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martes, 7 de junio de 2011

"LA VUELTA DE ALEXANDER MAHONE"


El titular de esta entrada tiene cierta trampa. No. El personaje de la serie Prison Break no ha vuelto a aparecer en televisión ni en el cine, tal como hicieran con el personaje de Theodore Bagwell incorporándole en un capítulo de la serie “Breakout Kings” este mismo año, y del que ya se escribió una reseña en su momento. Sin embargo, se ha dado un caso curioso en el que William Fichtner ha desempeñado un papel con un espíritu muy similar al que desempeñara en dicha serie, pero con ciertas connotaciones que me han resultado sugestivamente curiosas.

Estoy hablando de la película “Furia ciega” (cuyo título original es “Drive angry 3D”, otro caso de la “originalidad” española para traducir títulos extranjeros), estrenada este 2011 y en el que el actor interpreta uno de los personajes protagonistas del film. William Fichtner da vida de nuevo magistralmente, siendo claramente uno de los puntos fuertes de la producción, a un inquietante, visceral y violento agente del FBI con muchísima clase, pero con una cierta peculiaridad que le diferenciaría de su Alexander Mahone de “Prison Break”: es un funcionario del infierno.

La película comienza de alguna forma en una clave medianamente realista dentro del género con el que nos encontramos (si pasamos por alto las espectaculares e imposibles persecuciones, peleas, luchas con disparos y escenas de acción inverosímiles y divertidas a partes iguales), pero desde el momento en que vemos al personaje de Fichtner salir de un coche que acaba de caer por un barranco sin un rasguño, y al personaje de Nicolas Cage sobrevivir a un disparo en su ojo izquierdo, se nos revela que en esa tierra que ha creado la narración se encuentran dos personajes venidos del inframundo: uno en busca de venganza por la muerte de su hija y otro como un simple y dotado funcionario que debe ocuparse de controlar a este primero y de algunos asuntos colaterales. Este es el personaje de William Fichtner: un hombre impoluto, de traje inmaculado y de apariencia tranquila, pero que es capaz de transformarse en un arma de matar con una sencillez y elegancia inusitada, haciendo gala de unos grandes reflejos tanto gestuales como cinéticos, que combinado con el estilo de su interpretación nos hace recodar a cualquiera de los protagonistas de Pulp Fiction (Samuel L.Jackson o John Travolta) pero con el elemento añadido de que acaba de salir del infierno y está de vueltas a todo. Un personaje para el que lo posible y lo imposible es fácil, es una rutina y se nos presenta de esta manera. Si no nos tomamos muy en serio de la película, ya que ni ella misma lo hace, podremos disfrutar de un Nicolas Cage con peluca interpretando las escenas de acción más inverosímiles, macarras y desenfadas que el film nos puede aportar; así como de la interpretación de William Fichtner, metiéndose en la piel de una versión mejorada e infernal de su Alexander Mahone de “Prison Break”. Dad una oportunidad a “Drive angry 3D”.


martes, 29 de marzo de 2011

LA VUELTA DE T-BAG


Hace escasas tres semanas se estrenó en la cadena estadounidense A&E la serie “Breakout Kings”, que trata sobre un grupo de policías que con la ayuda complementaria de expresidiarios trabajan en encontrar criminales y delincuentes fugados. El contenido de esta, producida por Matt Olmstead y Nick Santora (productores ejecutivos también de la gran “Prison Break”), es una serie policiaca procedimental como otra cualquiera, tan de moda y rentable estos últimos tiempos, con la introducción del elemento “delincuente” que ayuda a la policía en vez de tratarse de un mentalista, analistas o médicos psicólogos como en otros casos.

El tercer capítulo, titulado “The Bag Man”, nos regala un diamante en bruto recién salido de la mina de la televisión americana, y que no es otro que un episodio en el que se nos cierra la historia de ese gran personaje de “Prison Break” que es Theodore Bagwell. Este particular asesino y violador, aunque no siempre en ese orden (como se encarga de apuntalar unos de los personajes de “Breakout Kings”, en una frase que creo recordar de la serie original y que constituye una de las perlas de este capítulo) fue interpretado por Robert Knepper durante cuatro temporadas de una forma magistral, poniendo en jaque desde los guardas de Fox River hasta la policía americana y panameña, así como a su compañero de fuga Michael Scofield, al que parecía estar completamente ligado y al que trataba de destrozar la vida de todas las formas posibles, debido tal vez al tener delante a un hombre que incluso en situaciones adversas actúa de forma correcta, algo a lo que él, debido a su pasado y su naturaleza le es imposible. Y es que esta capítulo de alguna forma cierra la historia del personaje (a expensas de que se les ocurra a los guionistas volver a retomarle en esta serie, ya que la única condición que puso el señor Knepper para volver a interpretarle es que no le mataran) también abre diversas vías a través de las acciones que emprende para comprender su forma de actuar en la ya extinta serie de la Fox.


