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jueves, 11 de abril de 2013

CUESTIONARIO A JUAN DIEGO BOTTO, VERÓNICA ECHEGUI Y JESÚS OLMEDO

Con motivo de la premiere de la película “Alacrán enamorado” en los cines Callao este pasado miércoles por la noche con la presencia del equipo artístico de la película (incluído Javier Bardem), entrevistamos a varios de los asistentes que se acercaron para ver el film: en esta primera tanda del cuestionario tenemos a Juan Diego Botto (“Dictado”), Verónica Echegui (“Seis puntos sobre Emma”) y Jesús Olmedo (“Imperium”).

 Al protagonista de la película en cuanto llega al gimnasio le ponen el mote de un animal: El alacrán. ¿Con qué animal te identificas tú por sus cualidades o cuál es el que más te llama la atención?
Juan Diego Botto: El águila supongo… porque es un animal muy libre, que lo ve todo desde arriba y que tiene una perspectiva de la globalidad… me quedaría con el águila.
Verónica Echegui: Yo… La llama. (Ante mi cara de incredulidad, ríe) Porque me parezco a una llama, siempre lo he pensado. ¿Hago así y…? (Gesticula con la cara) No… (Risas) Pues por la tranquilidad, porque es muy bonita… (Vuelve a reír) Porque escupe cuando la rayas.
Jesús Olmedo: Si es para imponer, lo del león es un clásico. Y luego, como vengo de “Hispania” y vengo enamorado del mundo ecuestre me quedaría con el caballo. Me parece un animal precioso en todos los sentidos.
El personaje de Álex González boxea para aliviar el estrés y la ira contenida. ¿Qué deporte elegirías o eliges ya para canalizar tu estrés?
Juan Diego Botto: Bueno… el boxeo es un bonito deporte. Es un deporte que siempre me ha gustado ver. Y para practicar yo… pues la verdad es que soy muy malo prácticamente en todos los deportes. Tal vez elegiría el fútbol, como casi todo el mundo.
Verónica Echegui: Pues lo que más puedo hacer son máquinas, porque no tengo tiempo para nada más. Pero ahora por ejemplo le estoy dando a pilates, que me viene muy bien.
Jesús Olmedo: Desde luego para quitar el estrés eso de golpear el saco viene perfecto. Pero yo no soy de golpear a nada, y menos a seres humanos… prefiero hacer footing o algo de pesas, o deportes en grupo como fútbol, o también hago natación… no sé, cualquier cosa. Pero no sé si me atrevería a subirme a un ring a pegarle a alguien, (risas) o que me peguen a mí.
El film se vertebra entre otros sobre el racismo. ¿Tú crees que ahora somos menos racistas y más tolerantes o que seguimos cometiendo los mismos errores del pasado?
Juan Diego Botto: Yo creo que los momentos de crisis económica son momentos de dificultad, dónde las actitudes racistas y xenófobas se ven azuzadas por la crisis. No son los mejores momentos para la tolerancia. Aun así creo que también este es un momento donde hemos madurado algo como sociedad, y donde la solidaridad, así mismo como el racismo que es contagioso, también lo es.
Verónica Echegui: Yo creo que sí. Lo que sí que está ocurriendo, por lo menos en nuestro país, es que debido a la inmigración se tolera más. Pero también creo que al tiempo hay otras corrientes que se ponen mucho más radicales, más extremas. Pero en general, a nivel global, creo que el racismo sigue tan candente como siempre.
Jesús Olmedo: No me atrevería a decirte si más o menos, porque me parece brutal que todavía en el siglo XXI hayan brotes racistas. Cuando crees que todo está ya controlado, que el ser humano está evolucionando, te das cuenta que no, que volvemos a estar como estábamos. Con lo cuál no me atrevo a decirte… espero que estemos evolucionando al menos en ese sentido, porque hay otros que aun nos queda mucho, y que se erradique de una vez por todas.
+ Por último, ¿cuál son tus proyectos en un cercano inmediato?
Juan Diego Botto: Ahora mismo estoy con la gira de “Un trozo invisible de este mundo”, presento el martes que viene un libro que he escrito que se llama “Invisibles”; y estoy terminando de rodar una película en Barcelona con Marcelo Piñeyro, que se llama “Ismael”.
Verónica Echegui: Ahora mismo estoy terminando de rodar la película “Kamikaze” de Antena 3 y Globomedia, voy a estrenar dentro de poco “La gran familia española” de Daniel Sánchez Arévalo, y otra película que se llama “Ciudades desiertas” de un director mexicano que se llama Roberto Sneider, con Gael García Bernal.
Jesús Olmedo: Llevamos literalmente tres días grabando “Gran Reserva: El origen” para TVE, con la que estaremos hasta septiembre. Y luego en octubre, si va todo bien, hay un proyecto de película.

