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lunes, 24 de febrero de 2014

ENTREVISTA A ALEXANDRA JIMÉNEZ

Después del éxito de críticas cosechado por su labor en los Premios Feroz, siendo conductora destacada de la gala, Alexandra Jiménez ha sido propuesta para presentar junto al ya repetidor Tony Garrido, la noche de los Oscar (Domingo, 2 de marzo) en Canal +. La actriz ha aceptado el reto de buen gusto, y con motivo de ello aprovechamos para preguntarle por esta experiencia y por su trayectoria como actriz en un pasado reciente.

Alexandra comentará los Oscar para Canal +
Viendo el éxito que has tenido conduciendo la gala de los Premios Feroz y sabiendo que te vas a hacer cargo de la entrega de los Oscar en Canal +. ¿Cómo te planteas tu carrera a partir de ahora?
A mí el tema de presentar no es algo que me interese per sé ni me ha llamado la atención nunca. Por casualidad me llamaron para los Feroz y a día de hoy sigo sin entender por qué, porque yo no tengo experiencia como presentadora ni nada de esto. Si hubo buenas críticas fue por el guion de Paco Cabezas, estaba todo muy cerrado, era una puesta en escena. Entonces esto es diferente, voy a estar en la noche de los Oscar con Tony, con Carlos Marañón, pero no es lo mismo: yo no tengo un guion, vamos a estar comentando, y con toda la naturalidad del mundo, pero como lo haría yo, como estamos hablando ahora mismo nosotros, vas comentando sobre la marcha lo que ocurre… pero el foco tampoco eres tú, el foco es lo que está pasando. Somos comentaristas disfrutando de la gala, y es una noche, es una cosa totalmente puntual, que lo han hecho otras actrices… por eso no me planteo nada más. Y lo de los Feroz ha sido una experiencia maravillosa, porque para mí era también un ejercicio de decir: “voy a echarle lo que hay que echarle aquí” y ponerme a prueba, porque yo siempre he pensado que sería absolutamente incapaz de enfrentarme a una situación así, cuando he visto a compañeros conduciendo galas. Y si lo sacas adelante, ya te quedas tranquila, diciendo “mira, eso que superé” (Risas).

¿Cómo intentarás gestionar la parte personal de ser lógicamente una amante del cine y una fan más con la parte de conductora que a priori debería ser algo más imparcial? ¿Se aprovechará eso para jugarlo a favor?
Pues es que como no sabemos qué va a pasar, realmente guion como tal no hay, entonces vamos  un poco sobre la marcha. Y por supuesto es inevitable cuando esto va de que somos personas comentando sencillamente lo que vemos, lógicamente todo va a ser parte de tu percepción personal. Entonces, es inevitable (Risas).

¿Qué te llevó a aceptar tanto la gala de los Feroz como de los Oscar?
El no pensarlo (Risas). Sí, si lo piensas no lo haces (Risas). Y menos una persona como yo que ese tipo de situaciones solamente de pensarlas ya me colapsa. Y en parte como yo ya tengo esta historia de que me cuesta mucho hacer algo con mi nombre, sin estar con un personaje, que ya el simple hecho de estar en una rueda de prensa es algo que me corta… cuando estoy interpretando estoy feliz. Entonces, no sé por qué me han llamado, pero el hecho es que me han llamado, entonces voy a aprovechar esta oportunidad que me ha puesto la vida para ponerme a prueba.

¿Cuáles fueron los pasos para superar ese miedo en la gala de los Feroz? ¿Te intentas escudar en una especie de personaje?
Sí, como una función de teatro. Me lo plantee así porque además era todo de memoria, una puesta en escena de principio a fin: monólogo, escena, parodia, ahora salgo corriendo, luego entro… y todo muy medido como el que sale al teatro a actuar. Y sí me escondía un poco en una versión que no soy yo, si tengo que ser yo habría sido aburrido (Risas).
  
¿Cómo fue el momento en que interactuaste con Pedro Almodóvar de forma muy desenfadada? ¿Tenías miedo de la situación a recrear?
Sí, pero eso estaba supercalculado... (Piensa) Bueno, supercalculado no porque en principio él no podía venir, vino en el último momento. Pero sí que me dijo Paco Cabezas: “Vas a hacer esto” (Risas) y yo le quería matar en ese momento, ¡cómo le iba a hacer eso! Pero al final pues mira… yo creo que no le pareció mal (Risas).

