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viernes, 20 de julio de 2012

CUESTIONARIO A ALBERTO AMARILLA, ADRIÁ COLLADO, NORMA RUÍZ Y WILLIAM MILLER

El pasado miércoles 20 de disfrutamos de la premiere de la esperada película “El caballero oscuro: La leyenda renace” en los Cines Callao, bajo el seguimiento de la cadena “La Sexta 3”. Con motivo del estreno de la película, realizamos un breve cuestionario a alguno de los actores nacionales que fueron a disfrutar de esta tercera entrega de la saga de Nolan: Alberto Amarilla (“Fuga de cerebros 2”), Adriá Collado (al que volveremos a ver en la sexta temporada de “La que se avecina”), Norma Ruíz (la inolvidable pija de “Yo soy Bea”) y William Miller (visto últimamente en series como “Hispania” o en la película de “Águila Roja”).

Bajo tu punto de vista, ¿Qué crees que ha aportado la visión de Christopher Nolan al universo de Batman?
Alberto Amarilla: Lo que más me gusta es que, contando una cosa elemental como es la lucha entre el bien y el mal, hay algo que Nolan hace muy bien y es que lo difumina: hay un poco del mal en el bien, y hay un poco del bien en el mal; cómo suele suceder en la vida… De alguna forma está contando la lucha entre el bien y el mal, que pasa en todos los cuentos y en todas las historias, pero de manera diferente, no tan arquetípico como en una película de superhéroes. Y por otro lado, que siendo una película de acción, hay momentos en qué parece una película intimista y emocional. Sobre todo en la segunda, en la de Heath Ledger, y eso para el espectador es brutal, porque consigue que incluso que sientas empatía con un personaje que es malo.
Adriá Collado: Aunque yo no soy un megafanático y no he leído muchos comics de Batman, es evidente que Nolan tiene un mundo particular alucinante. Yo creo que ha aunado muy bien lo que es la espectacularidad con que no sea una película solamente vacía de superhéroes, sino que consigue darle otra dimensión. Combina cine comercial con algo más.
Norma Ruíz: Creo que me falta por ver la anterior, así que tampoco sabría decirte muy bien. Pero sí, está claro que en cuanto cambian los actores y cambia el director cambia lógicamente la visión. Lo bueno que tienen estas es que conoces un poco la evolución del personaje y el por qué llega a convertirse en Batman, que es lo hemos visto también con la última de “Spiderman”.
William Miller: Yo creo que es capaz del surrealismo esperpéntico de las películas anteriores, del Gotham más de comic alegre colorido, meternos en una historia más real, más oscura, más siniestra y más violenta. Creo que sigue en general la trayectoria de la televisión americana que se está yendo hacia algo más violento y real, que es lo que pasa por ejemplo cuando pensamos en HBO.

Aunque probablemente Batman sea el único superhéoe que no tenga superpoderes. ¿Qué superpoder te gustaría tener a ti si pudieras elegir?
Alberto Amarilla: (Sonríe) Qué bueno… Pues Batman tiene un poder muy importante, que es la inteligencia. Entonces me quedaría con ese superpoder, pero siempre mezclado con el amor. Porque inteligencia si no va de la mano con el amor no funciona, qué es lo que le pasa a muchos políticos.
Adriá Collado: ¡Ostia, no lo sé! Igual la teletransportación. Poder emigrar (risas)… de la crisis. No, no lo sé. La teletransportación estaría muy bien para viajar. Ese sería un buen superpoder.
Norma Ruíz: Yo el de desaparecer de vez en cuando. Me encantaría poder desaparecer, así que me gustaría tener el poder de la invisibilidad.
William Miller: (Risas) Convertir a todos los políticos en gente honesta. Lo que pasa es que creo que es un poder tan sobrenatural que será imposible de conseguir.

