Un extraño ser persigue a aquellos que han sido contagiados por una
maldición, este ser nunca se detiene y no cesará hasta matar al
infectado más reciente. Jay (Maika Monroe) es una universitaria que se
ve atrapada en medio de este fenómeno sin darse cuenta.
El
director y guionista David Robert Mitchell nos brinda uno de los mayores
homenajes al cine de terror de los setenta y los ochenta y a algunos de
los grandes nombres del género en esa época como Wes Craven, Sam Raimi o
George A. Romero. Pero sin lugar a dudas el gran referente tanto
estético como temático de “It Follows” es el cineasta John Carpenter, la
película rebosa una atmósfera tan conectada a la obra del director
neoyorquino que pareciese que Mitchell fuese su discípulo directo pese a
ser esta la primera vez que ahonda en el aspecto del terror. La
precisión con la que están ejecutados absolutamente todos y cada uno de
los planos de la cinta nos demuestran que se trata de un realizador con
las ideas muy claras y que sabe exactamente lo que busca en cada
momento, con un punto de vista nunca estático del todo y una
construcción sonora impecable consigue dignificar un género que sufre
precisamente por lo trillado de sus premisas que siempre podemos haber
visto antes. Sorprende además conocer el bajo presupuesto de esta
producción, que siendo solo de dos millones de dólares no parece
afectarle para nada en el aspecto técnico.
Como es habitual en la
gran mayoría de películas de miedo, nuestro grupo de personajes son
universitarios que deben enfrentarse a un fenómeno paranormal que no
acaban de comprender y que nunca podrá ser detenido. La gran ironía de
esta propuesta no es que los jóvenes mueran mientras mantienen
relaciones como suele ser uno de los clichés del género, sino que es el
propio encuentro el que provoca que la maldición se transfiera como una
especie de enfermedad de transmisión sexual de la que solo se pueden
librar pasándosela a la siguiente persona. Este ser incansable toma el
aspecto de aquellos de los que ya se ha cobrado la vida, pero intentará
matar a Jay para poder continuar con su camino de muerte hacia atrás
retomando la cadena de los que lo sufrieron esta maldición. Un ente que
parece buscar la paz a través de llegar a quien provocase su situación
en primer lugar, aunque nunca lleguemos a saber claramente quién ni por
qué sucedió. El comportamiento de este extraño sujeto puede equipararse a
los muertos vivientes ya que nunca se detiene por nada mientras se
dirige hacia su víctima por muy lejos que esté, pero a su vez solo puede
verlo aquel a quien ataca siendo como un fantasma para los demás. Mi
puntuación: 7,5 sobre 10. “It Follows” se estrena el próximo viernes día 29 de
mayo en los cines.
Crítica de Sergio Cardete.
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miércoles, 27 de mayo de 2015
miércoles, 8 de abril de 2015
AGUAS TRANQUILAS
Los adolescentes Kyoko (Jun Yoshinaga) y Kaito (Nijirô Murakami)
viven en una de las islas subropicales de Japón. Cuando un cuerpo
aparece arrastrado por la marea tras el tifón la vida de ambos cambiará
al revelarse los problemas que rodean a cada uno.
La directora Naomi Kawase, veterana en el campo del documental, firma una de sus pocas incursiones en el género de la ficción con este relato realista sobre dos jóvenes que descubren por la fuerza lo que significa convertirse en adultos. “Aguas tranquilas” es una coproducción entre Japón, Francia y España, desarrollada íntegramente en una pequeña región reseñablemente despoblada y con una clara vocación rural. Las tradiciones son una pieza clave de esta sociedad, algo muy presente en la cultura nipona, haciendo que a los protagonistas les cueste aceptar los cambios que deben afrontar en sus vidas. Tras su participación en la sección oficial del Festival de Cannes del pasado año, la cinta ha recorrido un gran número de eventos del panorama cinematográfico pero no ha conseguido llegar a estrenarse en más que unos pocos países.
El peso en la película está tan focalizado en los dos personajes protagonistas y su relación que por momentos parece que todo lo demás deje de importar. Esta es una historia sobre el primer amor que encuentran el uno en el otro, tal vez porque no haya nadie más con quien conectar en la isla o porque sean los menos indicados para acabar juntos, hay momentos en que no parecen tener nada en común y donde comprobamos que no saben tanto el uno del otro porque prefieren guardarse cosas dentro de sí mismos aunque les reconcoman. Pese a que no parece importar todo lo demás, en realidad sus dificultades y sus dudas parten de los respectivos entornos, Kyoko es hija única y su madre lleva años con una enfermedad terminal, mientras que Kaito viene de un matrimonio roto y apenas ve a su padre. Las circunstancias de cada uno les harán concebir de manera diferente tanto lo que les rodea como su propia interacción. Los momentos más dolorosos en el desarrollo de la trama quedan elididos y es el espectador quien ha de casar las causas. Mi valoración: 6,5 sobre 10. “Aguas tranquilas” se estrena en las salas españolas el día 10 de abril.
