miércoles, 21 de septiembre de 2011

ESTRENO DE "CHEERS"


Desde hace un par de semanas, Telecinco emite en su franja de prime time de los domingos el remake de la serie americana de culto “Cheers”. Con el mismo nombre, y bajo el formato de sitcom de alrededor de 30 minutos, nos presenta versiones actualizadas y nacionalizadas de los personajes de la serie originaria, que se relacionan fundamentalmente en un bar que da nombre a la serie, y cuyas conversaciones e interacciones forman el eje principal de la trama.

Lo primero que debo admitir es que no he visto la serie original, así que me desmarcaré de las comparaciones e iré de lleno a exponer los puntos de vista que he podido adquirir a la vista de estos primeros cuatro capítulos. Primero iremos personaje por personaje. A pesar de ser una serie coral, podemos hablar de que las cabezas visibles de la sitcom lo forman los personajes de Alberto San Juan (el camarero guaperas) y Antonio Resines (el psicólogo que acaba de ser abandonado por su mujer); el primero aprovechará seguramente su vis cómica para dar vida a su alter ego ligón, chulo y ocurrente, pero sin embargo hay que tener en cuenta que a este actor nunca se le ha llegado a ver cómodo en televisión; cosa contraria le ha ocurrido a Antonio Resines, que se ha prodigado desde hace prácticamente una década solo en televisión, y que corre el riesgo de hacer una parodia o una prolongación de su personaje de Antonio Resines (pese al moderadamente radical cambio físico), y de convertir a los tres o cuatro protagonistas (ya veremos cómo se desarrolla su importancia) en unas meras calcas de Santi, Fiti y Diego en un bar un poco más estiloso que la taberna de “Los Serrano”.

Para desmarcarse de la serie original americana y de un posible acercamiento al espíritu y esencia de “Los Serrano” o “Los hombres de Paco”, deben potenciar el resto de los personajes que conforman el reparto. Por un lado el de Alexandra Jiménez, la estudiante de Bellas Artes al que su padre ha dejado sin dinero y sin estatus social, y que se ve obligada a trabajar de camarera en el bar, personaje al que doy más posiblidades gracias a la actriz que lo interpreta. También sería interesante potenciar el de Ricardo (Luis Bermejo), al tratarse del miembro del reparto menos conocido, y un personaje tan manipulable y expresivo al que se le puede sacar mucho jugo, ya que el resto del casting da cierta sensación de refrito de otras series. Por último, deben saber combinar y dosificar con acierto las apariciones de los personajes de Chiqui Fernández (la camarera borde y amargada), de Joan Pera (el camarero antiguo, entrañable y olvidadizo) y Adam Jeziersky (el camarero extranjero y con pocas neuronas que no entiende muy bien el idioma). Este último ya ha dado muestras de tener potencial, gracias a una interpretación muy correcta del actor, haciendo olvidar rápidamente a su Gorka de “Física o Química”, y aunque algunos diálogos un poco burdos le quieran restar mérito.

De lo visto hasta este momento lo que más evidente me ha resultado es que los diálogos no están muy pulidos. Si es verdad, como dijo Antonio Resines en unas declaraciones recientes, que se han comprado los guiones de la serie original, pero no vale solo con cambiar un par de bromas y meter un par de chistes y clichés patrios, sino que hay que usar a los personajes para crear unas situaciones que emanen de las relaciones de estos personajes adaptados. Por otro lado, uno de los puntos positivos de la serie para conseguir su continuidad, está en la posibilidad tan abierta de introducir cameos puntuales, tal y como sucediera con “7 vidas”, y que ya hemos visto en estos primeros episodios en el caso de José Coronado, Ana Belén, Sara Carbonero, Fátima Baeza o Fernando Andina. Sin embargo, a esta serie la queda mucho camino por recorrer si quiere aguantar en la encarnizada lucha por las audiencias de esta temporada.

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