestra una fotografía a veces casi victoriana (como los planos de Hugo Silva mirando por la ventana bajo la lluvia, que nos hace llevar la imaginación a un contexto similar al que podríamos encontrar en los crímenes de Agatha Christie). Tiene ciertos pliegues argumentales que darían para debatir largo y tendido, y tenemos que hacer un par de leves saltos de fe para pasar por alto que el guion tiene ciertas trampas, pero la elaboración de este crea tal intensidad y sorpresa que se le perdonan con un acto de buena fe. El reparto, por otro lado, se cierra con nombres conocidos de la ficción española como Juan Pablo Shuk (Gamboa en “El Barco”), Oriol Vila (“Cuenta atrás”) o Cristina Plazas (“Los Hombres de Paco”). Mi puntuación: 7,5 sobre 10. “El cuerpo” se estrenó el pasado viernes 21 de diciembre en los cines de toda España.

viernes, 16 de noviembre de 2012

PRESENTACIÓN DE RODAJE: "COMBUSTIÓN"

Mikel (Alex González) está a punto de casarse con Julia (María Castro), dueña de una importante joyería heredada de sus padres. En la fiesta del anuncio de boda, Mikel conoce a Ari (Adriana Ugarte), una de las camareras del catering. Entre ellos surge una inmediata atracción. Y aunque el chico intentará controlar ese deseo, acabará cayendo en sus brazos. Poco a poco se irá sintiendo más enganchado a ella y más fascinado por su mundo, que no es otro que el de las carreras ilegales de coches, y que despertará el lado más salvaje de Mikel. Lo que el chico no sabe es que todo forma parte de un plan elaborado por Ari y su novio Navas (Alberto Ammann).


Esta es la premisa argumental de una película cuyo rodaje se ha presentado este viernes delante de centenares de periodistas y fotógrafos. El equipo del film nos recibe en uno de los set de rodaje que consiste en un viejo taller donde los personajes de Álex González, Adriana Ugarte y Alberto Amman mantienen una acalorada disputa. “Combustión” es lo nuevo y adrenalítico de Daniel Calparsoro, director conocido por tele-movies como “La ira”, “Tormenta” o “El castigo” y el thriller de acción “Invasor”, que se estrena dentro de unos días. Se trata de una película de acción y violencia en la que las carreras ilegales de coches forman parte intrínseca de la historia, pero tal y como advierte su director “se da muchísima importancia a la historia, a los personajes, pero por otro lado también tenemos carreras de coches”. Daniel Calparsoro, parece haber demostrado que es uno de los directores mejor preparados para abordar este tipo de proyectos tan típicamente americanos, como sus actores se encargan de afirmar: “Creo que Daniel es la mejor o una de las mejores personas en España para hacer cine de acción, para mostrar violencia y que te la creas. Es un ejemplo de americano al uso, que puede con el factor humano de la trama y con setecientos caballos en el porsche de carbono” dice Adriana Ugarte bromeando. “Daniel Calparsoro es muy americano y además hace un balance muy bueno: hace la película que quiere hacer, sin renunciar lo que él siente, pero además teniendo en cuenta de que el producto va dirigido a un público” reitera Álex González.

En esta trama tan automovilística, tanto Alberto Ammann como Álex González dieron clases de conducción temeraria. Para Alberto lo más divertido fue “aprender a hacer trompos y a darte cuenta de los límites del coche. Que además te da una seguridad por si de repente tienes un imprevisto real, poder tener la destreza o la habilidad para salir airoso. Es un aprendizaje que piensas que te puede servir, y además era una especie de deseo adolescente que perdura”. Álex, por otro lado, recalca el papel que tienen los vehículos que conducen con respecto a los personajes ya que “los coches que utilizan los personajes pueden ser metáfora de su personalidad. Por ejemplo el mío es aparentemente familiar, pero también tiene 500 caballos. Yo aparentemente tengo una vida que parece que soy bueno y Navas es el malo, pero por dentro soy una fiera, que según avanza la película va despertando. Que es un poco como le pasa a este coche”. Por último, los actores nos dan las claves de sus personajes: Para Adriana, “Ari es la primera vez en mi vida que me permite no hacer un personaje que es la buenaza, sino abordar un personaje con una moral dudosa. Alguien que es una destroyer desde el principio”. El personaje de Alberto Ammann en palabras de su intérprete es “el que tiene una cuota de oscuridad más grande en la película. Un manipulador y un egoísta solitario, un encantador de serpientes y un vende humo”. Para terminar, Álex González define a su personaje como “un tipo con muchos secretos. Y de hecho aprendo de él que al final los personajes se cuentan más por lo que ocultan que por lo que cuentan, y en el caso de Mikel es paradigmático”. Por lo tanto, ¿Te vas a perder “Combustión”, lo nuevo de Daniel Calparsoro?