Crítica de Sergio Cardete.
La directora Naomi Kawase, veterana en el campo del documental, firma una de sus pocas incursiones en el género de la ficción con este relato realista sobre dos jóvenes que descubren por la fuerza lo que significa convertirse en adultos. “Aguas tranquilas” es una coproducción entre Japón, Francia y España, desarrollada íntegramente en una pequeña región reseñablemente despoblada y con una clara vocación rural. Las tradiciones son una pieza clave de esta sociedad, algo muy presente en la cultura nipona, haciendo que a los protagonistas les cueste aceptar los cambios que deben afrontar en sus vidas. Tras su participación en la sección oficial del Festival de Cannes del pasado año, la cinta ha recorrido un gran número de eventos del panorama cinematográfico pero no ha conseguido llegar a estrenarse en más que unos pocos países.
El peso en la película está tan focalizado en los dos personajes protagonistas y su relación que por momentos parece que todo lo demás deje de importar. Esta es una historia sobre el primer amor que encuentran el uno en el otro, tal vez porque no haya nadie más con quien conectar en la isla o porque sean los menos indicados para acabar juntos, hay momentos en que no parecen tener nada en común y donde comprobamos que no saben tanto el uno del otro porque prefieren guardarse cosas dentro de sí mismos aunque les reconcoman. Pese a que no parece importar todo lo demás, en realidad sus dificultades y sus dudas parten de los respectivos entornos, Kyoko es hija única y su madre lleva años con una enfermedad terminal, mientras que Kaito viene de un matrimonio roto y apenas ve a su padre. Las circunstancias de cada uno les harán concebir de manera diferente tanto lo que les rodea como su propia interacción. Los momentos más dolorosos en el desarrollo de la trama quedan elididos y es el espectador quien ha de casar las causas. Mi valoración: 6,5 sobre 10. “Aguas tranquilas” se estrena en las salas españolas el día 10 de abril.
Crítica de Sergio Cardete.
sábado, 5 de julio de 2014
THE KINGS OF SUMMER

Tres jóvenes adolescentes: Joe (Nick Robinson), Patrick
(Gabriel Basso) y el excéntrico Biaggio (Moises Arias). Estos tres jóvenes
infelices, hartos de la sobreprotección de sus padres, deciden independizarse y
empezar una vida salvaje sin adultos y al margen de la sociedad, según sus
normas, según sus principios.
La película estadounidense rodada en 2013 dirigida por
Jordan Vogt-Roberts se centra en ese punto de la adolescencia donde la convivencia
con los padres parece incompatible con la propia, donde las ansias por volar
libre se hacen cada vez más grandes, y donde en muchas ocasiones los mismos
padres se revelan incapaces para lidiar con todos estos cambios que se suceden
en la personalidad de sus hijos. El director utiliza para su sencilla apuesta a
un trío de personajes (siempre debe de ser un trío, estos conflictos siempre
funcionan en forma de terna) que se deciden por cortar de raíz con su vida
infantil para probar su valía como “verdaderos hombres”: su decisión, lejos de
ser algo introspectivo, es migrar al bosque, lugar en el que intentarán construirse
un hogar desde cero y conseguir sobrevivir bajo sus propios medios. El fin
último, es la felicidad unida a la libertad, claro está.
El actor protagonista, Nick Robinson, tiene un magnetismo
resultón y la apariencia de un dandy moderno de apenas dieciséis años, por lo
que en cuanto aparece el factor amoroso sorprende algo más de lo normal que la
opción de la chica se sitúe en el personaje de Gabriel Basso y no en el del
protagonista, un conflicto necesario para que la historia sea algo más que una
aventura de autodescubrimiento entre los tres compañeros. El otro vértice del
triángulo de adolescentes queda conformado por el actor Moisés Arias, dando
vida al eje cómico y freak de entre todos ellos, un verdadero descubrimiento al
nivel del que fue en su momento Christopher Mintz-Plasse en “Supersalidos”. Los
toques de comedia indie se observan sobre todo en el retrato de los personajes
de los padres (tanto los de Joe como los de Patrick, sin excepción). Mi
puntuación: 6,5 sobre 10. “The kings of summer” se estrenó ayer viernes 4 de
julio en las salas españolas.
sábado, 23 de noviembre de 2013
EL MIEDO (LA POR)

Manel (Igor Szpakowski) tiene diecisiete años y nunca habla
con nadie de lo que pasa en su familia. Nunca habla de que, por las mañanas,
cuando su padre se levanta, él ya está despierto. Nunca habla de los morados
que su madre tiene en diferentes partes del cuerpo. Ni tampoco habla del miedo
que él, su madre y su hermana pequeña sienten cuando están en casa con su
padre. Por eso a Manel le gusta ir al instituto, porque mientras está allí no
está en casa.