Fotografías de Silvia Martínez.

viernes, 21 de septiembre de 2012

PRIMERAS IMPRESIONES DE "IMPERIUM"


“Imperium” ha aterrizado finalmente en el prime time de Antena 3, primero los martes, y ahora los jueves, por lo que ya se deja entrever que no es uno de los baluartes en la apuesta de la cadena. En esta serie nos encontramos con unos decorados y escenarios espectaculares, rodados en parte en los míticos estudios de Cinecittá, lo que habla de la inversión que se ha hecho en esta producción. Sin embargo, en estos primeros capítulos nos encontramos ante las mismas intrigas, traiciones y cambios de bando que en la serie originaria, además de los mecanismos para llevar a los personajes a un aparente punto de no retorno que luego se resuelven en muchas ocasiones de forma algo tramposa: que puede colar una vez, pero no si es un recurso tan regular. Por eso, hay cierto miedo a que se trate de la misma serie pero con más presupuesto y un par de actores nuevos. Además, puede tener el hándicap de derivar de la serie madre, provocando que los espectadores que no veían “Hispania” no vean esta por temor a no entender las tramas. Sin embargo, esto no es así. Una vez despojados de los hispanos, las tramas sí que se han renovado totalmente y se explican por sí solas, con la introducción del bando de Quinto y también con la aparición de la venganza de Cora, las dos luchas que vertebran la serie.

Si hay algo que no teníamos en la otra serie y que es sin duda uno de los acontecimientos más importantes de la ficción nacional de este año, es el duelo entre Galba (Lluís Homar) y Quinto (José Sancho), tanto a nivel de personajes como a nivel interpretativo: Ya han sido varios los momentos épicos que nos han dejado estos dos monstruos de la interpretación. De los personajes nuevos, brilla con luz propia el interpretado por la cada vez más prolífica Aura Garrido, quedando algo insulsos otros con aparente más renombre como Fernando Andina (relegado a una especie de Marco para Quinto con menos protagonismo), o Elvira Mínguez (que en estos primeros momentos ha pasado prácticamente inadvertida). En un punto intermedio encontramos las incorporaciones de Paula Prendes, Belén Fabra y Javier Ríos, que se han acoplado bien pero tampoco destacan en demasía. La nota más positiva de este giro de tuerca a la ficción de época es el ver a Marco (Jesús Olmedo) reconvertido de general a esclavo gladiador, en un interesante cambio de personaje que veremos cómo se aprovecha, habiendo propiciado ya una gran escena como la de la lucha a muerte con el esclavo negro de Sila (Carlos Kaniowsky).

Algo interesante que también pueden lograr sería el que empatizásemos un mínimo por Galba ante la aparición de un nuevo adversario todavía más despiadado y al que hemos seguido menos recorrido como es Quinto, además de tener a este primero en una posibilidad de debilidad tan evidente respecto al segundo después de verse despojado de su poder y su dinero. Ahora el combate psicológico y estratégico no se dará ya entre romanos e hispanos sino entre familia y familia. Por ello, las batallas de “Hispania” serán sustituidas por la suntuosidad y los tejemanejes inteligentemente ejecutados por parte de las familias Sulpicio y Servilio. Pero, ¿se diferenciará en algo más a su serie madre? La clave quizás pueda pasar por los riesgos que estén dispuestos a tomar los guionistas, dándole un puntito más de velocidad a las tramas y llegar incluso a sacrificar algunos personajes importantes en pos de una mayor impresión. Habrá que ver qué son capaces de hacer en estos capítulos que restan para finalizar la primera temporada.

martes, 26 de junio de 2012

FINAL DE "HISPANIA"


El final de la serie “Hispania” acabó en la noche de ayer por pasar sin pena ni gloria por las pantallas de Antena 3. “La muerte de Viriato” fue seguida por un número relativamente reducido de espectadores, en estas tres entregas que culminaban la historia. Sin duda, esto es debido a la mala estrategia de programación de la cadena, que no debió dejar tanto tiempo entre la segunda y la tercera temporada, sabiendo además que esta última constaba solo de tres episodios.