miércoles, 28 de septiembre de 2011

SEGUNDA TEMPORADA DE "EL BARCO"


En estos primeros tres capítulos de la temporada se han repetido casi en su totalidad los mismos errores que en temporadas anteriores. Las tramas son circunstanciales y carentes de explicación en su resolución: vuelven a utilizar la excusa del fin del mundo para situarnos una amenaza desconocida (e imposible en un mundo medianamente apegado a la realidad), para crear una intriga ascendente que termina en la extinción de la amenaza casi siempre por casualidad o sin explicación efectiva. Este proceder, unido a la ya cansina relación entre los personajes de Ulises y Ainhoa (¿de verdad alguien te dice que si estás con otra persona va a matarla y entre los dos son incapaces de lograr una solución?), poco a poco extenuarán a la audiencia, aunque en parte se sostengan por el tirón de Mario Casas y Blanca Suárez. La relación que mejor se está llevando por el momento, aunque también ha entrado en el umbral de empezar a ponerse algo pesada, es la de Wilma y Piti, gracias a unos personajes bastante bien dibujados y al gran trabajo de los actores (Javier Hernández está más que correcto ya que  levanta simpatía allá donde va, y Marina Salas se ha especializado en personajes agrios de carácter que saca adelante con gran solvencia, como el que ya interpretó en “Desaparecida”).

En estas primeras entregas se ha reforzado el reparto con las incorporaciones de Belén Rueda (que vuelve a la TV después de “Los Serrano”), Guillermo Barrientos (“SMS”), Daniel Ortíz (que se prevé que sea el que menos dure de los cuatro, y sino al tiempo) y Paloma Boyd. Se abren nuevas perspectivas, ya que ahora la posibilidad de introducir nuevos personajes que parecía muy lejana en la primera temporada ha pasado de latente a patente, al visualizar que hay tierra en alguna parte, y que tal vez las cosas no son como creíamos en un principio. Tanto el personaje de Julia (Irene Montalá) como el de Gamboa (Juan Pablo Shuk) tendrán que decir mucho al respecto en esta temporada, regalándonos algunos flashbacks que ya anticiparon en la sesión anterior.

Se están cometiendo también los mismos errores con los personajes del Estrella Polar. El personaje de Juanjo Artero sigue siendo tan cabezota e incompetente como antes, aunque en estos primeros compases de la temporada el que le está sacando las castañas del fuego (que la anterior temporada siempre era el héroe oficial, Ulises) se está repartiendo algo más entre el reparto – De la Cuadra, Palomares, Julia… -; se le quiere suavizar o dotar de cierta emoción en su relación con su hija, pero el personaje francamente queda muy blando. Deben sacar partido a la potencialidad del personaje de “Burbuja”, coqueteando con su vida anterior y la vida después de su accidente, ya que el buen hacer de Ivan Massagué en la encarnación de ambas facetas da juego a que tiren del hilo sin temor y nos vayan resolviendo la intriga de este personaje. Tanto la audiencia como los guionistas se están dando cuenta de que hay personajes totalmente prescindibles como son los de Estela (Giselle Calderón), Palomares (Bernabé Fernández) o Ramiro (David Seijo). Con la llegada de Guillermo Barrientos y Paloma Boyd, seguro que crearán otra pareja que hará que alguno de estos tres personajes gane en intervención; por otro lado, en el próximo capítulo parece que va a haber una muerte, y todos los papeles apuntan a que puede ser o bien Ramiro (sería bastante razonable, por su confrontación con Gamboa) o Marina Salas (por problemas con el rodaje, baja que para mí sería un varapalo casi mortal para la serie en veras de su calidad e interés, aunque probablemente la audiencia no se resentiría mucho).

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