Mucho tiempo después de su curso de Erasmus en España, Xavier (Romain Duris) está
casado y tiene dos hijos, pero aun así sigue encontrando la vida muy
complicada. Cuando su mujer (Kelly Reilly) se traslada a Nueva York por razones de
trabajo, incapaz de soportar la situación, decide seguirla con los
niños.
Cédric Klapisch nos ofrece la tercera entrega de la saga que comenzó con "L'auberge spagnole" y
"Las muñecas rusas", en su particular propuesta sobre las relaciones humanas, tal como hiciera hace poco Richard Linklater con su trilogía sobre un universo más restringido, tan solo los varios episodios de amor entre un hombre y una mujer a lo largo del tiempo. En este campo, la matriz es un poco más amplia y sigue cómo han evolucionado las vinculaciones entre un grupo de amigos que se conocen prácticamente desde niños. Romain Duris, héroe romántico francés de la actualidad que ya nos soprendió en "Los seductores", ejerce como hilo conductor de esta historia, dando vida a un hombre en una encrucijada vital en la que parece que tiene que deshacerse de viejos prejuicios y encontrar un camino que hasta ahora no ha parecido encontrar en su vida. Pero los tiempos vitales del ser humano están para redefinirlos, y "Nueva vida en New York" es un claro ejemplo de ello, así como su protagonista.
En su círculo relacional entran en juego su actual esposa con la que tiene una relación harta difícil (Kelly Reilly), una amiga lesbiana con la que tiene la relación que aparentemente es la más sana aunque le exija uno que otro sacrificio (Cécile de France), y su antigua novia que aparecerá para complicar todavía más su situación (Audrey Tatou). Esta entrega nos habla de forma desenfadada, con algunos momentos de comedia muy de proceder francés, otros momentos refrescantes y que salpican agradablemente la narración, y que hacen entre todos una narración solvente la indecisión de los treinta y pico, que nos hablan de un momento de elecciones y de dudas que parecen no poder posponerse de la forma que antes podía ocurrir con los veinte, pero que en nuestra generación se nos plantea en esa franja de edad. Lo bueno de esta tercera entrega es que se entiende por sí sola, y por tanto no es necesario conocer los antecedentes que se plantean en las dos primeras, y así mismo los iniciados podrán disfrutar de dos horas agradables, asumiendo algunas de las causas en el subtexto, aunque perdiéndose inevitablemente algunos guiños. Mi puntuación: 6,5 sobre 10. "Nueva vida en New York" se estrenó ayer jueves en las salas españolas.
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viernes, 16 de mayo de 2014
jueves, 28 de noviembre de 2013
¡MENUDO FENÓMENO!

Remake que Ken Scott dirige de su película 'Starbuck'
(2011). En ella, el personaje de Vince Vaughn, antiguo donante de esperma,
descubre en el peor momento de su vida que es padre nada menos que de
quinientos treinta y tres hijos, pues en la clínica de fertilidad donde donó su
esperma cometieron un error.
Lo primero que debo apuntar para realizar esta crítica es
que no he visto la original “Starbuck”, en la que está basada esta cinta y que
está dirigida por el mismo director, pero en este sentido entiendo que haya
detractores de esta película por hacer un remake tan obvio y tan temprano.
Aclarado esto, he de decir que la originalidad y frescura del argumento, justo
a cierta sensibilidad para construir los diálogos y personajes es lo que me gusta de este
producto, pero eso no quita para que esto ya estuviera presente en su
antecesora. La película mezcla con buen hacer y momentos muy visuales la
comedia y cierto drama del eterno conflicto paterno-filial, cosificándose éste
en dos direcciones: del protagonista hacia sus hijos y del protagonista hacia
su padre, por lo que el arco de personaje tiene todavía más fuerza que si solo
se hubiera limitado a desarrollar el argumento de la sinopsis.
¿Sobre el trabajo de Vince Vaughn como protagonista? Creo
que la labor es digna, porque aunque en ocasiones resulta algo inexpresivo, las
situaciones ya son de por sí increíblemente esperpénticas y fuera de lo común
para que el personaje también lo sea. De hecho, yo creo que se ha hecho un trabajo
incluso de contención de la personalidad del personaje, ya que al principio se
nos vende un poco como fracasado, cabra loca y una especie de pícaro
buscavidas, pero poco a poco se va difuminando entre el argumento y la
interpretación del actor, tal vez para hacer predominar la trama y el cambio de
paradigma en su vida. Sobre el resto de intérpretes, no destaca realmente
ninguno por encima del resto, ya que, vuelvo a reiterar, la situación vuelve a
primar por encima de todo; ni siquiera el personaje de Cobie Smulders -la novia- tiene algo que merezca resaltar. Mi puntuación: 7 sobre 10. “¡Menudo
fenómeno!” se estrena el 29 de noviembre en las salas españolas.
viernes, 22 de noviembre de 2013
UNA FAMILIA DE TOKIO

El viejo Shukichi Hirayama (Hashizume) y su esposa Tomiko
(Ichihara) viven en una pequeña isla. Aunque no les gusta la vida urbana, van a
Tokio a pasar unos días con sus hijos. El mayor (Masahiko Nishimura) dirige un
hospital; la mediana (Tomoko Nakajima) es dueña de un salón de belleza, y el
pequeño (Satoshi Tsumabuki) trabaja en el teatro. Remake de "Cuentos de
Tokio" de Yasujiro Ozu.
Remake, que aunque muy válido y de notable sensibilidad
remitiendo a la película del mítico Yasujiro Ozu, me hace plantearme si
realmente hacen falta este tipo de remakes, sobretodo de una película de
temática tan sencilla como ésta, en el que realmente la versión original nunca
perderá vigencia ni pertinencia. En esta nueva versión del clásico, sí se
atisba cierta introducción de elementos de picaresca en el relato, un intento
de dar un soplo de aire fresco al conocido relato, para justificar su
producción: esta picaresca viene a cargo de alguno de los personajes, por un
lado del padre de la familia y también del hijo pequeño, al que da vida Satoshi
Tsumabuki, con una interpretación que contrasta con el resto y que da muestras
de una concepción más occidental, no como todos los valores tan propiamente
orientales que bañan el relato.
De lo más degustable del film, es observar ese contraste
entre el comportamiento de la gente de la ciudad y la gente del pueblo, incrustado
esto ya en la de por sí particular cultura japonesa. Uno de los elementos a
resaltar también la película es el destino de uno de los personajes, el de la
madre de la familia: el destino trágico que sufrirá el personaje está sembrado
de forma pausada y estilosa, para crear el mayor efecto en un espectador que ha
estado disfrutando dos horas de una película lenta (como casi todo el cine
japonés de este género), con pocos sobresaltos. En cuanto a su proyección en
España, me cuesta pensar que pueda hacer una buena taquilla que lleve a la sala
a alguien más que a los gustosos del cine clásico, los académicos y algún fan
acérrimo del cine japonés. Mi puntuación: 6 sobre 10. “Una familia de Tokio” se
estrena hoy viernes 22 de noviembre en las salas españolas.
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