Junto a Tony Garrido, otro de los comentadores de la gala
¿Cómo has vivido hasta este momento personalmente las galas de los Oscar?
De pequeña me quedaba siempre despierta con mi hermana viendo la gala (Risas). Luego ya he ido perdiendo un poco la costumbre, y la he recuperado en los últimos años. De este año me faltan unas tres películas por ver, para poder valorarlas en conjunto.

¿Alguna favorita para este año?
Yo para película estoy entre “El lobo de Wall Street” y “Doce años de esclavitud”, pero probablemente se la lleve “Gravity” (Risas). En actor me gustaría mucho Leonardo DiCaprio pero  me pasa que luego veo a Joaquin Phoenix en “Her” y me digo que se lo tienen que dar, pero luego veo “Mud” y digo que se lo tiene que llevar Matthew (Risas). Y de actriz se lo va a llevar Cate Blanchet, está muy cantado, ¿no? Porque está espectacular. Me gustaría mucho que se lo llevara Julia Roberts, pero no se lo va a llevar creo.

¿Balance personal de los premios Goya?
Pues me alegro muchísimo de que se lo haya llevado David Trueba, que se lo haya llevado Javier Cámara por ejemplo… No sé, me parece que ha estado muy bien. Ahora mismo lo que más nos puede preocupar de los Goya es la repercusión que pueda tener para que la gente diga: “Ay, voy a verla” (Risas). Ya no es tan importante quién se lo lleva, sino celebrar esto al máximo y que la gente empiece a coger de otra manera el cine español. También me gustó mucho el éxito de la película de Rodrigo Sorogoyen (“Stockholm”), porque yo he trabajado con él  y disfruté muchísimo, porque teníamos un sistema de trabajo en “La pecera de Eva” que estaba muy bien, y él es un grandísimo director de actores. Es una gozada porque le encanta investigar en los personajes e investigar en el actor a ver lo que puede sacar.

¿Cómo era exactamente la mecánica de trabajo en “La pecera de Eva”?
Pues lo primero me obligó a ponerme en una posición que estaba totalmente a la intemperie, sin un diálogo que aprenderme y estar rompiéndote la cabeza en cada secuencia porque tienes que decir cosas coherentes durante quince minutos de toma. Era sobretodo estudiar la estructura de la secuencia, porque eran secuencias muy largas, entonces tenías que tener muy claro que “tengo que hablar de esto, pero justo después de esto tengo que sacar este tema, una vez que haya sacado este tema me tengo que ir a la puerta, abrir y hacer entrar a este nuevo personaje,  y después voy a llamar por teléfono…”. Tú sí que sabes por dónde vamos a pasar y hay que pasar, porque el argumento está claro, pero todo lo que vas a decir es lo que no tienes muy claro. Entonces tienes que estar, despierta no, lo siguiente. Entonces estábamos todos escuchándonos de una manera brutal, que eso es lo bonito también de este trabajo, aprender a escuchar.

¿Cómo llevas la gestión de las redes sociales?
Yo no tengo twitter. Me parece genial y me parece que como herramienta es la bomba para el que sienta que lo puede gestionar y salir airoso. Yo personalmente sé que no puedo (Risas). Entonces prefiero protegerme en ese sentido. Estar todo el día comentando me costaría, y al final acabaría no comentando nada. Me parece que este es un trabajo en el que te expones ya de por sí mucho y exponerte todo el rato abiertamente, a conciencia.

lunes, 11 de noviembre de 2013

ESTO NO ES UNA CITA



Dos compañeros de oficina, Roberto (Darío Frías) y Paula (Virginia Rodríguez), acaban de romper con sus respectivas parejas. Paula no le soporta y Roberto, que está verdaderamente enamorado de Paula, intentará por todos los medios que ella olvide a su exnovio y se enamore de él. Sus mejores amigos, Nacho (Jorbe Pobes) y Andrea (Alexandra Jiménez), les animan a olvidarse de sus “ex” y empezar algo nuevo, así que Roberto le pide a Paula una cita, y ella acepta… bueno, acepta a unas cañas después del trabajo, que quede claro que no es una cita de verdad.

