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lunes, 26 de agosto de 2013

ONE DIRECTION: THIS IS US



Narra los orígenes de los cinco miembros del grupo -Niall Horan, Zayn Malik, Liam Payne, Harry Styles y Louis Tomlinson- y como Simon Cowell los juntó tras haber concursado todos en la versión británica del programa de televisión “Factor X” del 2010. La banda rápidamente se ganó una legión de seguidores, y la actuación final donde participaban tres concursantes se convirtió en la más popular de todos los tiempos. En marzo de 2012, el álbum debut de One Direction “Up All Night” hizo historia en Estados Unidos y fue la primera vez que un primer álbum de un grupo británico entrara en primera posición en las listas de los 200 más escuchados en Estados Unidos.

Documental sobre la banda musical británica de adolescentes “One Direction” dirigido por Morgan Spurlock (“Super Size Me”,” Freakonomics”) donde podemos ver la trayectoria de cada uno de los componentes desde que Simon Cowell los juntara y decidiera formar un grupo que parecía coyuntural y que sin embargo ha alcanzado una fama sin precedentes. La narración muestra el progreso de la banda durante estos escasos tres años, mezclando partes de conciertos, de preparación, familiares, profesionales y de ocio. Los tramos de los conciertos tienen por un lado una visualidad muy marcada, mezclados estos con otros momentos con toques de comedia gamberra (buscada por parte de los cantantes pero también de los creadores del documental, y no de forma accidental como me temía que sucediera). Por último tenemos el elemento sentimental, que entra a formar parte del cóctel cuando los familiares de los cantantes, sobretodo las madres, comentan sus apreciaciones y sensaciones sobre el devenir de la vida de sus hijos.

Lo más flojo, pero por otro lado parece que necesario en estas producciones con un marcado carácter comercial y siempre que se trata de figuras mediáticas, es que es políticamente muy correcto y hace mucho hincapié en que antes que músicos y famosos, son un gran grupo de amigos que se han convertido en hermanos y que siguen siendo los mismos que antes. Aunque se hace un poco larga (se nota que hay conciertos de pegadillo para llegar a los noventa minutos de media que se exige a un largometraje) es un producto que se puede degustar agradablemente aun si no eres fan de la banda inglesa, como es por ejemplo mi caso. Algo tendrá que ver el que el estilo de música de Harry Stiles y compañía no crea tantas reservas como lo puede hacer la de otros ídolos adolescentes como Justin Bieber o Miley Cyrus. Mi puntuación: 6 sobre 10. “One Direction: This is us” se estrena el viernes 30 de agosto en las salas de toda España.

viernes, 27 de abril de 2012

AMERICAN PIE: EL REENCUENTRO.


Un grupo de viejos amigos vuelven a reunirse. Jim (Jason Biggs) y Michelle (Alyson Hannigan) siguen felizmente casados, aunque hay una vecina que se ha enamorado de él. Además, la cinta sexual con Nadia se ha convertido en uno de los videos más vistos de Youtube. Por su parte, Oz (Chris Klein) vive en una mansión de Malibú, pero su novia parece sólo interesada por su dinero. Mientras tanto, la vida de Stifler (Seann William Scott) sigue siendo un desastre. Heather (Mena Suvari) sale con un cirujano que intenta parecer más joven, y Finch (Eddie Kaye Thomas), que ha viajado por el mundo, intenta ligar con Trish, una camarera amiga de Michelle.

“American Pie” ha conseguido serializar de forma medianamente permanente una imagen de generación concretada en unos personajes que han sido referencia de las llamadas “college movies” de esta década. Esta entrega funciona porque nos importa qué les pasa a los personajes, porque nos importa que les puede pasar diez años después de que les conociéramos. Aquí se produce un efecto curioso casi de metacine que se traslada a la pantalla: esto es realmente una reunión de verdad, de los actores que no coincidían desde la primera entrega, lo que crea un clímax especial en el rodaje y eso se nota. Si en las anteriores entregas el arco de transformación se intentaba provocar en el personaje de Stifler, al marcar el evidente y necesario punto de nostalgia el arco de transformación pilota aquí en Stifler para acabar recalando finalmente en el resto de la pandilla, que representa el estancamiento y la estabilidad que intenta romper de forma gamberra el espíritu de la saga.

Bien es cierto que hay un elemento estructural de guion fallido que hace que la película se tambalee un poco: la enfermiza obsesión por el sexo es más o menos creíble a los dieciocho, pero a los treinta cae por su propio peso porque se convierte en patético. Por otro lado, grandes escenas cómicas de la película vienen dadas por ese patetismo, por ese fracaso de los personajes a dos niveles: para asumir la situación en la que se encuentran, pero también para a la vez asumir que antes estaban mejor que lo que están ahora. Probablemente esto sean síntomas de lo que ahora se ha dado por llamar posthumor. A pesar de ser infantiles en el contexto, los gags funcionan bien porque están muy bien asentados los códigos de la franquicia, por lo que situaciones que parecen irreales y oportunistas nos las creemos porque nos creemos a los personajes y el universo que se ha creado para ellos. Si el espectador, en caso de no conocer la saga o leer la película de forma más académica, no hace ese salto de fe, no disfrutará del film.

Por otro lado, se ha buscado buenas y adecuadas historias para retomar a todos los personajes originales de la primera entrega, historias que hagan trascendente su aparición, y no anecdótica. Esto no sucede en el caso de Shermanator (Chris Owen) o Nadia (Shannon Elizabeth), que son reconocidos ligeros cameos. La excepción a los protagonistas principales la encontramos en Finch, que queda desvirtuado durante todo el relato relegándole a un pequeño conflicto interior dibujado en un halo de misterio pero que pasa de puntillas, dejando la sensación al espectador de que a poco que se lo hubieran propuesto podrían haberle sacado mucho más jugo al personaje. La mayor sorpresa que me he llevado ha sido en la persona del actor Jason Biggs, cuya interpretación sí que justifica su protagonismo en la pantalla, cosa que a mi parecer no lograba en las primeras entregas. Los guiños y referencias para el fan están a la orden del día en pos de hacer un alegato a la nostalgia del espíritu “American Pie”. Mi puntuación: 6 sobre 10.

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