Cinco veinteañeros de Los Ángeles viven en los márgenes de
la industria del cine. Christian, un auténtico hijo de papá, pone el dinero
para rodar una película de terror de bajo presupuesto en la cual la productora
es su asistente Gina y el actor protagonista es el novio de esta última, Ryan.
Christian vive con Tara, una exmodelo que tiene una relación con Ryan.
Christian, entretanto, se está beneficiando a Cynthia, quien a su vez hizo lo
propio con Ryan. Las complicaciones no se harán esperar.
El nuevo experimento del mítico Paul Schrader (que hace unos
años filmó la inquietante “Adam resucitado”) con guion de Bret Easton Ellis se
me antoja extrañamente a una mezcla de relato de un grupo de veinteañeros a lo
Georgie Shore instaurados un poco al margen de Hollywood, y ciertos códigos e
intentos temáticos de la película de “American Psycho”. Sin embargo, en este
caso no tenemos ni el humor no buscado de lo primero ni la excelencia y la
pericia de la segunda. “The canyons” intenta ser un relato de un cierto grupo
de la sociedad americana, intentando hacerlo de una forma atroz y desnaturalizada
en el que se usa el desnudo por bandera. Como el director se apresuró a citar
en la presentación de la película en la Seminci: el guion de Ellis va sobre
gente guapa que hace cosas malas en sitios bonitos. Sencillo y barato. Hasta ahí
todo bien. Sin embargo, a este relato le falta alma e intención.
Es como si tanto el director como los actores hubieran
creído que el poner la cámara en primeros planos enseñando los cuerpos trabajados
en el gimnasio (en algunos casos, en otros no) de los protagonistas ya bastaba
para escandalizar, pero el intento es vacuo cuando el argumento no acompaña. Se
trata de una especie de cuadrángulo amoroso que intenta poner de relieve la
promiscuidad en estos ambientes, los sacrificios que hacen por sus sueños
ciertas personas en este mundillo y la realidad en la que viven. A pesar de
todo esto, y que se supone que nos debe quedar tan lejano, no hay nada de
original ni de sorprendente; y el retrato del personaje que es el epicentro de
la historia no está bien construido. Así como el personaje de Lindsay Lohan, la
protagonista, que debía brindarle un paso adelante en su carrera pero que se
queda como un despropósito, no total, pero sí bastante evidente. Mi puntuación:
4,5 sobre 10. “The canyons” se estrenó el 20 de octubre en la Seminci, pero
todavía no tiene fecha de estreno en España.
Irene Escolar presentó durante la edición de este año de la
Seminci dos proyectos en los que ha formado parte este año: la siguiente
película de Juan Cavestany estrenada hace unos días en Madrid, “Gente en sitios”,
y también lo nuevo de Santiago Tabernero, titulado “Presentimientos” y
protagonizado por Marta Etura y Eduardo Noriega. Por ese motivo, entrevistamos
a la joven intérprete para que nos hable de estos dos proyectos.
Primera pregunta obligada: ¿cómo se siente una actriz al
poder presentar dos películas en un festival de cine como la Seminci?
Ciertamente una actriz ya se siente sorprendida de haber
estado trabajando en dos películas este año, porque tal y como están las cosas…
Pero además, que las dos películas las elijan en el mismo festival y que puedas
asistir a la presentación de las dos pues es un lujo. Y dos películas tan
distintas: una va a la sección paralela Spanish Cinema, que es “Gente en
sitios”; y la otra va a la Sección Oficial, “Presentimientos”. Es bastante interesante
poder presentar dos tipos de película que no tienen nada que ver a nivel de
producción y en cuanto a la historia.
¿Cómo definirías “Gente en sitios”?
“Gente en sitios” habla del momento insólito que estamos
viviendo, de como las personas y la sociedad se desenvuelve ante esta crisis
existencial que estamos sufriendo. Porque al margen de que sea una crisis
económica, creo que se ha extrapolado a una crisis entre personas, de
circunstancias extrañas. Yo cada vez noto que la gente está más extraña y que
no sabemos comportarnos ante tales situaciones. Entonces, “Gente en sitios”
retrata con un estilo muy becketiano y valleinclanesco incluso, ese esperpento
que es la sociedad en laque estamos
ahora mismo: con mucho humor, con tono satírico… Es una película muy divertida pero
tremendamente cruda.