Lo que sí utiliza Bruce Wayne es además de su inteligencia, su dinero, para ayudar a la ciudad de Gotham. ¿Quién crees que son los que más ayuda necesitan en este momento?
Alberto Amarilla: Buff… es una buena pregunta. Pues yo creo que fundamentalmente las personas que no tienen trabajo. Porque cuando no tienes trabajo y no tienes posibilidad de medrar a un nivel económico, no para hacerte rico, sino para poder desarrollarte como persona, eso es muy jodido. Yo diría la gente que está sin trabajo, y los estudiantes, porque son el futuro y los que van a llevar el país dentro de veinte años.
Adriá Collado: ¿Es bastante evidente, no? Yo creo que somos el noventa por ciento de la población que está sufriendo lo que está sufriendo y hay unos cuantos privilegiados que son intocables, que pagan menos impuestos que nadie y son los más ricos. Está bastante claro: el pueblo.
Norma Ruíz: Pues yo creo que todos los españoles necesitamos ayuda, la verdad. Ojalá la tengamos, porque vamos creo que por mal camino.
William Miller: Yo creo que los países del tercer mundo, porque tenemos una deuda enorme con ellos. Creo que son países con una riqueza tremenda y si se supiera explotar nos beneficiaríamos todos, incluido ellos. Y hay muchas cuestiones en las que creo que podríamos incluirnos. En cuestiones de corrupción, sobre todo. He estado hace poco en México rodando dos meses, y cuando me hablan de política en México me decían “La gran diferencia entre nosotros y vosotros, es que nosotros sabemos que hay corrupción y robos en política desde hace muchos años y eso está previsto en los presupuestos, aquí en España nos acabamos de dar cuenta y ha sido una bofetada enorme en la cara.”

Por último, después del Joker, Nolan nos propone a Bane como villano. ¿Cuál ha sido el villano de la historia del cine o de la televisión que más te ha impactado?
Alberto Amarilla: Pues podría ser perfectamente el Joker de Heath Ledger. (Piensa) Hombre, Michael Corleone de alguna forma también podría ser considerado un antagonista, ¿no? Sería un gran un antihéroe.
Adriá Collado: A mí el Joker de Ledger me impresionó, me pareció un trabajo excepcional. Un trabajo increíble de caracterización. Todas las secuencias las trabajaba desde el histrionismo pero con una absoluta verdad. Además estando aquí, en la premiere de Batman… para mí es un referente. Y además si te fijas, sale en poquísimas secuencias realmente, pero llena prácticamente toda la película. Me pareció un “personajazo”, vaya.
Norma Ruíz: JR de “Dallas” era la caña. Me quedo con él.
William Miller: Creo que el personaje de Al Pacino en “El Padrino” es el villano por excelencia, sin duda. Por lo real, por lo cercano, y porque está basado en hechos reales. Y cosas así te dan más miedo que una película que sabes que es ficción.




Fotografías de Isabel Arranz.

lunes, 5 de diciembre de 2011

ENTREVISTA A ALBERTO AMARILLA

Entrevistamos a Alberto Amarilla con motivo del inminente estreno de la película “Fuga de cerebros 2”, en la que el actor vuelve a interpretar a “Chuli”, un invidente entrañable que ayudará al pequeño de los Carbajosa a enamorar a la mujer de su vida y tendrá su propio reto personal en la película.

