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jueves, 22 de mayo de 2014

A 20 PASOS A LA FAMA




"20 Feet from Stardom", en alusión a que se encuentran en el escenario muy cerca de los cantantes famosos, es un poema a las coristas del pop y el soul. La cara femenina de "Standing In The Shadows of Motown". Eran las de la parte trasera del escenario, a seis metros del estrellato. Bruce Springsteen, Stevie Wonder o Mick Jagger miran al coro y piden más. Los cantantes "de recambio" viven en un mundo que se encuentra más allá del punto de mira. Sus voces traen armonía a las bandas más grandes de la música popular, pero no hemos tenido ni idea de lo que estos cantantes son o qué rumbo toman sus vidas - hasta ahora.

Tenemos ante nosotros un delicioso documental dirigido por Morgan Neville, que como todo buen documental nos propone una cara oculta o poco visualizada de un aspecto de la vida tan universal y tan llamativo como es el mundo de la música: este relato no se centra por tanto en el epicentro de todas las alabanzas y fanatismos, es decir, en los grupos y vocalistas de dichos grupos, sino en esa parte esencial pero ajena a los ojos del gran púbico: las coristas y las acompañantes. Las narraciones de estas personas, que en algunos casos como la de Darlene Love tuvo su propia bajada a los infiernos negando su talento ante la imposibilidad de salir de esa prisión estructural que puede ser el ser catalogada como corista, tienen la suficiente fuerza para mantenerte atrapado la hora y media que dura la producción.

Al fin y al cabo, esta historia, va de personas que persiguen sus sueños, de sueños que no solo tienen una cara clara y límpida, sino que los prismas de la realidad musical les hacen decidir entre un éxito comedido en su zona de confort de la que parece que algunos no quieren que salgan, o intentar volar alto para tomar su propia carrera, con el incalculable riesgo que las podría suponer darse un batacazo considerable. Las narraciones desde el punto de vista de las propias protagonistas, se intercalan por algunos de sus promotores musicales, así como de algunos de los artistas más importantes de estos últimos cincuenta años (Bruce Springsteen, Mick Jagger o Stevie Wonder). La banda sonora necesaria, que es parte diegética del relato ya que se tratan de los temas que en algún punto interpretaron, hace el resto. Mi puntuación: 7,5 sobre 10. "A veinte pasos de la fama" se estrenó ayer miércoles 21 de mayo en las salas españolas.

lunes, 24 de febrero de 2014

ENTREVISTA A ALEXANDRA JIMÉNEZ

Después del éxito de críticas cosechado por su labor en los Premios Feroz, siendo conductora destacada de la gala, Alexandra Jiménez ha sido propuesta para presentar junto al ya repetidor Tony Garrido, la noche de los Oscar (Domingo, 2 de marzo) en Canal +. La actriz ha aceptado el reto de buen gusto, y con motivo de ello aprovechamos para preguntarle por esta experiencia y por su trayectoria como actriz en un pasado reciente.

Alexandra comentará los Oscar para Canal +
Viendo el éxito que has tenido conduciendo la gala de los Premios Feroz y sabiendo que te vas a hacer cargo de la entrega de los Oscar en Canal +. ¿Cómo te planteas tu carrera a partir de ahora?
A mí el tema de presentar no es algo que me interese per sé ni me ha llamado la atención nunca. Por casualidad me llamaron para los Feroz y a día de hoy sigo sin entender por qué, porque yo no tengo experiencia como presentadora ni nada de esto. Si hubo buenas críticas fue por el guion de Paco Cabezas, estaba todo muy cerrado, era una puesta en escena. Entonces esto es diferente, voy a estar en la noche de los Oscar con Tony, con Carlos Marañón, pero no es lo mismo: yo no tengo un guion, vamos a estar comentando, y con toda la naturalidad del mundo, pero como lo haría yo, como estamos hablando ahora mismo nosotros, vas comentando sobre la marcha lo que ocurre… pero el foco tampoco eres tú, el foco es lo que está pasando. Somos comentaristas disfrutando de la gala, y es una noche, es una cosa totalmente puntual, que lo han hecho otras actrices… por eso no me planteo nada más. Y lo de los Feroz ha sido una experiencia maravillosa, porque para mí era también un ejercicio de decir: “voy a echarle lo que hay que echarle aquí” y ponerme a prueba, porque yo siempre he pensado que sería absolutamente incapaz de enfrentarme a una situación así, cuando he visto a compañeros conduciendo galas. Y si lo sacas adelante, ya te quedas tranquila, diciendo “mira, eso que superé” (Risas).