¿Qué papel interpretas en esta película?
En este proyecto somos ochenta actores, que creo que es la
película del cine español con mayor reparto, porque son distintas historias
auto-conclusivas. Yo interpreto a una chica muy jovencita que va a comprarse
una casa, y vamos a poder ver todo lo que le ocurre en esta casa.
Parte del equipo de "Gente en sitios" en la Seminci 2013
En la anterior propuesta del director, “Dispongo de
barcos”, la película se rodó en los tiempos libres que tenía el equipo
artístico. ¿Cuál fue el método de trabajo en este caso?
Pues esta tiene una mecánica similar. Yo admiro a Juan
Cavestany desde hace mucho tiempo porque he visto muchas obras de teatro que él
ha escrito, y acabamos de trabajar juntos en teatro también. Y un día me llamó
y me dijo que si quería hacer una secuencia que grabaríamos en un día y que no
me tenía que aprender nada, simplemente ir allí. Llegué y me dijo “vamos a
improvisar sobre tú comprando una casa. Eres una persona con muchas ganas de
comprarte esa casa, y estás muy ilusionada”. Y entonces eso hicimos,
improvisamos y él nos iba siguiendo con la cámara. Fue algo muy divertido, con
gran libertad y una estupenda experiencia.
El título es “Gente en sitios”. ¿En qué sitio se encuentra
más cómoda Irene Escolar?
Me siento muy cómoda en un teatro, porque he vivido mucho
tiempo en teatros. Por eso es un lugar que a mí me da mucha paz y me siento muy
a gusto, muy tranquila y muy protegida.
La segunda película que presentas en la película es
“Presentimientos”. ¿Qué nos puedes contar sobre ella?
Es un thriller psicológico y emocional que habla sobre la
imposibilidad de amar, sobre la dificultad de amar. Y yo interpreto el
personaje de Sandra, que es una chica también muy jovencita, que tiene una
especie de flirteo con el personaje de Eduardo Noriega, que es como su vía de
escape ante una situación un poco complicada que está viviendo. Sandra es una
chica muy divertida, con mucho entusiasmo y carisma, que sabe lo que le ocurre
a él pero nunca se lo llega a decir, y tienen unos encuentros muy especiales.
¿Qué son para ti los “presentimientos”: crees en ellos o
has tenido alguna vez la sensación de tener uno que luego se ha cumplido?
Pues yo he tenido muchas veces la sensación de que iban a
ocurrir cosas que luego no han ocurrido (Risas). Pero sí he tenido
presentimientos, lo que pasa es que luego no han ocurrido. Pero yo creo que uno
siempre tiene esa sensación de creer que hay algo que está por ahí latente. Yo
creo que general, o por lo menos yo, sí tengo presentimientos de ciertas cosas.
La película se sumerge en parte en el mundo de los sueños.
¿Qué papel juega en la narración este aspecto?
La película habla también sobre los sueños que no se pueden
realizar, o los que uno le gustaría poder realizar y no ha podido… sobre lo que
uno sueña pero que no le ocurre en la vida, y ese sueño, que parece idílico,
luego resulta que tampoco lo es; que la vida real, aunque sea muy cruda… muchas
veces valoramos muy poco las cosas que tenemos en nuestra vida diaria. Y no
quiero desvelar nada más del argumento (Risas).
¿Qué ha aprendido Irene Escolar en esta profesión desde
que empezó a trabajar en ella?
Yo empecé con mucha efusividad y muchas ganas, y creo que
queriendo hacer todo demasiado rápido. Y ahora me he dado cuenta de que no es
necesario, que es una profesión en la que hay que ir con mucha calma, que hay
que estar muy bien formado… por lo tanto yo no he dejado de formarme nunca y
seguiré haciéndolo porque me parece muy importante tener los pies en la tierra.