Lo primero que se te pasa por la cabeza después de acabar de
ver esta cortita producción es que es muy dura. La película es brutal en su
concepción, sin ninguna concesión para la esperanza, tal vez con la intención
de que sirva como profunda denuncia social ante estas situaciones y anime a
denunciar estos casos al menos vestigio de su aparición. El lema de la
película, que es sin duda moralizante, es este: si esperas un segundo más a
denunciar lo que estás viendo o estás viviendo, puede ser demasiado tarde. A mi
entender, el elemento del miedo que sufren las víctimas está mejor trabajado en
la película “No tengas miedo”, porque se hace de una forma menos cruda, pero
que da más pavor por esa misma razón, porque vemos como un hombre puede ser una
persona normal en un contexto social determinado y luego en casa como se
convierte en un verdadero monstruo.
En este paralelismo con la película de Montxo Armendáriz,
encontramos que aquí la participación del elemento catalizador, o sea el padre,
es mucho menor. El conflicto aquí se focaliza en el hijo, interpretado por Igor
Szpakoski (“Pulseras Rojas”), en vez de en el foco de las vejaciones, una
opción válida como cualquier otra y que saca partido en momentos concretos.
Vemos la degradación en la forma de entender el mundo de este adolescente, que
ve como se ve privado de una vida normal y que además de atender a sus
problemas como adolescente tiene que intentar sacar a su madre de una situación
que ella no parece poder salir. En el apartado de realización, encontramos un uso
muy particular de la música, que define mucho al personaje de Manel, ya que
continuamente estamos escuchando las canciones que lleva en los cascos como
modo de evasión, con ritmos muy machacones. Mi puntuación: 5,5 sobre 10. “El
miedo” se estrenó ayer 22 de noviembre en las salas españolas.
viernes, 1 de noviembre de 2013
THE BLING RING

En Los Ángeles, un grupo de adolescentes fascinados por las
celebridades y el universo de las marcas rastrean en Internet la agenda de las
celebridades para robar sus residencias. Sustraen por más de tres millones de
dólares en objetos de lujo: joyas, ropa, zapatos, etc. Entre las victimas está
Paris Hilton, Orlando Bloom y Rachel Bilson. Los medios apodaron a esta banda,
la «Bling Ring».
De la nueva película de Sofía Coppola, bastante menos
satisfactoria que sus anteriores trabajos, se puede salvar lo atractiva que
puede resultar para el espectador la cierta endogamia que propone, ya que
tenemos a Emma Watson (la Hermione Granger de “Harry Potter”), una celebridad
reconocida de Hollywood, interpretando a un personaje que fantasea con llegar a
formar parte de esa escala social a través de sus robos, así como lo puede ser ver
la casa real de Paris Hilton, o los cameos puntuales de ésta misma y de Kirsten
Dunst, actriz que trabajó con la directora en “María Antonieta” y “Las vírgenes
suicidas”. Porque del resto queda muy poco para alabar, ya que enseguida nos
damos cuenta de que el artículo en el que se basa el film no da para tanto y
que la narración es muy repetitiva: los robos se suceden sin novedad, y si no
eres un fetichista de los conjuntos de los famosos o un fan de la moda no hay
mucho que sacar en positivo de estas escenas que se acaban por hacer cansinas.
Los personajes femeninos no se diferencian demasiado los
unos de los otros, excepto el de la protagonista y el de Emma Watson, ya que a la
primera se la ve desde el principio por dónde va y el de la segunda parece levantar
una excusa como cortina de humo para no asumir su verdadera personalidad. Hay una
especie de sensación de perplejidad, ya que por un lado te dicen que está
basada en hechos reales, pero asusta la facilidad con la que irrumpen en los
domicilios privados de las celebridades, que sólo se puede comprender por lo impensable
que es que alguien intente eso. En el apartado reparto, tenemos una gran
interpretación de la protagonista, Katie Chang, que tiene una escena antológica
perfumándose con uno de los productos de Rachel Bilson - dando entera muestra
de la emoción que siente al estar metida en ese mundo-; al contrario que una
Emma Watson en ocasiones bastante sobreactuada. Cierran el reparto nombres conocidos
como Taissa Farmiga (“American Horror Story”) o Leslie Mann. Mi puntuación: 5,5
sobre 10. “The bling ring” se estrenó el 11 de octubre en las salas españolas y
aún está en cartelera.
domingo, 13 de octubre de 2013
LAS MEJORES COSAS DEL MUNDO

Las mejores cosas del mundo cuenta la historia de Mano, un
chico de quince años que se ve envuelto en una situación totalmente desconocida
para él. Cuando un día vuelve a casa del colegio descubre que sus padres van a
divorciarse. Mano sería un número más en la estadística de adolescentes que
sufren con el divorcio de sus padres si no fuera por la causa por la que se
separan. La angustia y la pérdida que supone esta intensa experiencia atormenta
al protagonista que, ahora, junto con su hermano mayor, deben convertirse en
los hombres de la casa.