¿Cómo intentarás gestionar la parte personal de ser lógicamente una amante del cine y una fan más con la parte de conductora que a priori debería ser algo más imparcial? ¿Se aprovechará eso para jugarlo a favor?
Pues es que como no sabemos qué va a pasar, realmente guion como tal no hay, entonces vamos  un poco sobre la marcha. Y por supuesto es inevitable cuando esto va de que somos personas comentando sencillamente lo que vemos, lógicamente todo va a ser parte de tu percepción personal. Entonces, es inevitable (Risas).

¿Qué te llevó a aceptar tanto la gala de los Feroz como de los Oscar?
El no pensarlo (Risas). Sí, si lo piensas no lo haces (Risas). Y menos una persona como yo que ese tipo de situaciones solamente de pensarlas ya me colapsa. Y en parte como yo ya tengo esta historia de que me cuesta mucho hacer algo con mi nombre, sin estar con un personaje, que ya el simple hecho de estar en una rueda de prensa es algo que me corta… cuando estoy interpretando estoy feliz. Entonces, no sé por qué me han llamado, pero el hecho es que me han llamado, entonces voy a aprovechar esta oportunidad que me ha puesto la vida para ponerme a prueba.

¿Cuáles fueron los pasos para superar ese miedo en la gala de los Feroz? ¿Te intentas escudar en una especie de personaje?
Sí, como una función de teatro. Me lo plantee así porque además era todo de memoria, una puesta en escena de principio a fin: monólogo, escena, parodia, ahora salgo corriendo, luego entro… y todo muy medido como el que sale al teatro a actuar. Y sí me escondía un poco en una versión que no soy yo, si tengo que ser yo habría sido aburrido (Risas).
  
¿Cómo fue el momento en que interactuaste con Pedro Almodóvar de forma muy desenfadada? ¿Tenías miedo de la situación a recrear?
Sí, pero eso estaba supercalculado... (Piensa) Bueno, supercalculado no porque en principio él no podía venir, vino en el último momento. Pero sí que me dijo Paco Cabezas: “Vas a hacer esto” (Risas) y yo le quería matar en ese momento, ¡cómo le iba a hacer eso! Pero al final pues mira… yo creo que no le pareció mal (Risas).

Junto a Tony Garrido, otro de los comentadores de la gala
¿Cómo has vivido hasta este momento personalmente las galas de los Oscar?
De pequeña me quedaba siempre despierta con mi hermana viendo la gala (Risas). Luego ya he ido perdiendo un poco la costumbre, y la he recuperado en los últimos años. De este año me faltan unas tres películas por ver, para poder valorarlas en conjunto.

¿Alguna favorita para este año?
Yo para película estoy entre “El lobo de Wall Street” y “Doce años de esclavitud”, pero probablemente se la lleve “Gravity” (Risas). En actor me gustaría mucho Leonardo DiCaprio pero  me pasa que luego veo a Joaquin Phoenix en “Her” y me digo que se lo tienen que dar, pero luego veo “Mud” y digo que se lo tiene que llevar Matthew (Risas). Y de actriz se lo va a llevar Cate Blanchet, está muy cantado, ¿no? Porque está espectacular. Me gustaría mucho que se lo llevara Julia Roberts, pero no se lo va a llevar creo.

¿Balance personal de los premios Goya?
Pues me alegro muchísimo de que se lo haya llevado David Trueba, que se lo haya llevado Javier Cámara por ejemplo… No sé, me parece que ha estado muy bien. Ahora mismo lo que más nos puede preocupar de los Goya es la repercusión que pueda tener para que la gente diga: “Ay, voy a verla” (Risas). Ya no es tan importante quién se lo lleva, sino celebrar esto al máximo y que la gente empiece a coger de otra manera el cine español. También me gustó mucho el éxito de la película de Rodrigo Sorogoyen (“Stockholm”), porque yo he trabajado con él  y disfruté muchísimo, porque teníamos un sistema de trabajo en “La pecera de Eva” que estaba muy bien, y él es un grandísimo director de actores. Es una gozada porque le encanta investigar en los personajes e investigar en el actor a ver lo que puede sacar.

