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martes, 26 de noviembre de 2013

VIRAL



Raúl, un joven de 25 años, resulta elegido para protagonizar un concurso sin precedentes: tendrá que vivir una semana en el edificio FNAC de la plaza de Callao de donde no podrá salir bajo ningún concepto. Su único contacto con el exterior será a través de las redes sociales. Su objetivo: conseguir 100.000 fans. Sin embargo, muy pronto, ganar no será su única meta: además de intentar conquistar a Lucía (una de las cajeras, de la que está enamorado) y superar su miedo patológico a los espacios cerrados, Raúl tendrá que enfrentarse a los inquietantes sucesos que tienen lugar en el interior de la tienda por las noches.

La película de Lucas Figueroa se me antoja como irregular, ya que es un compendio de muchos elementos divergentes: algunos atractivos, algunos contradictorios, algunos salvables y otros simplemente fallidos. Nada más comenzar el film, nos encontramos con un gran inicio, al vernos de lleno en una especie de plano subjetivo guiado por el protagonista mientras pasan los créditos, mientras el protagonista va paseando por Madrid hasta llegar al FNAC. Casi ya desde este principio, la narración se mueve entre dos aguas. Funciona a momentos, pero a veces notas que algún engranaje no acaba de estar bien dispuesto. Tiene cierto plus de reconocimiento por parte del espectador, ya que casi todo el mundo habrá pasado por dicha localización y sentirá un cierto sentimiento de extrañeza cómplice que es un elemento más a tener en cuenta. Uno de sus fallos manifiestos, es una resolución bastante floja y simplona: no se apuesta al cien por cien por el terror fantástico y parece plantado de repente.

Uno de los aspectos más positivos, y que es bastante evidente desde su campaña de promoción hasta en el resultado final, es el gran diseño de producción que ha conseguido financiar de forma privada todo el proyecto, teniendo como eje de acción las instalaciones del FNAC, lo que probablemente nos habla del futuro hacia donde va la financiación del audiovisual en estos momentos; aunque no me puedo quitar de la cabeza que en este caso a veces este elemento juega en contra. En el apartado reparto sobresale el personaje del primer hombre de seguridad, interpretado por Chani Martín, alivio cómico necesario que funciona a la perfección pero que desaparece en seguida. En el lado opuesto, no entiendo el porqué del acento andaluz de Miguel Ángel Muñoz, que junto a una limitada producción de sonido en alguno de los casos, hizo que me perdiera gran parte de sus parlamentos, aunque quizás sea algo muy personal. Mi puntuación: 6 sobre 10. “Viral” se estrena el viernes 29 de noviembre en las salas de toda España.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

PRIMERAS IMPRESIONES DE "ISABEL"


“Isabel” por fin se está emitiendo los lunes en TVE, después de estar tanto tiempo en el cajón de sastre retenido que es ahora mismo las producciones de la cadena pública. Con tres emisiones hasta la fecha, ya queda más o menos patente los puntos fuertes y las incertidumbres que puede suscitar esta producción en la que Michelle Jenner da vida a la figura homónima de la serie.

Así bien, nos encontramos a la joven actriz catalana como protagonista de la ficción, consiguiendo que desde el primer minuto (supongo que tanto la ambientación como el vestuario también contribuyen a ello, pero sobre todo el buen hacer de la actriz) el espectador se olvide de su pasado personaje de Sara en “Los Hombres de Paco”, lo que a mí me parecía tarea harta difícil después de estar tantas temporadas en la ficción de Globomedia. A esta la secundan solventes actores consagrados de la pequeña pantalla como pueden ser Ginés García Millán o Pedro Casablanc, dando vida a Juan Pacheco y a Alfonso Carrillo consecutivamente, siendo estos de lo mejorcito a nivel interpretativo. También nos encontramos a un muy correcto Víctor Elías dando vida a Alfonso, el rey de Isabel, dejando atrás su papel de gamberro en “Los Serrano”; así como a Pablo Derqui después de aparecer en “Hispania” para encarnar de una forma visceral a un rey Enrique IV que se nos presenta de forma compleja y con múltiples aristas, pero cuya interpretación recuerda levemente a su anterior papel. La mujer algo desequilibrada y frustrada del rey está interpretada por la siempre agradable de ver Bárbara Lennie. En otro punto positivo de la producción, hay que decir que da gusto tener a actores como William Miller o Sergio Peris-Mencheta, cuyo uso de las armas por otros proyectos nos ha regalado alguna buena pelea coreografiada.

El actor que más ha desentonado hasta la fecha ha sido César Vea, proyectando una voz que no muestra autoridad ni beligerancia sino que provoca que todo en él suene falso, aunque se redime en las escenas finales de su personaje que culminan con su muerte; sin duda, una baja para mí prescindible e incluso positiva. La nota curiosa la pone Rodolfo Sancho, ya que a pesar de ser vendido como co-protagonista de la serie, solamente ha aparecido en una secuencia al final del capítulo uno, así que nos preguntamos en qué momento aparecerá por fin. A nivel artístico nos encontramos con unos decorados interiores de notable realización, y un vestuario que debido a tratar básicamente con personajes de alta nobleza se libran del “San Benito” de otras producciones españolas sobre las prendas de época que parecen recién sacadas de la lavandería. Por otro lado, pecan un poco de cutrez alguna escena exterior de batallas, evidenciando que todavía queda un abismo enorme respecto a producciones de otros países como puede ser mismamente “Juego de Tronos” o alguna miniserie británica. Un lenguaje adecuado a la época en la medida de lo posible para ser entendible, pero sin llegar a ser pedante, es otra de las señas de identidad de “Isabel”. Esta, por otro lado, es una serie excesivamente recargada de música, pero que extrañamente no molesta en el relato y no suele pisar los diálogos. Las tramas se han articulado de momento en la lucha entre dos bandos por controlar las líneas de sucesión de la corona, incluso de derrocar al rey si es preciso, pero también tenemos líneas argumentales basados en el carácter de los personajes, como puede ser la necesidad de Alfonso de no ser tratado como un pepele o la negativa de Isabel a aceptar un marido impuesto. En este sentido, veremos que nos es capaz de ofrecer la ficción sabiendo ya que no habrá segunda temporada.

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