¿De qué trata para ti “Fuga de cerebros 2”? ¿Qué plus aporta respecto a la primera entrega?
Para mí trata de un grupo de chicos que son unos antihéroes: un ciego, un chico en una silla de ruedas, un gitano, un homosexual… y otro chico que realmente es un discapacitado emocional (risas)… realmente son un grupo de “outsiders”, de perdedores… que los han sacado con esa  cosa políticamente correcta, pero estos, que son muy auténticos dicen: “¿Por qué no? ¿Porque nosotros no podemos ganar? ¿Por qué si mi amigo está enamorado de esta chica no puede conseguirla?, aunque se vaya a Harvard… Todos a una”. Lo que pasa es que como son cómo son van perdiendo, pierden y vuelven a perder, pero claro, la gente se mea de risa porque todo el mundo ha perdido alguna vez, y por eso creo que sientes empatía por los personajes.
¿En qué punto nos encontramos a tu personaje, “El Chuli”?
En la otra película tenía un punto digamos más rebelde, que producía más comedia; y en esta entrega él hace un poco el contrapunto de la película, de alguien que empieza siendo pescadero… porque él es tan contrafóbico que sí le dicen que un ciego no puede ser pescadero pues él tiene que ser pescadero. Y entra en Harvard como profesor de zoología. Le entra un poco el rollo de la vanidad y se empieza a separar del grupo de amigos… Además, se enamora de una mujer, que sus amigos se ríen de ella pero él no, porque el amor es ciego (risas). Así como en la primera era el pegamento entre los amigos, en esta de pronto es el elemento discordante.
Haciendo un ejercicio de imaginación. ¿Te imaginas como hubiese sido el futuro de la relación de “El Chuli” con el personaje ciego de la primera película que interpretaba Blanca Suárez?
Me he imaginado alguna vez la vida de “El Chuli” con “La Voz Angelical” (risas)… con Blanca Suárez. ¿Cómo me les imagino? Me les imagino felices. Lo que pasa es que yo creo que a “El Chuli” todavía le faltaba reconocer muchas cosas, de sus limitaciones, unas limitaciones que curiosamente le convierten en un ser absolutamente ilimitado, porque sabes que este tío es capaz de hacer cualquier cosa (risas)… un antihéroe tremendamente tierno, pero qué no deja de ser un antihéroe… por lo que probablemente se acabaría terminando la historia.
¿Qué preparación previa has sufrido para interpretar en las dos entregas a un personaje invidente?
Fundamentalmente estuve trabajando en la Once con Marina, una chica que es profesora allí, y después también con muchos chicos invidentes, sobretodo de la selección de fútbol para ciegos, que son maravillosos, y tienen mucho ese punto de mi personaje, rescatan mucho ese espíritu en plan “me da igual, me tiro al barro, juego al fútbol aunque me caiga o pegue una leche a un compañero, me da igual”. Al fin y al cabo mi personaje es un ciego congénito, que quiere decir que es un ciego que no ha visto nunca, no es como si tú o yo nos quedamos sin vista… por lo que toda su gestualidad es la de alguien que le han dicho “sonríe aquí, aquí haz esto”, y todo lo que ha aprendido no lo ha aprendido por imitación sino porque se lo han explicado, por lo que la expresión es diferente, y en eso me estuve fijando mucho.
¿Usas lentillas para tus escenas de la  película?
Para nada, toda la gestualidad de la vista es un entrenamiento. Es curioso que digas eso, porque hay mucha gente que lo piensa, pensaban que realmente había un chico ciego ahí.
¿Eres de los que piensa que es más dificil hacer reír que hacer llorar?
No. Creo que las dos cosas son difíciles hacerlas bien, y además lo creo a ciencia cierta. Ni creo que el cine sea más difícil o menos difícil que el teatro, ni que la comedia sea más o menos difícil que el drama. Hay actores que les va a costar menos una cosa que la otra, pero las dos cosas son difíciles siempre y cuando las hagas bien.
¿Cuáles son tus comedias imprescindibles?
Un montón. A mí me fascina “El gran dictador” de Chaplin, las obras de Buster Keaton, todas las de Ben Stiller, desde “Algo pasa con Mary”, a “Zoolander” y sobretodo “Tropic Thunder”...
Hablando ya de televisión. ¿Qué recuerdos te quedan de tu etapa en la serie de Antena 3 “Mis adorables vecinos”?
Son todos muy buenos. Fue una de las primeras cosas que hice, además yo ahí me tiré mucho al barro con el personaje con ese tono de comedia… Y recuerdo todo el trabajo con mis compañeros, con Nuria Gago que al final ha sido amiga, con Paz Padilla, con Juanjo Cucalón, con Miriam Díaz Aroca, con Francis Lorenzo… realmente muy buenos recuerdos todos.
¿Eras consciente desde el principio de la importancia de tu personaje en “Acusados” y del final que tenían reservado para él?
Sí, desde un principio supe el desarrollo que iba a tener. Al principio mi personaje era el gran tapado, ¿no? Y poco a poco se va descubriendo que es el asesino y acaba con ese final tan trágico… es un personaje que en los primeros capítulos tú piensas “bueno, ahí está”, pero a partir del capítulo siete u ocho aproximadamente ya empezaba a coger peso. Dije el “sí” a la serie también por eso, porque sabía que había unos últimos capítulos muy fuertes interpretativamente.
Participaste hace un par de años en el proyecto “Todo X 1 fin”, en el que cantabas junto a Bebe el tema “Es muy fácil”. ¿Qué supone para ti la música, una formación más como actor o más bien un hobby?
Forma parte del trabajo de actor completamente. En el cine todo es música, todo es ritmo. La comedia es todo ritmo (chasqueando los dedos), “tan, tán (hace una pausa) chás (hace otra pausa igual y luego se ríe imitando al público cuando ve un gag)…  pero incluso en el drama o la tragedia, si no haces el contra-ritmo bien la cosa no funciona… tienes que afinar mucho y por eso el canto es importante. Y obviamente, si tienes que cantar en una película o en un concierto como es el caso pues más todavía.
Para acabar la entrevista mirando al futuro: ¿Te imaginas una tercera película? ¿Una saga de cerebros a lo “American pie”?
Sí, de hecho estaba antes pensando que por qué no una prima de Carbajosa, ¿no? (risas). Estaría divertido una chica… Me lo imagino perfectamente, ¡por qué no!