Guillermo Fernández Goizard, conocido director televisivo de series como “Compañeros”, “Mis adorables vecinos” o “SMS”, y de películas como “Proyecto Dos”, nos propone aquí una pequeña película de personajes sobre un tema tan universal como el amor que surge de ciertas rupturas. El disfrute de la película está cimentado básicamente en unos diálogos ágiles que están bien entendidos por los actores, que interpretan de una manera fresca y comprometida con el tipo de comedia que plantea Guillermo Fernández y su guionista. Porque a pesar de estar en algunos momentos buscada la comedia con bastante manufactura de guion, la química que hay entre personajes, sobretodo entre la pareja protagonista -interpretada por un divertidísimo Darío Frías en estado de gracia y una inteligente Virginia Rodríguez-, nos convierten esas situaciones en algo real y reconocible, que hace que entremos de lleno en la historia que se nos está contando.

Porque no hay tiempo aquí para los artificios ni para el aleccionamiento moral de ningún tipo, sino que se nos trata de contar simplemente la historia de dos personas que se empiezan a gustar, que tienen que lidiar con las inseguridades de relaciones pasadas pero también de lo que supone ese cambio para su futuro. Y en esta sencillez tenemos unas piezas muy básicas que conforman una especie de polígono de tres lados: los protagonistas indiscutibles del relato por encima de todo, con sus respectivos mejores amigos, que dan la réplica puntual y cómica, y por otro lado las exparejas de estos primeros (Fernando Cayo y Carlota Cossials), que harán volver a los fantasmas de estos primeros para liar aún más la compleja relación entre ambos. Otros personajes más puntuales están encarnados por María Garralón, Gerard B.Fillmore, Andrea Guasch o José Ángel Trigo. Mi puntuación: 7 sobre 10. “Esta no es una cita” se estrenó este viernes 8 de noviembre en las salas españolas.

viernes, 7 de septiembre de 2012

1ª TEMPORADA DE "FRÁGILES"


La serie “Frágiles” ha finalizado este jueves por la noche su primera temporada, que ha constado de solamente ocho episodios de una duración media de una hora. Sin conocer noticias sobre una posible renovación para una segunda temporada o la cancelación del producto, nos metemos de lleno en el análisis de estas entregas de la producción de Isla.

(SPOILERS)
La serie nos ha dado prácticamente lo que nos prometía desde un principio, una serie hermana mayor de lo que podía ser “La Pecera de Eva”, donde los casos a tratar eran un poco más enrevesados pero a la vez más interesantes, para propiciar varios giros de guion dentro de cada capítulo, algo que de lo que no necesitaba ni se jugaba en la serie protagonizada por Alexandra Jiménez. A este parecer, he de mencionar que algún caso ha estado algo pillado por pinzas, muchas veces por la naturaleza del caso en sí. Lo que verdaderamente importa son las relaciones y psicología del personaje, por lo que se han tenido que inventar síntomas físicos como la parálisis parcial del personaje de Carlos Santos que luego revelaron una neurosífilis o la tortícolis del de Antonio Muñoz de Mesa que solo era un síntoma del estrés que le estaba produciendo el no poder decidirse entre los dos amores de su vida. Esta es una herramienta lógica por otra parte, ya que Pablo es fisioterapeuta y no psicólogo, por lo que los guionistas se ven obligados a acercar de la forma que se les ocurre el problema a nuestro protagonista. Esto ha llegado al extremo de plantearnos situaciones poco creíbles en las que por ejemplo, ante la desaparición de su hermano (interpretado por Nacho Aldeguer), uno de los personajes recurría a Pablo para buscarle.