En un ámbito más puramente narrativo podemos decir que la finalización de la historia de nuestros irreductibles hispanos también ha sido algo decepcionante. La tercera temporada jugaba con una rémora importante que era el conocimiento histórico del gran clímax de la serie, esto es, todo el mundo sabía que en el último capítulo Vïriato debía morir. Los guionistas usaron una estrategia para crear cierto suspense iniciando la temporada con Galba en el Senado, declarando sobre lo acaecido en días anteriores, y en el cuál como gancho del primer capítulo se declaraba que Paulo (Juanjo Ballesta), Sandro (Hovik) y Darío (Alfonso Bassavé) habían sido los verdaderos responsables de la muerte de su líder. Sin embargo, todo el mundo sabía que eso no podía ser, y más conociendo la personalidad manipuladora y vil de Galba (Lluís Homar), así que lo que realmente nos intrigaba era la argucia que el pretor iba a desplegar para que el Senado tomara como verdaderas sus palabras y así librarse de su castigo por todas la barbarie cometida en terreno hispano. Esa estrategia es de lo poco que no defrauda en estos últimos episodios, ya que tiene cierta inteligencia y puede resultar creíble. En ciertos momentos, asistimos al baño de sangre, traiciones, manipulaciones y medias verdades con las que se cimentó el Imperio Romano y la esclavitud de Hispania.

En su contra jugaba, por otro lado, el que estos episodios además de estar mal ubicados en parrilla temporalmente, actuaban como nexo de unión entre las dos temporadas (más largas, lógicamente) y el spin off de esta, “Imperium”. El último capítulo es realmente emotivo y es un largo canto sobre la serie, pero el ritmo es lento y pausado, lo que puede llegar a aburrir al espectador. Se ha querido homenajear a la serie dándole un final épico de leyenda en unas tres horas y pico de contenido, pero ha quedado constancia de que esto no debía haber sido un apéndice, sino que se debía haber sido integrado en el final de la segunda temporada. Se utiliza una manera fácil y rápida de cerrar a la mayoría de los personajes, sin faltar a la lógica (ya que el derramamiento de sangre ha sido uno de los sellos de identidad tanto de la serie como de la época que retrataban): Viriato ajusticiado. Paulo, Sandro y Darío crucificados. Aldara (Juana Acosta) y Alejo (un sorprendente Javier Rey) asesinados a manos de los romanos después de ofrecer en bandeja a Galba la cabeza de Viriato. Héctor murió un par de capítulos antes, después de haber jugado a dos bandas durante toda la ficción. La única hispana protagonista que queda con vida es Helena (una inconmensurable Manuela Vellés), condenada a vivir por siempre con el pesar de la muerte de su amado. Así, se despacha de un plumazo el mundo hispano y se da el pistoletazo de salida a la serie “Imperium”: donde los tejemanejes, traiciones, asesinatos, estratagemas para alzarse con el poder seguirán a cargo de Galba (Lluís Homar), Claudia (Nathalie Poza), Fabio (Iván Sánchez), Quinto (José Sancho), Marco (Jesùs Olmedo). Veremos que resultado corre el spin off.

lunes, 17 de enero de 2011

FINAL DE LA 1ª TEMPORADA DE HISPANIA

Este pasado martes acabó con una audiencia media más que considerable, pese al bajón del último capítulo (que se estrenó tres semanas después, con parón navideño entre medias, del anterior), la primera temporada de Hispania. En términos generales deja un buen sabor de boca, nos quedamos con la impresión de que es una serie bien producida y con unos personajes interesantes que puede dar juego para futuras temporadas. Sin embargo, desde que se iniciara la serie (dónde por cierto, no se emitían casi anuncios y ahora han vuelvo a la fórmula clásica de dos o tres espacios publicitarios por capítulo) se han cometido una serie de fallos de concepto que han ido mermando un poco esa gran esperanza que supuso el ver el primer capítulo.