miércoles, 30 de noviembre de 2011

FUGA DE CEREBROS 2


Alfonso, el hermano pequeño de Emilio Carbajosa, sangre de la sangre del protagonista de “Fuga de cerebros”, persigue a la chica de su vida hasta Harvard, decidido a conquistarla al amparo de los mismos amigos y descabellados planes que su hermano utilizara en Oxford. Pero cuando menos se lo espera aparece Marta, la niña de la que se enamoró en su etapa de Infantil. La primera… y si las cosas terminan saliendo bien… la única.

Con una estructura y un desarrollo calcado al de la primera entrega, esta se vuelve más irreverente, más facilona, más brutal y algo más coral. Cada uno de los escuderos del protagonista tiene su propia historia y se profundiza más en él, bien en su discapacidad emocional (Ruedas o Corneto), llevándole más al extremo (Cabra) o cambiándole un poco de tercio (Chuli). Estos dos últimos son los personajes en los que se sustentan gran parte de los momentos cómicos, convirtiéndose en improvisados profesores en Harvard, anatómico marino Chuli, e impartiendo clases de español Cabra. Sobra totalmente el personaje de Ruedas, más escatológico y chabacano que en la primera entrega y con menos gracia, limitándose a decir burradas y pedorrearse en pantalla. Se repite el estereotipo de la rubia chica de deseo (Patricia Montero sustituyendo muy dignamente a Amaia Salamanca) y el del padre de esta (Paco Tous hace de Antonio Resines). Se introducen personajes que alocan y despendolan la comedia quitándose complejos y volviéndose muy políticamente incorrectos, con la intervención del Langui dando vida a un camarero del Campus y de Paula Prendes interpretando a una ninfómana melómana. La entrega sale ganando con el cambio de protagonista, recabando esta labor en un Adrián Lastra que si bien es cierto que vuelve a dar vida a un personaje similar al de “Primos” o su episódico reciente de “Aida”, no lo es menos que en escenas como la del restaurante, donde se ve comprometida su dócil y neurótica personalidad, resulta realmente desternillante.

El film vuelve a estar impregnado de ese aroma típico de los creadores de “Los hombres de Paco”, basado en sólidos lazos de amistad y de amor entre “loosers”, que empeoran la situación en vez de mejorarla cada vez que idean algo, pero siempre desde toda su buena fe. Aquí además, esa esencia toma un cariz mucho más salvaje y descarado respecto al tratamiento de las minusvalías y en el carácter humorístico “typical American Pie” (que incluye varias escenas con animales pero también de cariz escatológico). Sin embargo, toda esta desfachatez se queda a medio camino al redondearse la comedia en un happy ending comunitario donde cada protagonista acaba encontrando el amor; metiéndose también con calzador los cameos de Loles León, Mariano Peña y el estadounidense David Hasselhoff. El film acaba con un número musical de rap, interpretado y disfrutado por los protagonistas, que dice mucho del espíritu de la película: facilona, desenfadada y con un buen rollo entre la pandilla de colegas que se traslada a la pantalla. “Fuga de cerebros 2” se estrena este viernes 2 de diciembre en la cartelera española.

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