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viernes, 18 de octubre de 2013

INICIO DE LA 3ª TEMPORADA DE "PERSON OF INTEREST"



“Person of Interest” ha vuelto triunfante con su tercera temporada revelando en estos ya cuatro episodios de las nuevas entregas que todavía tienen cuerda para rato, y que el universo creado por Jonathan Nolan y el incombustible J.J.Abrams aun nos tiene reservadas varias sorpresas sobre las peripecias de Finch y compañía. 

Esta particular revisión de la ficción criminal procedimental, que da una vuelta de tuerca a lo que puede ser “CSI” o “The mentalist”, sigue sacando partido a sus particulares códigos que hacen que su serie se diferencie de estas anteriormente citadas: ya no tenemos que averiguar quién ha cometido un homicidio con un cadáver por delante, sino si la persona que aparece bajo el número de seguridad social es la víctima o el agresor, y en qué tipo de evento va a estar involucrado, con el tiempo suficiente como para eliminar la amenaza. Por todo esto, las alternativas y juegos de giros de guion se multiplican en esta serie, y esta tercera temporada sigue sabiendo jugar sus bazas con la misma frescura que hasta ahora. En otro orden de cosas, la temporada pasada se dejaba muy en alto la trama que tiene como epicentro a “la máquina”, que parecía haber cobrado vida propia y haberse movido autoconscientemente para evitar que las manos equivocadas se hiciesen con sus mandos. En esta temporada, parece que la trama se va a desarrollar lentamente, y no ha tenido mucha relevancia en este inicio, así como sucede con los cabos sueltos de la historia de Recursos Humanos. En este segundo argumento, sí se ha atisbado que los tiros irán en dirección a Carter (y en menor medida a Fusco), ya que a pesar de haber sido relevada a agente en vez de detective, sigue clamando venganza por la muerte de Beecher y además tiene como compañero de patrulla a un topo de la organización.

La tercera temporada nos ha traído dos novedades bastante evidentes: Por un lado, la ampliación de la particular familia comandada por Harold Finch, que ha hecho como miembros regulares a la ex agente Samantha Saw (una exuberante Sarah Shahi) y a la que parece ser la antagonista por excelencia por encima del ya relegado a otras tareas Elias, que no es otra que Root (Amy Acker). Esto ha supuesto, por un lado un incremento de la comedia sutil de otras temporadas ahora encarnada en el choque de sexos y de pareceres (para ejemplo, la continua disputa en la manera de proceder entre Saw y Reese); y por otro lado que Fusco sea bastante más secundario que de costumbre, por un lado por la llegada del personaje de Sarah Shahi y por otro porque la trama de Recursos Humanos de momento no ha explotado. La otra novedad es la sorprendente ausencia de flashbacks, seña de identidad de las dos pasadas temporadas, por lo que parece que de momento no tienen más bazas que jugar en cuanto al pasado de John Reese, Harold Finch o Joss Carter. Por todo esto, parece que las tramas horizontales irán dirigidas a averiguar qué está haciendo la máquina, qué papel jugará en su devenir Root y si averiguarán quien es el jefe de Recursos Humanos y que fue quien encargó la muerte de Beecher (el futuro cobra más importancia que le pasado, como sucedía en anteriores temporadas). Larga vida a “Person of Interest”.

domingo, 20 de mayo de 2012

FINAL 1ª TEMPORADA DE "PERSON OF INTEREST"


Este pasado jueves se emitió en EEUU el último capítulo que cierra esta primera temporada creada por Jonathan Nolan, hermano del afamado director Christopher Nolan. En este capítulo 23, se recurre a un artificio que todavía no habían usado en esta ficción, el flashforward, para ponernos en la situación del peligro que corre John en la misión que nos contarán durante el capítulo, para luego retroceder en el tiempo y mostrar la historia a lo “Cuenta atrás”. “Person of Interest” no es una serie procedimental al uso: tiene ciertas peculiaridades que la hacen salirse de la tónica general, una de las cuales se mostró en el último capítulo. Desligándose de otras series como “El Mentalista”, la season finale no tiene como protagonista una batalla intermedia o final contra el malo oficial de la serie, que en este caso sería Elías (Enrico Colantoni) sino que nos sitúa en una situación de aparente difícil salida, para luego entrecruzar dos de las líneas policiales o criminales que ponen en peligro el trabajo que desempeña nuestra extraña pareja. El capítulo funciona bien en cuanto a tensión, pero parece faltarle elementos propios de un final de temporada, dejando solamente un buen gancho y un giro final bastante impactante.

Ahora ya pensando en la temporada como tal, es bastante meritorio haber conseguido crear y mantener una serie con tan pocos elementos, sobre todo en el apartado casting, dónde tenemos sin duda un reparto minimalista. El misterioso y multimillonario Harold Finch (Michael Emerson), el ex militar John Reese (Jim Caviziel), y los policías Joss Carter (Taraji P.Henson) y Lionel Fusco (Kevin Chapman) son mimbres más que suficientes para que los guionistas nos ofrezcan una serie de historias policiacas autoconclusivas, vistas desde una especie de detective privado y su brazo ejecutor que disponen de grandes medios a su alcance. Estos dos, ayudados de los dos agentes, tienen que descubrir en qué lío se ha metido su “cliente” y en qué lado del ataque está (víctima o agresor, como reza el previo de todos los capítulos). El origen y funcionamiento de la máquina que vigila a los ciudadanos, el pasado de Harold y del de John y la aparición de un archienemigo mafioso con grandes ramificaciones otorgan la horizontalidad a la serie. Respecto al elemento novedoso, que es la máquina, me parece un poco tramposa en su concepción, aunque entiendo que el espectador ya no se pregunte eso. Sin embargo, el funcionamiento de la máquina además de ser un misterio y portar alguna de las grandes preguntas de la serie, parece ser utilizada por los guionistas de una forma un poco oportunista. Pondré un ejemplo: Uno de los números que salen de la máquina puede estar a punto de ser víctima de un marido celoso, pero si pensamos cómo funciona la máquina nunca debería salir su número, ya que un crimen tan irreflexivo no daría pistas ni registros que la máquina pudiera detectar como una amenaza.

Sin duda, esta serie de nuevo tiene un marcado “toque Abrams”: lo que se puede notar en la forma tanto de diversificar información, como de mostrarnos las cosas con herramientas temporales. Otro de los detalles en los que da cuenta de esto es en la aparición progresiva de una amenaza o un malo cada vez mayor, como si fueran capas de una cebolla. Encuentro un hándicap a esta ficción, ya que al contrario que otras series de J.J. Abrams como “Lost” o “Flashforward” la cantidad de misterios parecía casi inagotable, sin embargo, aquí las lagunas que tenemos que rellenar son limitadas debido a los pocos personajes que se tienen en juego. Por ello, la forma de dosificar la información irá lenta y pausada, provocando alguna vez irritación en el espectador. Sin embargo, para mí, la relación entre Harold y John (uno de los puntales de la serie) y la revelación de sus pasados, sus fantasmas y sus turbias biografías me parecen motivos suficientes para dar una oportunidad a la segunda temporada.

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