Creo que hay que tomarse las cosas con mucha calma, no tener pretensiones de
llegar a ningún sitio concreto, sino disfrutar el día a día en un escenario o
en un rodaje, intentar aprender de tus compañeros… yo lo he hecho y ha sido de
las mejores cosas que me han pasado y por ello espero seguir teniendo esos
compañeros.
En este interés por la formación, ¿cuál ha sido la
disciplina que hayas tenido que aprender por exigencias de algún proyecto que
más hayas disfrutado como experiencia?
Ahora por ejemplo estoy aprendiendo a tocar el laúd, o
aprendiendo a montar a caballo. También interpreté el personaje de una
heroinómana y tuve mucho contacto con una asociación que se llama “Punto Omega”,
que está en Madrid, con ellos y con sus pacientes, con otra forma de ver el
mundo, y de entender la vida y el sufrimiento… Siempre vas aprendiendo de todos
los personajes que te toca interpretar.
¿Tienes algún género que todavía no hayas podido probar y
tengas muchas ganas de interpretar?
Pues la verdad es que entre el teatro y el cine he abarcado
un poco todo… (Piensa). Quizás no he hecho ninguna película de terror, pero
tampoco tengo prisa. Si llega creo que puede ser algo muy divertido, pero yo
estoy muy cómoda en lo que estoy haciendo hasta ahora. Además, creo que es
peligroso separar las cosas por géneros: la comedia tiene mucho drama y el
drama tiene mucha comedia, como en la vida. Y entonces separar esto siempre me
parece peligroso porque si no crees que estás en un código, que a lo mejor lo
único que hace es que sea más pernicioso para interpretar.
Además de estas dos películas que tienes en cartel,
¿cuáles son tus proyectos en un futuro cercano?
Voy a hacer ahora una obra de teatro en el Teatro Español de
Madrid, que se llama “El cojo de Inishmaan”. Es un texto de un irlandés que se
llama Martin McDonagh, que escribió y dirigió “Escondidos en Brujas”, y es una
obra de teatro estupenda. Una comedia negra, ambientada en 1934, en la costa
oeste de Irlanda, y muy divertida.
Manel (Igor Szpakowski) tiene diecisiete años y nunca habla
con nadie de lo que pasa en su familia. Nunca habla de que, por las mañanas,
cuando su padre se levanta, él ya está despierto. Nunca habla de los morados
que su madre tiene en diferentes partes del cuerpo. Ni tampoco habla del miedo
que él, su madre y su hermana pequeña sienten cuando están en casa con su
padre. Por eso a Manel le gusta ir al instituto, porque mientras está allí no
está en casa.
Lo primero que se te pasa por la cabeza después de acabar de
ver esta cortita producción es que es muy dura. La película es brutal en su
concepción, sin ninguna concesión para la esperanza, tal vez con la intención
de que sirva como profunda denuncia social ante estas situaciones y anime a
denunciar estos casos al menos vestigio de su aparición. El lema de la
película, que es sin duda moralizante, es este: si esperas un segundo más a
denunciar lo que estás viendo o estás viviendo, puede ser demasiado tarde. A mi
entender, el elemento del miedo que sufren las víctimas está mejor trabajado en
la película “No tengas miedo”, porque se hace de una forma menos cruda, pero
que da más pavor por esa misma razón, porque vemos como un hombre puede ser una
persona normal en un contexto social determinado y luego en casa como se
convierte en un verdadero monstruo.
En este paralelismo con la película de Montxo Armendáriz,
encontramos que aquí la participación del elemento catalizador, o sea el padre,
es mucho menor. El conflicto aquí se focaliza en el hijo, interpretado por Igor
Szpakoski (“Pulseras Rojas”), en vez de en el foco de las vejaciones, una
opción válida como cualquier otra y que saca partido en momentos concretos.
