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martes, 4 de diciembre de 2012
DEXTER 7X10: EL OSCURO PASAJERO
SPOILERS 7X10
Este capítulo décimo ha incidido con fuerza en las connotaciones que tiene en la personalidad de Dexter el “oscuro pasajero” que cree tener en su interior: hasta que punto es un sentimiento, hasta que punto una justificación para no tomar responsabilidad de sus actos, y hasta que parte es su yo mismo. En esta diatriba, Dexter ha tomado ciertas decisiones que le ha llevado a pasar de una a otra de sus hipótesis para acabar concluyendo que “el oscuro pasajero” es parte intrínseca de sí mismo, no una instancia externa que se ha pegado como una lapa a él y que le libera de la culpa de su comportamiento homicida.
Se ha introducido el elemento del padre de Hannah (Yvonne Strahovski) para potenciar todavía aún más las vinculaciones entre ella y Dexter (Michael C.Hall), teniendo este segundo que tomar ciertas decisiones críticas que están redefiniendo tanto su relación amorosa, la relación con su hermanastra y su misma identidad. Prácticamente hemos abandonado la trama de la hermandad de los koshka, ya que se ha cerrado totalmente para el personaje de Dexter, aunque todavía implica ramificaciones para Quinn (Desmond Harrington) al haber matado en este capítulo como venganza a George por defender el honor de Nadia. Ha sucedido una cosa extraña, ya que la trama del asesino en serie que quema a sus víctimas y graba el nombre de “Bobby” en los escenarios, que se había sembrado solo un par de episodios antes, parecía augurar que se enlazaría con la trama personal de Dexter en este final de temporada, pero también ha quedado cerrada esta línea argumental después de dar caza al perpetrador de tales actos, no matándolo como parecía necesitar Dexter, sino cediéndoselo a la policía para que pase a disposición judicial.
En paralelo, María LaGuerta (Lauren Vélez) sigue dando pasos de gigante en su investigación respecto a la vinculación entre el Carnicero de la Bahía y Dexter Morgan, llegando a concluir que este tiene todas las papeletas para ser el asesino que antes habían creído en la figura de Doakes. Por todo esto, a falta de dos capítulos para el final de la temporada las cartas parecen estar puestas sobre la mesa: Teniendo a Masuka (C.S.Lee), Quinn y Batista (David Zayas) en un muy segundo plano, y habiendo cerrado casi por completo las tramas policiales de la temporada, el foco parece recaer totalmente en las sospechas que alberga LaGuerta sobre Dexter, las pistas que están llevando a Debra (Jennifer Carpenter) a tener algo con lo que detener a Hannah McKay y la relación de esta con nuestro protagonista, que tendrán que enfrentarse a duras decisiones cuando todo esto salte en pedazos y todos se quiten las máscaras. Todo esto nos augura un gran y trepidante final de temporada. Próxima parada, el próximo domingo.
martes, 27 de noviembre de 2012
DEXTER 7X09: EL MIEDO
El capítulo noveno de “Dexter” nos ha puesto a nuestro asesino preferido en una tesitura en la que se ha visto obligado a hacer lo que más necesita por unas razones que no suelen ser las comunes. Además, la trama de la hermandad ucraniana ha explosionado de una forma que ha hecho que ya no haya vuelta atrás.
Y es que el capítulo se inicia con la promesa de que dos asesinos ha sueldo han viajado hasta Miami para encargarse finalmente de Isaak (Ray Stevenson). En este punto, surge una inesperada alianza entre el mafioso y Dexter (Michael C.Hall), no cuando este primero le propone que se encargue de su amenaza a cambio de su perdón por asesinar a Víktor, sino cuando el asistente personal de Isaak secuestra a Hannah (Yvonne Strahovski). Porque este es un episodio en el que se ha buceado en los peores miedos y temores de los personajes: el de Isaak a perder lo único que le había hecho amar, el de Dexter al perder la libertad que supone el estar con una persona frente la que realmente no tiene que fingir, el de Debra (Jennifer Carpenter) a asumir lo que siente por Dexter y pensar en lo que se está convirtiendo… De nuevo, este sentimiento ha sido el que ha urdido la trama del capítulo entre estos cuatro personajes, relegando al resto de piezas a meros secundarios adyacentes. Después de la resolución de la trama, con un giro de tuerca inesperado que no involucra a Dexter precisamente, ¿podemos decir ya que ha acabado la trama de los koshka con la muerte primero de los asesinos a sueldo y más tarde con la muerte del propio Isaak? ¿Puede estar ya Quinn tranquilo o todavía puede verse comprometido?
