martes, 29 de marzo de 2011

LA VUELTA DE T-BAG


Hace escasas tres semanas se estrenó en la cadena estadounidense A&E la serie “Breakout Kings”, que trata sobre un grupo de policías que con la ayuda complementaria de expresidiarios trabajan en encontrar criminales y delincuentes fugados. El contenido de esta, producida por Matt Olmstead y Nick Santora (productores ejecutivos también de la gran “Prison Break”), es una serie policiaca procedimental como otra cualquiera, tan de moda y rentable estos últimos tiempos, con la introducción del elemento “delincuente” que ayuda a la policía en vez de tratarse de un mentalista, analistas o médicos psicólogos como en otros casos.

El tercer capítulo, titulado “The Bag Man”, nos regala un diamante en bruto recién salido de la mina de la televisión americana, y que no es otro que un episodio en el que se nos cierra la historia de ese gran personaje de “Prison Break” que es Theodore Bagwell. Este particular asesino y violador, aunque no siempre en ese orden (como se encarga de apuntalar unos de los personajes de “Breakout Kings”, en una frase que creo recordar de la serie original y que constituye una de las perlas de este capítulo) fue interpretado por Robert Knepper durante cuatro temporadas de una forma magistral, poniendo en jaque desde los guardas de Fox River hasta la policía americana y panameña, así como a su compañero de fuga Michael Scofield, al que parecía estar completamente ligado y al que trataba de destrozar la vida de todas las formas posibles, debido tal vez al tener delante a un hombre que incluso en situaciones adversas actúa de forma correcta, algo a lo que él, debido a su pasado y su naturaleza le es imposible. Y es que esta capítulo de alguna forma cierra la historia del personaje (a expensas de que se les ocurra a los guionistas volver a retomarle en esta serie, ya que la única condición que puso el señor Knepper para volver a interpretarle es que no le mataran) también abre diversas vías a través de las acciones que emprende para comprender su forma de actuar en la ya extinta serie de la Fox.


El capítulo comienza con un T-Bag de nuevo en prisión (si recordamos al final de la “película” en forma de dos horas que cerraba la temporada se veía obligado a volver de nuevo a Fox River después de estar envuelto en la trama de Scylla, habiendo colaborado en ella con los hermanos Scofield, Mahone, Sara Tancredi y demás), con otro pobre recluso que tiene bajo su control y al que obliga a satisfacer sus apetencias dentro de su celda. Pero pronto nos encontramos ya fuera de la prisión que tan buenos recuerdos nos trae, con el personaje que está siendo trasladado para cambiarle la prótesis de su mano amputada en la segunda temporada, gracias a la cuál consigue herir al guardia y escapar del furgón después de disparar al conductor. Esa escena nos recuerda al Theodore más sanguinario, visceral y sucio que pudimos ver en primeras temporadas, pero es algo que será pieza esencial en el recorrido del capítulo, con varios cadáveres a sus espaldas, hasta llegar al objetivo final de su tercera y la que parece última fuga, visitar un viejo recuerdo y cuenta pendiente que junto a alguna de las reflexiones de uno de los protagonistas de esta nueva serie (Jimmi Simpson), que analizará a Bagwell tanto cuando le intentan encontrar como cuando le detienen, nos ayudan a entender un poco mejor a este animal televisivo que es Theodore Bagwell. Como curiosidad, y otro de los detalles más llamativos para los fans, es que durante una escena en la que quiere ocultar su identidad se hace pasar por un tal Henry Pope, ni más ni menos que el alcaide de la prisión de Fox River durante la primera temporada. Teddy fue, es y siempre será, una máquina rota.

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