Vemos la degradación en la forma de entender el mundo de este adolescente, que
ve como se ve privado de una vida normal y que además de atender a sus
problemas como adolescente tiene que intentar sacar a su madre de una situación
que ella no parece poder salir. En el apartado de realización, encontramos un uso
muy particular de la música, que define mucho al personaje de Manel, ya que
continuamente estamos escuchando las canciones que lleva en los cascos como
modo de evasión, con ritmos muy machacones. Mi puntuación: 5,5 sobre 10. “El
miedo” se estrenó ayer 22 de noviembre en las salas españolas.
Nos encontramos en el contexto de la Madrid Premiere Week
cubriendo el photocall del prestreno americano de la película “Plan en Las
Vegas”, protagonizada por Robert de Niro, Morgan Freeman, Michael Douglas y
Kevin Kline. En este mismo día, aunque unas horas antes, también se ha
realizado el prestreno de la película “Violet” en los mismos cines Callao.
Entrevistamos a la actriz Leticia Dolera, que protagoniza la cinta, para hablar
de sus próximos proyectos.
Fotografía de Sergio Navarro
¿De qué trata “Violet”, la película que presentas en la
Madrid Premiere Week?
“Violet” es una película sobre la búsqueda, sobre la búsqueda
del amor, de las raíces; y de cómo a veces esa búsqueda nos puede ayudar a
encontrarnos a nosotros mismos y a volver a nuestros orígenes, a quiénes somos.
Como el protagonista del film, ¿serías capaz de enamorarte
de alguien solamente a través de una fotografía?
En principio creo que no. Pero bueno, nunca sabes lo que te
puede pasar en la vida y cómo puedes reaccionar a situaciones que se te
presentan.
En marzo del año que viene tienes pendiente de estreno la
película “Kamikaze”. ¿Cómo ha sido la experiencia y cómo te llegó el proyecto?
¿Has sido una de las que te ha tocado rodar en plena nieve?
En el proyecto llegué simplemente a partir de un casting y
tuve la suerte de encajar en uno de los personajes. Sí, sí, rodé en la nieve. Y
el rodaje fue muy bonito porque es una película muy coral y al haber tantos
actores si consigues hacer piña siempre surgen momentos de espera que compartes
muy bonitos.
¿Leíste la novela “Kamikaze” de Iván Escobar antes de
rodar la película?
No, sólo me leí el guion que me pasaron.
Participaste en la serie también creada por Iván Escobar,
“El barco”. ¿Cómo fue la experiencia de colaborar con un personaje puntual al
final de la ficción?
Pues muy bonita. Me hizo mucha ilusión participar en una
serie que tiene tantos seguidores y que además es una serie de género, que
bueno, creo que es algo que está muy bien y que es muy interesante formar parte
en proyectos arriesgados y distintos.
Al final la serie se canceló por parte de Antena 3 en su tercera temporada. ¿Cómo
te imaginabas tú el final de los personajes de Burbuja y Marimar?
Pues felices, yéndose a vivir juntos… en un barco (Risas).
Tienes otra película pendiente de comenzar el rodaje
titulada “Novia”. ¿Qué nos puedes contar sobre ella?
“Novia” es una adaptación de “Bodas de sangre” al cine, y
repito con la directora de “De tu ventana a la mía”, que es Paula Ortíz, y la
protagonista es Inma Cuesta que interpreta el papel de la novia. Y tengo muchas
ganas de empezar a rodar, rodaremos la primavera del año que viene.
Últimamente has tenido varias incursiones en el mundo del
cortometraje. Tanto como actriz en “Hogar, hogar” como en “Habitantes” dirigiéndolo.
¿Qué has encontrado en ese formato para apostar por él?
Bueno, cortometrajes siempre he ido haciendo como actriz
desde hace bastantes años, y luego como directora he hecho tres, y me han
servido para aprender. Creo que el cortometraje es un modo más de expresión y
un formato que te permite aprender y arriesgar.
Ambos cortometrajes fueron exhibidos en la última edición
de la Seminci, ¿cómo fue la acogida de ambos?
Pues muy buena, quedamos muy contentos. Porque “Hogar,
hogar” la gente lo entendió muy bien y les gustó mucho, y “Habitantes” lo
mismo. Y además con “Habitantes” nos llevamos una Mención Especial del Jurado
que nos hizo mucha ilusión.