¿Cómo era exactamente la mecánica de trabajo en “La pecera de Eva”?
Pues lo primero me obligó a ponerme en una posición que estaba totalmente a la intemperie, sin un diálogo que aprenderme y estar rompiéndote la cabeza en cada secuencia porque tienes que decir cosas coherentes durante quince minutos de toma. Era sobretodo estudiar la estructura de la secuencia, porque eran secuencias muy largas, entonces tenías que tener muy claro que “tengo que hablar de esto, pero justo después de esto tengo que sacar este tema, una vez que haya sacado este tema me tengo que ir a la puerta, abrir y hacer entrar a este nuevo personaje,  y después voy a llamar por teléfono…”. Tú sí que sabes por dónde vamos a pasar y hay que pasar, porque el argumento está claro, pero todo lo que vas a decir es lo que no tienes muy claro. Entonces tienes que estar, despierta no, lo siguiente. Entonces estábamos todos escuchándonos de una manera brutal, que eso es lo bonito también de este trabajo, aprender a escuchar.

¿Cómo llevas la gestión de las redes sociales?
Yo no tengo twitter. Me parece genial y me parece que como herramienta es la bomba para el que sienta que lo puede gestionar y salir airoso. Yo personalmente sé que no puedo (Risas). Entonces prefiero protegerme en ese sentido. Estar todo el día comentando me costaría, y al final acabaría no comentando nada. Me parece que este es un trabajo en el que te expones ya de por sí mucho y exponerte todo el rato abiertamente, a conciencia.

domingo, 20 de marzo de 2011

INSIDE JOB


Documental sobre las causas y los responsables de la crisis económica mundial de 2008, que para millones de personas significó la pérdida de sus hogares y empleos y que puso en peligro la estabilidad económica de casi todos los países desarrollados. A través de una extensa investigación y entrevistas a fuentes financieras, políticos y periodistas, se muestra el auge de empresarios sin escrúpulos y la degradación de la política y la educación. Presenta la indignante historia de un “gobierno de Wall Street” y explica cómo esta reciente crisis financiera ha sido efectivamente un “inside job” o delito interno colectivo ejecutado por banqueros, políticos, agencias calificadoras, burócratas y profesores universitarios, quienes utilizaron la desregulación para crear y promover complejos instrumentos financieros derivados y titulizados para beneficiar sus propias cuentas bancarias, mientras hacían la vista gorda cuando el mercado subprime de hipotecas se desplomó, arrasando con los ahorros de toda una vida de muchas personas comunes y corrientes.

Pese a qué algún tecnicismo y el desarrollo de la explicación de la primera parte puede resultar algo confusa para gente no muy entendida en materia económica, como es mi caso, o por lo menos con un mínimo conocimiento de cómo funciona la bolsa en el mundo actual, poco a poco el retrato de la situación se va a haciendo clarividente para el espectador y ni a pesar de ser despistado brevemente por algún concepto de difícil comprensión o algún tecnicismo aislado, logramos comprender a grandes rasgos y con bastante facilidad el desarrollo económico que nos ha llevado hasta esta crisis. Y que cómo el documental se encarga de dar a entender, no ha sido un accidente sino que ha sido un fraude, un delito fraguado a través de los años gracias a la desregulación de la bolsa, que unos cuantos aprovecharon para su propio beneficio. El documental está narrado por el famoso actor Matt Damon, que es más curiosidad que otra cosa. Las preguntas a todo el “elenco” entrevistado son arriesgadas e inciden con valentía en sacar unas mínimas confesiones a las personas mayoritariamente implicadas en el fraude, o mejor dicho, a las que accedieron a entrevistarse, intentando hacerles reconocer que tenían conocimiento de lo que estaba pasando, intentando sacarles de esa frase unificada de que fue un accidente y que no sabían hacia dónde iba la bolsa y la situación económica general que se nos venía encima. Resulta más que clarificador por ello el cinismo de las respuestas de los implicados, y el documental logra un retrato tan verídico de estas personas, que ellos mismos se retratan cuando contestan a las preguntas más comprometidas con evasivas, con balbuceos o con respuestas en los que se puede atisbar con claridad la prepotencia de estos grupos de gente y la forma que tienen de mirar para otro lado. Estos titubeos no se eliminan del montaje, sino que son potenciados en él para dar cuenta de la forma de actuar de las personas que fueron gran parte del engranaje que nos ha llevado a la situación en la que estamos.

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