Los casos episódicos han sido algunos más entretenidos que otros, haciendo mención a parte de este penúltimo episodio en la que se nos ha mostrado una suerte de crossover-spin off cogiendo a los tres psicólogos de “La Pecera de Eva”. Del resto de casos,  yo resaltaría “El mentiroso” por tratar un tema tan actual e integrarlo tan bien en la enfermedad además de propinar varios efectivos giros de guion; y también el centrado en el personaje de Antonia San Juan, que nos ofrece una interpretación de la actriz muy alejada al personaje de “La que se avecina” y el tratamiento de un conflicto muy universal. En cuanto a las tramas horizontales, se ha jugado un poco a la telenovela con el triángulo amoroso entre Teresa (Elia Galera), José (Fran Nortes) y Pablo, resolviéndose este segundo como un antagonista perturbado que oscila entre el dolor y la culpa más humanas hasta las acciones moralmente más reprobables por reconquistar a su amada. La relación más entrañable ha pivotado en Lola (Ruth Nuñez), una chica con Síndrome de Asperger obligada a salir al mundo real y enfrentarse a un primer amor (Karim El-Kerem), un fisioterapeuta que se convierte en su amigo (Santi Millán), y que ponen la relación con su madre (Luisa Martín) patas arriba. A nivel interpretativo me ha sucedido un fenómeno extraño en el que en un principio Santi Millán me sorprendió gratamente haciendo a un Pablo muy creíble y con matices, alejado de la sobreactuación propia de él, pero poco a poco he ido notando sus carencias evidenciando un limitado campo de recursos que supongo que son más visibles al ser el protagonista indiscutible. Me ha sucedido al contrario con Ruth Nuñez, cuyo timbre de voz y forma de gesticular me irritaba en un principio pero que poco a poco se ha ido revelando como la forma efectiva de dar vida a este personaje tan conflictivo consigo mismo, con esa economía gestual y tonal que propicia que cualquier cambio en estos dos elementos produzcan la emoción en el espectador.

Este último episodio deja en alto varias tramas de largo recorrido, amorosas en casi todos los aspectos, en las que Pablo se lanza a la piscina y por fin besa a Teresa, justo en el momento en que Ana (Sandra Ferrús) está siendo trasladada a una residencia y abre los ojos. Parece que así están abiertas las puertas a una segunda temporada donde el triángulo amoroso ya no sería tanto José-Teresa-Pablo sino Teresa-Pablo-Ana, y sería interesante ver qué papel tomaría Pilar (Norma Ruíz) ante esta situación. Esta continuación pasaría también por seguir apostando por casos episódicos cimentados en buenas historias y buenas interpretaciones, base del buen hacer de la primera temporada, que contó con cameos como los de Blanca Portillo, Diego Martín o Antonia San Juan. ¿Os gustaría ver una segunda temporada de “Frágiles”?

jueves, 16 de agosto de 2012

PRIMERAS IMPRESIONES DE "FRÁGILES"


Pablo es un fisioterapeuta algo particular, ya que sus métodos van más allá de los puramente físico, y además, no solo intenta aliviar su dolor muscular sino también el emocional, lo que es mucho más complicado y suele hacer de sus pacientes personajes realmente “frágiles”. Además, nos encontramos con la paradoja de que mientras Pablo intenta curar a sus pacientes, es incapaz de aliviar sus problemas surgidos del accidente que ha postrado a su mujer en un coma profundo.

No podemos obviar que el personaje principal interpretado por Santi Millán nos recuerde vagamente al de “House” en su forma cínica e incluso algo agresiva de enfrentar sus relaciones y sus terapias, pero es que la sombra del doctor es alargada y parece ya imposible crear un personaje que sea médico, doctor o similar que no nos recuerde a él en cuanto los métodos que utiliza ya no son los habituales. Pablo es de alguna forma positivo, no tan autodestructivo como “House” sino con una coraza que le protege del dolor que le causa su mujer en coma, es directo pero tiene límites, tampoco es pésimo en las relaciones humanas sino más bien selectivo y pragmático. El siguiente paso de guion era formar un círculo de relaciones que no limiten la serie a tres o cuatro consultas cada capítulo: en este respecto tenemos a Pilar (Norma Ruíz), la cuñada de Pablo que sirve como apoyo y que contradictoriamente fue una de las razones por las que estuvo a punto de cortar con su mujer, y que se nos muestra como una mujer manipuladora y posesiva, que sabe jugar sus cartas para conseguir no quedarse sola; por otro lado tenemos a su esposa (Sandra Ferrús), que la tenemos en coma desde el principio de la serie pero sobre la que pilotan varios flashbacks que nos muestran la vida de Pablo. Aquí entran tres personajes que se encuentran en un punto intermedio entre paciente y personajes relacionales, ya que además de no ser episódicos tienen una relación más continuada y de más largo recorrido: estos son: Una joven con Síndrome de Asperger que no deja que nadie la toque (Ruth Nuñez) y su madre protectora (Luisa Martín), y una mujer que está asumiendo la rehabilitación después de un accidente que la dejó en silla de ruedas (Elia Galera).

