martes, 14 de octubre de 2008

PRISON BREAK

Después de este, aproximadamente, primer tercio de temporada se puede decir que la serie se ha reinventado por completo, algo que llevaba demandando desde la pasada temporada y que los productores parecían tener miedo de ejecutar. Esta visión radicalmente nueva de concebir la serie le ha dado nuevos aires al producto, a consta eso sí de varias elipsis tramposas y cogidas por los pelos como la fuga de T-Bag, Bellick y Sucre de la prisión de Sona (que hasta hace dos días era inexpugnable) o la 'resurrección' de Sarah sin una nimia explicación. Una víctima más de todo esto ha sido el personaje de Whistler (Chris Vance) del que poco se ha profundizado y fulminado en los primeros compases. Éste último ha dado el testigo a dos personajes carismáticos como son el agente Don Self (una grata sorpresa, ya que hasta ahora 'buenos y malos', defensores de la ley y violadores integrales o coyunturales de ésta, siempre habían tenido un marcado lado oscuro, y éste se nos presenta como alguien muy puro y casi cómico que se tiene que hacer cargo de una gran responsabilidad y unos riesgos enormes) y el asesino en serie Waytt (un personaje potente del que casi nada se sabe y que cada vez que aparece nada bueno parece augurar a nuestros protagonistas). La trama aún habiendo renovado completamente la serie se asemeja más a la segunda temporada (nunca podrá llegar al nivel de la primera, algo que a veces se vuelve en su contra y las audiencias parecen refrendarlo) y aunque ya estamos al tanto de las cualidades intelectuales de Scofield hay lugar para la sorpresa aunque de forma más comedida y fraccional. Ésto es, teniendo como referencia esta primera temporada en la que la misión era de aspecto global (escapar de Fox River), ésta se nos presenta como una sucesión de hazañas en las que las dificultades que se les presentan en su contra llegan en algunos casos al nivel de supuesta insalvabilidad de la primera campaña. Otro punto a favor en el desarrollo de la narración es ver otra vez a casi todos los protagonistas involucrados en una misma trama y que tendrán que aprender a convivir como ocurría en la excepcional 1ª temporada, un recurso de contraposición-interacción de personalidades que se había perdido en las dos anteriores. En torno a los personajes hay que resaltar la parca definición con la que se ha encasillado a alguno de los protagonistas como el informático (el graciosillo que está obligado y de vuelta), Scofield (el que tiene siempre la idea correcta en la ejecución del plan), Lincoln (el bruto, el brazo ejecutor), Sucre (el leal) o Bellick (el eternamente dudoso). Establecer por encima de todos el personaje de Mahone (William Fichtner), sin duda el más completo y que está adquiriendo una dimensión de protagonismo bien merecido por medio de sus características ya conocidas como personaje de la trama involucrado por la extorsión sobre su familia y por otro lado un ahondamiento en su lado más humano que resulta inusitadamente creible gracias a una excelente interpretación. Caso a parte es el de T-Bag (Robert Knepper). un personaje a la altura del anterior, muy bien dibujado y cariñosamente odiable, pero que desde la segunda mitad de la 2ª temporada parece no tener un sitio claro en el argumento global y los guionistas parecen hacer malabarismos para mentenerle de alguna forma en lo alto del reparto. Otro acierto me parece la exclusión completa del hijo de Lincoln (Marshall Allman), ya que ha dado todo lo que podía dar de sí y volver a incluirle supondría tener que volver a redundar en su ciclo narrativo (secuestro/situación de peligro), aún con el añadido de haberse llevado con él al personaje de Sofía Lugo.

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