En la otra rama de la ficción, continuamos teniendo a María LaGuerta (Lauren Vélez) y Quinn (Desmond Harrington) como los últimos eslabones algo relevantes, ya que esta primera sigue en su cruzada personal para averiguar quién es realmente el Asesino de la Bahía (incluso pidiendo ayuda a la persona que obligó a retirarse del cuerpo), y el detective todavía sigue viendo las consecuencias de la alianza con los Koshka y su perdición por la stripper rusa. Definitivamente, hemos vuelto a perder al hijo y a los hijastros de Dexter de la presencia de la pantalla, y probablemente no los volveremos a recuperar en lo que resta de temporada. Ahora parece claro que el enfoque de la investigación de LaGuerta se volverá aún más hacia Dexter, y que esta trama junto a la especie de triángulo amoroso formado entre Debra-Dexter-Hannah será la que comporte argumentalmente el final de esta séptima temporada de “Dexter”. ¿Tendrá que cubrir Debra a su hermanastro de LaGuerta? ¿Descubrirá esta que el Asesino de la Bahía es Dexter? ¿Se verán obligados a deshacerse de la general? Veremos que pasa en el 7x10.
miércoles, 12 de septiembre de 2012
EL ANTIHÉROE: DEXTER MORGAN VS WALTER WHITE
Hace unos años la ficción americana dio luz verde de forma más o menos fortuita a una forma de entender sus series en la que tomó relevancia y protagonismo la figura del antihéroe. Perpetrada a mi entender en un inicio en el personaje de Gregory House, interpretado magistralmente por el también magistral Hugh Laurie, se inició una senda en la que el antihéroe se erigía como protagonista real del producto, ya no solo como un personaje secundario o en un reparto coral, sino como verdadero epicentro del drama (y también de la comedia).
En este aspecto han surgido dos personajes que marcarán un antes y un después en la ficción estadounidense, y que no son otros que Dexter Morgan y Walter White. El primero, interpretado por Michael C.Hall, y el segundo, encarnado por Bryan Cranston, son los ejemplos más claros y potentes de este prototipo emergente de protagonista. La palabra “antihéroe” hace referencia en este contexto a un personaje de ficción que tiene algunas características antiéticas comparadas con las del héroe tradicional, es decir, realizará actos que son juzgados “heroicos” pero lo hará con métodos o intenciones que no lo son tanto, o viceversa. (SPOILERS) Así sucede por ejemplo con Dexter Morgan, que parte de un punto en el que un fin en sí mismo como es la necesidad inapelable de matar la convierte en un medio que utiliza para el propósito en principio de “bien común” de eliminar a gente que realmente él considera que lo merece, para lo cual los códigos marcados por su padre adoptivo constituyen su forma de arañar su lado heroico. En el caso de Walter White sucede el proceso inverso: un medio como era la preparación de metanfetamina, que sirve en un principio a una labor heroica que supone el financiar la vida de su familia cuando le es detectado un cáncer, se convierte poco a poco en un fin en sí mismo en una escalada de decisiones que hace tambalear sus códigos morales hasta convertirse incluso en un asesino.
De esta forma, Walter comienza siendo un buen padre de familia que realiza actos reprobables para beneficiar a su familia y acaba siendo un “hijo de puta” con todas las letras (con perdón), por lo que el espectador en un comienzo ha empatizado con él y en ese “tour de force” del personaje no sabe como reaccionar, no sabe en qué punto dejar de empatizar, teniendo en cuenta además que a veces este no es un proceso consciente. En el caso de Dexter Morgan esta dualidad ética-moral está integrada desde un principio, ya que desde el primer capítulo se nos muestra a un personaje que mata gente pero también se nos revela en seguida sus códigos, su búsqueda del bien común y sus intentos de salvación personal. ¿Qué siente/piensa el espectador cuando se da cuenta de que está empatizando con un asesino en serie, o con un hombre de familia que por otra parte es capaz de envenenar a un crío solo para lograr sus propósitos? ¿Realmente empatizas con el personaje o solamente el hecho de que sea el protagonista de una serie ya te predispone a no odiarle y disfrutar de su comportamiento sin juzgarlo? ¿Qué opináis? Sin duda la aparición del antihéroe ha supuesto un gran avance a nivel narrativo, pero también a nivel de decodificación emocional del espectador.
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