Uno de los valores fuertes de la serie es el gran reparto, en el que brillan con luz propia Elia Galera y Luisa Martín. Y no hablamos solo del elenco protagonista, sino en los actores episódicos que intervendrán en esta primera temporada y entre los que se encuentran profesionales de la talla de Blanca Portillo, Diego Martín, Antonia San Juan, Alexandra Jiménez o Carlos Santos. Las historias que se han tratado hasta el momento, son algunas bastante manidas y no excesivamente originales, pero funcionan gracias a las grandes interpretaciones del reparto y en algún momento consiguen sorprender (como cuando entendemos que el marido de la mujer en silla de ruedas la estaba cambiando la medicación para evitar su recuperación y así no perderla), hacernos pensar en las dificultades que conlleva la enfermedad (la decisión a la que se enfrenta el personaje de Blanca Portillo sobre seguir con el embarazo a riesgo de desviarse la columna) o emocionar (como la primera vez que Lola se deja tocar por Pablo). Entraña cierta seguridad el que se trate del equipo que ya hizo “La pecera de Eva”, pero por otro lado, eso también suponga probablemente que no nos van a contar cosas muy diferentes: lo que se pide aquí, es que los casos sean un poco más extremos (que no inverosímiles) y traten problemas o conflictos de más envergadura, ya que está claro que no hay una historia horizontal más allá del (si se puede llamar así) cuadrángulo amoroso que se formará entre Pablo, su mujer en coma, Teresa, y el marido de esta; añadido a esto la cuñada, que está obviamente enganchada a nuestro protagonista. Más allá de esto, lo que nos queda por disfrutar son los casos médicos y la evolución emocional del psicoterapeuta.

domingo, 5 de febrero de 2012

PROMOCIÓN FANTASMA


Modesto (Raúl Arévalo) es profesor y en ocasiones ve muertos, lo cual no solo le ha costado una fortuna en psiquiatras, sino el despido de todos los colegios donde ha trabajado. Su suerte cambia cuando consigue plaza en el Monforte y tiene que dar clase a cinco alumnos que han convertido un colegio de prestigio en la casa de los horrores. Modesto tiene que lograr que los cinco chicos aprueben el último curso y se larguen de allí de una vez por todas. Pero no lo va a tener fácil: los cinco llevan veinte años muertos.

Esta producción es un salto cualitativo del director con respecto a su fallida “Spanish Movie”. Aquí se aleja de la parodia para crearse un universo propio en el que los fantasmas y la generación adolescente convergen para regalarnos una comedia agradable de ver y sobretodo de disfrutar. En términos generales, se le podía haber sacado más partido a la relación de amor entre el personaje vivo interpretado por Aura Garrido y el fantasma encarnado por Jaime Olías, que ya fueron pareja protagonista en la serie “Ángel o demonio”, dándole alguna vuelta de tuerca y llevándolo un poco más al humor en vez de abandonarse al mero pasteleo bañado con dosis emo-góticas. Alexandra Jiménez está correcta como acostumbra, pero no destaca ya que su papel es mero conductor y conector entre personajes e historias, dejando la carga cómica a actores como Raúl Arévalo, Silvia Abril, Carlos Areces o Joaquín Reyes. Este primero, visto en películas como “Azuloscurocasinegro” o “Primos” asume el rol protagonista haciéndose evidentemente victimable y logrando que el espectador empatice enseguida con él. Los dos chanantes son la nota esperpéntica y absurda del film, interpretando a dos de los personajes más locos.

