domingo, 5 de febrero de 2012

PROMOCIÓN FANTASMA


Modesto (Raúl Arévalo) es profesor y en ocasiones ve muertos, lo cual no solo le ha costado una fortuna en psiquiatras, sino el despido de todos los colegios donde ha trabajado. Su suerte cambia cuando consigue plaza en el Monforte y tiene que dar clase a cinco alumnos que han convertido un colegio de prestigio en la casa de los horrores. Modesto tiene que lograr que los cinco chicos aprueben el último curso y se larguen de allí de una vez por todas. Pero no lo va a tener fácil: los cinco llevan veinte años muertos.

Esta producción es un salto cualitativo del director con respecto a su fallida “Spanish Movie”. Aquí se aleja de la parodia para crearse un universo propio en el que los fantasmas y la generación adolescente convergen para regalarnos una comedia agradable de ver y sobretodo de disfrutar. En términos generales, se le podía haber sacado más partido a la relación de amor entre el personaje vivo interpretado por Aura Garrido y el fantasma encarnado por Jaime Olías, que ya fueron pareja protagonista en la serie “Ángel o demonio”, dándole alguna vuelta de tuerca y llevándolo un poco más al humor en vez de abandonarse al mero pasteleo bañado con dosis emo-góticas. Alexandra Jiménez está correcta como acostumbra, pero no destaca ya que su papel es mero conductor y conector entre personajes e historias, dejando la carga cómica a actores como Raúl Arévalo, Silvia Abril, Carlos Areces o Joaquín Reyes. Este primero, visto en películas como “Azuloscurocasinegro” o “Primos” asume el rol protagonista haciéndose evidentemente victimable y logrando que el espectador empatice enseguida con él. Los dos chanantes son la nota esperpéntica y absurda del film, interpretando a dos de los personajes más locos.

Me gusta mucho la idea concreta como premisa de que sean los fantasmas los que se sorprendan de los vivos; en cuanto encuentran a una persona que es capaz de verles, oírles  e incluso entenderles. Ese romper las expectativas es una de las claves positivas del film, que se repite con algún que otro código estereotipado. Sin embargo, se podía haber trabajado más las posibilidades cómicas a nivel de guion, así como alguno de los protagonistas principales. Está bastante desaprovechado el personaje de adolescente embarazada de Andrea Duró, que se queda en un par de gags resultones. Así mismo sucede con el de Alex Maruny, que da vida al malote oficial de la clase y que sigue en sus trece aún después de muerto, que aunque esconde un secreto, por otro lado es bastante previsible. Funcionan por otro lado mucho mejor los dos personajes interpretados por los actores más desconocidos, Anna Castillo como la religiosa y recatada empollona de la clase, y Javier Bódalo como al joven poco agraciado y fiestero que se ha quedado en estado de embriaguez desde que muriera en una explosión junto a sus compañeros. Los momentos musicales están muy bien coreografiados y excelentemente ubicados para dar un toque fresco al film, no se abusa de ellos, y ese tono entre americano y años 80 patrios otorga un espíritu y una estética curiosa a la película.

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