martes, 26 de junio de 2012

FINAL DE "HISPANIA"


El final de la serie “Hispania” acabó en la noche de ayer por pasar sin pena ni gloria por las pantallas de Antena 3. “La muerte de Viriato” fue seguida por un número relativamente reducido de espectadores, en estas tres entregas que culminaban la historia. Sin duda, esto es debido a la mala estrategia de programación de la cadena, que no debió dejar tanto tiempo entre la segunda y la tercera temporada, sabiendo además que esta última constaba solo de tres episodios.

En un ámbito más puramente narrativo podemos decir que la finalización de la historia de nuestros irreductibles hispanos también ha sido algo decepcionante. La tercera temporada jugaba con una rémora importante que era el conocimiento histórico del gran clímax de la serie, esto es, todo el mundo sabía que en el último capítulo Vïriato debía morir. Los guionistas usaron una estrategia para crear cierto suspense iniciando la temporada con Galba en el Senado, declarando sobre lo acaecido en días anteriores, y en el cuál como gancho del primer capítulo se declaraba que Paulo (Juanjo Ballesta), Sandro (Hovik) y Darío (Alfonso Bassavé) habían sido los verdaderos responsables de la muerte de su líder. Sin embargo, todo el mundo sabía que eso no podía ser, y más conociendo la personalidad manipuladora y vil de Galba (Lluís Homar), así que lo que realmente nos intrigaba era la argucia que el pretor iba a desplegar para que el Senado tomara como verdaderas sus palabras y así librarse de su castigo por todas la barbarie cometida en terreno hispano. Esa estrategia es de lo poco que no defrauda en estos últimos episodios, ya que tiene cierta inteligencia y puede resultar creíble. En ciertos momentos, asistimos al baño de sangre, traiciones, manipulaciones y medias verdades con las que se cimentó el Imperio Romano y la esclavitud de Hispania.

En su contra jugaba, por otro lado, el que estos episodios además de estar mal ubicados en parrilla temporalmente, actuaban como nexo de unión entre las dos temporadas (más largas, lógicamente) y el spin off de esta, “Imperium”. El último capítulo es realmente emotivo y es un largo canto sobre la serie, pero el ritmo es lento y pausado, lo que puede llegar a aburrir al espectador. Se ha querido homenajear a la serie dándole un final épico de leyenda en unas tres horas y pico de contenido, pero ha quedado constancia de que esto no debía haber sido un apéndice, sino que se debía haber sido integrado en el final de la segunda temporada. Se utiliza una manera fácil y rápida de cerrar a la mayoría de los personajes, sin faltar a la lógica (ya que el derramamiento de sangre ha sido uno de los sellos de identidad tanto de la serie como de la época que retrataban): Viriato ajusticiado. Paulo, Sandro y Darío crucificados. Aldara (Juana Acosta) y Alejo (un sorprendente Javier Rey) asesinados a manos de los romanos después de ofrecer en bandeja a Galba la cabeza de Viriato. Héctor murió un par de capítulos antes, después de haber jugado a dos bandas durante toda la ficción. La única hispana protagonista que queda con vida es Helena (una inconmensurable Manuela Vellés), condenada a vivir por siempre con el pesar de la muerte de su amado. Así, se despacha de un plumazo el mundo hispano y se da el pistoletazo de salida a la serie “Imperium”: donde los tejemanejes, traiciones, asesinatos, estratagemas para alzarse con el poder seguirán a cargo de Galba (Lluís Homar), Claudia (Nathalie Poza), Fabio (Iván Sánchez), Quinto (José Sancho), Marco (Jesùs Olmedo). Veremos que resultado corre el spin off.

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