Me gusta mucho la idea concreta como premisa de que sean los fantasmas los que se sorprendan de los vivos; en cuanto encuentran a una persona que es capaz de verles, oírles  e incluso entenderles. Ese romper las expectativas es una de las claves positivas del film, que se repite con algún que otro código estereotipado. Sin embargo, se podía haber trabajado más las posibilidades cómicas a nivel de guion, así como alguno de los protagonistas principales. Está bastante desaprovechado el personaje de adolescente embarazada de Andrea Duró, que se queda en un par de gags resultones. Así mismo sucede con el de Alex Maruny, que da vida al malote oficial de la clase y que sigue en sus trece aún después de muerto, que aunque esconde un secreto, por otro lado es bastante previsible. Funcionan por otro lado mucho mejor los dos personajes interpretados por los actores más desconocidos, Anna Castillo como la religiosa y recatada empollona de la clase, y Javier Bódalo como al joven poco agraciado y fiestero que se ha quedado en estado de embriaguez desde que muriera en una explosión junto a sus compañeros. Los momentos musicales están muy bien coreografiados y excelentemente ubicados para dar un toque fresco al film, no se abusa de ellos, y ese tono entre americano y años 80 patrios otorga un espíritu y una estética curiosa a la película.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

ESTRENO DE "CHEERS"


Desde hace un par de semanas, Telecinco emite en su franja de prime time de los domingos el remake de la serie americana de culto “Cheers”. Con el mismo nombre, y bajo el formato de sitcom de alrededor de 30 minutos, nos presenta versiones actualizadas y nacionalizadas de los personajes de la serie originaria, que se relacionan fundamentalmente en un bar que da nombre a la serie, y cuyas conversaciones e interacciones forman el eje principal de la trama.

Lo primero que debo admitir es que no he visto la serie original, así que me desmarcaré de las comparaciones e iré de lleno a exponer los puntos de vista que he podido adquirir a la vista de estos primeros cuatro capítulos. Primero iremos personaje por personaje. A pesar de ser una serie coral, podemos hablar de que las cabezas visibles de la sitcom lo forman los personajes de Alberto San Juan (el camarero guaperas) y Antonio Resines (el psicólogo que acaba de ser abandonado por su mujer); el primero aprovechará seguramente su vis cómica para dar vida a su alter ego ligón, chulo y ocurrente, pero sin embargo hay que tener en cuenta que a este actor nunca se le ha llegado a ver cómodo en televisión; cosa contraria le ha ocurrido a Antonio Resines, que se ha prodigado desde hace prácticamente una década solo en televisión, y que corre el riesgo de hacer una parodia o una prolongación de su personaje de Antonio Resines (pese al moderadamente radical cambio físico), y de convertir a los tres o cuatro protagonistas (ya veremos cómo se desarrolla su importancia) en unas meras calcas de Santi, Fiti y Diego en un bar un poco más estiloso que la taberna de “Los Serrano”.

Para desmarcarse de la serie original americana y de un posible acercamiento al espíritu y esencia de “Los Serrano” o “Los hombres de Paco”, deben potenciar el resto de los personajes que conforman el reparto. Por un lado el de Alexandra Jiménez, la estudiante de Bellas Artes al que su padre ha dejado sin dinero y sin estatus social, y que se ve obligada a trabajar de camarera en el bar, personaje al que doy más posiblidades gracias a la actriz que lo interpreta. También sería interesante potenciar el de Ricardo (Luis Bermejo), al tratarse del miembro del reparto menos conocido, y un personaje tan manipulable y expresivo al que se le puede sacar mucho jugo, ya que el resto del casting da cierta sensación de refrito de otras series. Por último, deben saber combinar y dosificar con acierto las apariciones de los personajes de Chiqui Fernández (la camarera borde y amargada), de Joan Pera (el camarero antiguo, entrañable y olvidadizo) y Adam Jeziersky (el camarero extranjero y con pocas neuronas que no entiende muy bien el idioma). Este último ya ha dado muestras de tener potencial, gracias a una interpretación muy correcta del actor, haciendo olvidar rápidamente a su Gorka de “Física o Química”, y aunque algunos diálogos un poco burdos le quieran restar mérito.