El capítulo comienza con un T-Bag de nuevo en prisión (si recordamos al final de la “película” en forma de dos horas que cerraba la temporada se veía obligado a volver de nuevo a Fox River después de estar envuelto en la trama de Scylla, habiendo colaborado en ella con los hermanos Scofield, Mahone, Sara Tancredi y demás), con otro pobre recluso que tiene bajo su control y al que obliga a satisfacer sus apetencias dentro de su celda. Pero pronto nos encontramos ya fuera de la prisión que tan buenos recuerdos nos trae, con el personaje que está siendo trasladado para cambiarle la prótesis de su mano amputada en la segunda temporada, gracias a la cuál consigue herir al guardia y escapar del furgón después de disparar al conductor. Esa escena nos recuerda al Theodore más sanguinario, visceral y sucio que pudimos ver en primeras temporadas, pero es algo que será pieza esencial en el recorrido del capítulo, con varios cadáveres a sus espaldas, hasta llegar al objetivo final de su tercera y la que parece última fuga, visitar un viejo recuerdo y cuenta pendiente que junto a alguna de las reflexiones de uno de los protagonistas de esta nueva serie (Jimmi Simpson), que analizará a Bagwell tanto cuando le intentan encontrar como cuando le detienen, nos ayudan a entender un poco mejor a este animal televisivo que es Theodore Bagwell. Como curiosidad, y otro de los detalles más llamativos para los fans, es que durante una escena en la que quiere ocultar su identidad se hace pasar por un tal Henry Pope, ni más ni menos que el alcaide de la prisión de Fox River durante la primera temporada. Teddy fue, es y siempre será, una máquina rota.

martes, 14 de octubre de 2008

PRISON BREAK

Después de este, aproximadamente, primer tercio de temporada se puede decir que la serie se ha reinventado por completo, algo que llevaba demandando desde la pasada temporada y que los productores parecían tener miedo de ejecutar. Esta visión radicalmente nueva de concebir la serie le ha dado nuevos aires al producto, a consta eso sí de varias elipsis tramposas y cogidas por los pelos como la fuga de T-Bag, Bellick y Sucre de la prisión de Sona (que hasta hace dos días era inexpugnable) o la 'resurrección' de Sarah sin una nimia explicación. Una víctima más de todo esto ha sido el personaje de Whistler (Chris Vance) del que poco se ha profundizado y fulminado en los primeros compases. Éste último ha dado el testigo a dos personajes carismáticos como son el agente Don Self (una grata sorpresa, ya que hasta ahora 'buenos y malos', defensores de la ley y violadores integrales o coyunturales de ésta, siempre habían tenido un marcado lado oscuro, y éste se nos presenta como alguien muy puro y casi cómico que se tiene que hacer cargo de una gran responsabilidad y unos riesgos enormes) y el asesino en serie Waytt (un personaje potente del que casi nada se sabe y que cada vez que aparece nada bueno parece augurar a nuestros protagonistas). La trama aún habiendo renovado completamente la serie se asemeja más a la segunda temporada (nunca podrá llegar al nivel de la primera, algo que a veces se vuelve en su contra y las audiencias parecen refrendarlo) y aunque ya estamos al tanto de las cualidades intelectuales de Scofield hay lugar para la sorpresa aunque de forma más comedida y fraccional. Ésto es, teniendo como referencia esta primera temporada en la que la misión era de aspecto global (escapar de Fox River), ésta se nos presenta como una sucesión de hazañas en las que las dificultades que se les presentan en su contra llegan en algunos casos al nivel de supuesta insalvabilidad de la primera campaña. Otro punto a favor en el desarrollo de la narración es ver otra vez a casi todos los protagonistas involucrados en una misma trama y que tendrán que aprender a convivir como ocurría en la excepcional 1ª temporada, un recurso de contraposición-interacción de personalidades que se había perdido en las dos anteriores. En torno a los personajes hay que resaltar la parca definición con la que se ha encasillado a alguno de los protagonistas como el informático (el graciosillo que está obligado y de vuelta), Scofield (el que tiene siempre la idea correcta en la ejecución del plan), Lincoln (el bruto, el brazo ejecutor), Sucre (el leal) o Bellick (el eternamente dudoso). Establecer por encima de todos el personaje de Mahone (William Fichtner), sin duda el más completo y que está adquiriendo una dimensión de protagonismo bien merecido por medio de sus características ya conocidas como personaje de la trama involucrado por la extorsión sobre su familia y por otro lado un ahondamiento en su lado más humano que resulta inusitadamente creible gracias a una excelente interpretación. Caso a parte es el de T-Bag (Robert Knepper). un personaje a la altura del anterior, muy bien dibujado y cariñosamente odiable, pero que desde la segunda mitad de la 2ª temporada parece no tener un sitio claro en el argumento global y los guionistas parecen hacer malabarismos para mentenerle de alguna forma en lo alto del reparto. Otro acierto me parece la exclusión completa del hijo de Lincoln (Marshall Allman), ya que ha dado todo lo que podía dar de sí y volver a incluirle supondría tener que volver a redundar en su ciclo narrativo (secuestro/situación de peligro), aún con el añadido de haberse llevado con él al personaje de Sofía Lugo.

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