Esta película es una suerte de telefilm dramedia pasado a
código cinematográfico que cuenta las experiencias de un adolescente obligado a
experimentar ciertas cosas por primera vez, cosas para las que tal vez no está
preparado: pero es que en esas situaciones, nadie lo suele estar. La palabra
que define este producto es irregularidad: porque hay momentos que aun estando
basados en la cotidianidad de lo ordinario, tienen un matiz de frescura capaz
de conquistar al espectador durante varias secuencias (un ejemplo claro es
ciertos momentos de la trama del padre y su pareja); sin embargo, muchos otros,
a decir verdad la mayoría, parecen sacados de un trivial capítulo de “Al salir
de la clase”, al más puro estilo folletín. Las actuaciones del reparto salvan
en cierta medida la película, sobretodo la de algunos de los protagonistas
adultos, y por otro lado la empatía que produce el protagonista con el
espectador, un rostro normal y corriente que no opta por buscar la prototípica belleza
del séptimo arte.
Sin embargo, exceptuando la ya mencionada trama en la que se
ve involucrado el padre y su nueva pareja, todo es bastante banal, y en otros momentos
demasiado desfasado y fuera de tono, como si estuviéramos en un capítulo de
Glee –como la lucha por el poder de varios grupos en el Instituto o el baile-. En
las películas brasileñas, según mi experiencia, ocurre el proceso inverso que
con algunas de las películas de Almodóvar en España: no salen demasiado
favorecidas para la crítica nacional, pero son alabadas en el extranjero. Con
las del país latinoamericano suele pasar lo contrario: grandes críticas en su
propio país que avalan por ello su salida fuera de sus fronteras, pero que
luego se revela como bastante común a ojos ajenos. Tal vez tenga que ver con
que ciertas películas tratan muy bien la intelectualidad o los códigos que
manejan interiormente en el país, algo que nosotros desde fuera no conseguimos
ver. Una última cosa: no encuentro sentido al título. Mi puntuación. 5 sobre 10. “Las mejores cosas del mundo” se estrenó este
pasado mes de septiembre en las salas españolas.
viernes, 31 de mayo de 2013
HIJO DE CAÍN

Nico Albert (David Solans) es un adolescente de carácter muy
peculiar, inteligencia excepcional y una única obsesión: el ajedrez. Sus
padres, preocupados por la anómala actitud de su hijo, contratan al psicólogo
infantil Julio Beltrán (Julio Manrique). A través de la terapia y de la afición
común al ajedrez, Julio se adentrará en el inquietante mundo de Nico y en las
complejas relaciones de esta familia aparentemente normal.
Teniendo como referencia la reciente y magnífica “Tenemos
que hablar sobre Kevin” y con ciertos vestigios a la patria “No tengas miedo”,
esta película está narrada con un pulso muy firme, y salvo algunas lagunillas
pasables en su guion, da muestra del potencial del director para crear un
relato inquietante y sobrio. Porque la historia tiene sus carencias, ciertos
elementos sembrados para jugar a favor de los dos giros argumentales que nos
depara la película, pero en conjunto los diálogos y las secuencias están bien
elegidas y nos ofrecen el cuadro de una familia que se va rompiendo poco a poco
por la actitud de uno de sus miembros, la de su hijo de catorce años. El
director Jesús Monllaó se apunta a la moda actual de hacer cine de género en
España, sacudiéndonos un poco ese olor a naftalina que nos perseguía durante
esta última década, y sale bastante bien parado del envite.
David Solans da vida al personaje que funciona como eje de
la narración, de una forma bastante plausible aunque algunas veces no pueda
evitar el poner la típica “cara de malo” en un personaje cuyo lado oscuro es
tan profundo. José Coronado, en su enésimo papel desde que triunfara con “No
habrá paz para los malvados” da vida al padre de la criatura, foco del
comportamiento disfuncional de este, de forma correcta pero sin brillar
demasiado. Sí lo hace María Molins, galardonada por la reciente “El bosque” y
que crea una madre a la que le supera la situación, y que deambula como una
veleta hasta caer en las manos del psicólogo de su hijo, encarnado este por
Julio Manrique. Una buena fotografía culmina el apartado técnico y artístico a
tener en cuenta en esta película. Como curiosidad, hay que alabar el acierto
que supone el uso de tres idiomas en la película, ejerciendo como un elemento
más que da profundidad a las relaciones entre los personajes. Mi puntuación: 7
sobre 10. “Hijo de Caín” se estrena el 31 de mayo en las salas de toda España.
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