De lo visto hasta este momento lo que más evidente me ha resultado es que los diálogos no están muy pulidos. Si es verdad, como dijo Antonio Resines en unas declaraciones recientes, que se han comprado los guiones de la serie original, pero no vale solo con cambiar un par de bromas y meter un par de chistes y clichés patrios, sino que hay que usar a los personajes para crear unas situaciones que emanen de las relaciones de estos personajes adaptados. Por otro lado, uno de los puntos positivos de la serie para conseguir su continuidad, está en la posibilidad tan abierta de introducir cameos puntuales, tal y como sucediera con “7 vidas”, y que ya hemos visto en estos primeros episodios en el caso de José Coronado, Ana Belén, Sara Carbonero, Fátima Baeza o Fernando Andina. Sin embargo, a esta serie la queda mucho camino por recorrer si quiere aguantar en la encarnizada lucha por las audiencias de esta temporada.

lunes, 11 de febrero de 2008

LOS OLVIDADOS DE LAS SERIES ESPAÑOLAS

Nos centraremos en tres de las producciones que se emiten actualmente y que llevan ya unas cuantas temporadas en antena, siendo los buques insignia de su cadena: Aída, Los Serrano y Los Hombres de Paco. En cuanto al spin-off de 7 Vidas es especialmente curioso el caso del personaje de Paz (interpretado por Melani Olivares). Esta serie lleva ya cinco temporadas en antena y el reparto ha permanecido fijo durante todo ese tiempo, algo digno de resaltar, aunque quizás sí es cierto que en estas dos últimas temporadas se han incorporado dos personajes (el hermano gay de Mauricio y su sobrina "Macu") que han pasado de alguna forma a ser miembros casi regulares del elenco. Pues bien, sobretodo en esta última temporada, a raíz del desplazamiento argumental de la figura de Luisma hacia la futura madre de su hijo, el personaje de Melani se ha quedado sin tramas y pasa sin pena ni gloria haciendo de intermediario en historias que no la incumben directamente. Quizás su personaje arriesgado, una prostituta, hace difícil el integrarla en tramas relacionadas con el ámbito laboral que no se basen en la ocultación de esa identidad (lo que dio juego en las primeras temporadas) y por otro lado el ámbito sentimental ha quedado relegado como ya se ha dicho por "La Macu". Otro caso similar es el de Marián Aguilera, Silvia en Los Hombres de Paco: A medida que la serie ha ido avanzando ha ido desapareciendo a simple oficial de laboratorio que se pasea por la comisaría poniendo en común los resultados y olvidándose por completo de cualquier trama personal. Ni siquiera la introducción de su embarazo con un hombre que ya no era su pareja sirvió para reactivar su personaje, se cargaron esa trama de un balazo en el estómago y no trascendió más en posibles consecuencias que dieran lugar a nuevos abanicos argumentales. Parece que su personaje solo se sostenía en las relaciones personales: al principio de la serie estaba a punto de casarse, enamorado locamente de Lucas, que más tarde derivaría resignadamente en una irregular relación con Montoya. Una vez tocados todos esos palos, su relevancia en la serie se ha esfumado por completo. En el caso de "Los Serrano", a raíz del éxodo de los personajes de Marcos y Eva, la posterior desaparición de casi todos los personajes adolescentes en época de maduración y el hace ya tiempo abandono del humor para convertirse en un "Médico de familia" más, el personaje de Alexandra Jiménez (África) ha quedado inutilizado por completo en esta última temporada. Entró con fuerza en la serie, en su máximo esplendor y ahora parece que después de su ruptura con el personaje de Raúl solo han visto una solución para que no desapareciera de la serie: convertirla en profesora de ballet de la escuela donde trabaja medio elenco de la serie. Sin embargo, su partenaire, el personaje interpretado por Alejo Sauras ha salido reforzado convirtiéndose en una pieza clave de la serie desde la marcha de Fran Perea y Verónica Sánchez, le han brindado muchas más oportunidades para desarrollar sus tramas como por ejemplo su reciente (y metida con calzador) paternidad. Todos estos casos que empezaron como protagonistas no tienen la excusa de un relevo a segundo plano para permitir sus aventuras cinematográficas (excepto quizás últimamente Marián, sin descartar que en vez de una causa puede ser un efecto) sino que los personajes se han estancado, no dan mucho más de sí o los guionistas no saben como darles salida.

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