Está claro que la serie está bastante bien cuidada, y el tener casi todas las secuencias en exteriores es un punto a favor muy importante para salir de la casposidad y la naftalina que desprendían las producciones familiares de hace unos años. Aunque hayan tropezado levemente con la elección de los nombres, y algunos vestuarios tanto de romanos como de hispanos parezcan recién sacados de la tintorería incluso en las batallas, la recreación y contextualización de la época imperial es bastante notable. Los guiones empezaron sorprendiendo al espectador, siempre había giros narrativos que ponían a personajes protagonistas entre la espada y la pared, y al principio, lo resolvían con mayor o menor peripecia con la fórmula de “salvamento en el último minuto”. Este esquema se ha repetido durante todos los capítulos que sucedieron al primero, por lo que el espectador ya no se sorprende con tanta facilidad, y el llevar a los personajes a un punto de máxima tensión para que en el último segundo algo impida un cambio radical (ya sea traición, muerte u otras decisiones trascendentes) hace que los personajes siempre se queden en el mismo punto, que no avancen. Es como si ya en la primera temporada estuvieran creando unos personajes de sitcom, en los que su situación no cambia sino que lo único que se hace es jugar con el carácter (que es siempre el mismo ya que no cambian) de los personajes, como ocurre en “Aída” dónde no hay una trama propiamente dicha. En resumen, han sido emprendedores al llevar personajes al extremo pero les ha faltado ese plus de valentía para romper aún más (Héctor, pese a ser crucificado no muere; Marco, que en vez de matar a Galba le restablece en su puesto; o Nerea, que siempre quiere escapar pero nunca logra la libertad total…).

Para la próxima temporada son necesarios estos cambios para que los personajes avancen y cambiar un poco la estructura del capítulo, que se hace previsible, y pueden llevarles a optar por giros muy inverosímiles para seguir sorprendiendo, como pasó con “Prison Break”. Respecto a las interpretaciones, el que parece que se ha hecho dueño y señor de la narración es Lluís Homar con su versión colérica y maquiavélica de Galba, pero valoro también mucho el trabajo de otros como Jesús Olmedo al que ya me creo como el terrible general Marco, o una Nathalie Poza que ha ido dejando a un lado sus primeros pasos más cercanos al quehacer teatral para hallarse en una interpretación más natural y emotiva.

domingo, 28 de noviembre de 2010

HISPANIA

Antena 3 ha apostado por un producto de época, basada en la historia antigua de la península Ibérica en la época de la invasión romana, teniendo como referente más a “Águila Roja” que a series como “Roma”, en palabras de sus productores. Dejando a un lado los desafortunados percances en la elección de los nombres de los protagonistas, la serie está bien recreada ambientalmente e históricamente hablando. Se puede decir que es un producto bien hecho, no demasiado pretencioso, pero cuidado y con una elaboración más que eficiente. Respecto a las interpretaciones brilla con luz propia Lluís Homar en el papel del pretor Galba; su mujer la interpreta la actriz Nathalie Poza, que se me antoja algo teatral en su gestualidad y diálogos, pero que va cogiendo el pulso al personaje capítulo a capítulo. Jesús Olmedo hace un gran ejercicio en el papel de general al mando de las tropas, aunque todavía me cuesta desapegarme de su papel en Hospital Central. Ana de Armas de momento tiene una aparición insustancial, sin una relevancia clara para su personaje. Roberto Enríquez, como personaje central de la trama está más que correcto, como casi toda su filmografía. Al que de momento no hay por donde coger es a Juan José Ballesta, que desentona mucho en el cómputo global, patente tanto en el acento demasiado madrileño y en su interpretación poco realista con el contexto en el que se mueve. Respecto a la trama, aunque sabemos cómo acabará (o por lo menos, el destino de su personaje central, Viriato) no quita para que estén creando una intriga consistente y bien desarrollada. Usan de forma muy adecuada el elemento de crear intrigas llevando los personajes a situaciones límite (a punto de morir, de ser descubiertos, de traicionar a los suyos…), resolviéndolo posteriormente de forma elegante, a veces concediendo el resultado al que parece abocado el personaje, y otras veces utilizando la técnica del “salvamento en el último momento” con diversas estrategias. Como dato anecdótico apuntar que me parecen especialmente bien realizados los resúmenes del capítulo siguiente que se emiten al final del anterior; el juego de imágenes y de diálogos prepara muy bien el terreno haciendo que el espectador se quede con un plus de intriga que le llevará a ver esta próxima entrega. A veces el juego es un poco engañoso pero es efectivo y no excesivamente embaucador.

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