jueves, 16 de agosto de 2012

PRIMERAS IMPRESIONES DE "FRÁGILES"


Pablo es un fisioterapeuta algo particular, ya que sus métodos van más allá de los puramente físico, y además, no solo intenta aliviar su dolor muscular sino también el emocional, lo que es mucho más complicado y suele hacer de sus pacientes personajes realmente “frágiles”. Además, nos encontramos con la paradoja de que mientras Pablo intenta curar a sus pacientes, es incapaz de aliviar sus problemas surgidos del accidente que ha postrado a su mujer en un coma profundo.

No podemos obviar que el personaje principal interpretado por Santi Millán nos recuerde vagamente al de “House” en su forma cínica e incluso algo agresiva de enfrentar sus relaciones y sus terapias, pero es que la sombra del doctor es alargada y parece ya imposible crear un personaje que sea médico, doctor o similar que no nos recuerde a él en cuanto los métodos que utiliza ya no son los habituales. Pablo es de alguna forma positivo, no tan autodestructivo como “House” sino con una coraza que le protege del dolor que le causa su mujer en coma, es directo pero tiene límites, tampoco es pésimo en las relaciones humanas sino más bien selectivo y pragmático. El siguiente paso de guion era formar un círculo de relaciones que no limiten la serie a tres o cuatro consultas cada capítulo: en este respecto tenemos a Pilar (Norma Ruíz), la cuñada de Pablo que sirve como apoyo y que contradictoriamente fue una de las razones por las que estuvo a punto de cortar con su mujer, y que se nos muestra como una mujer manipuladora y posesiva, que sabe jugar sus cartas para conseguir no quedarse sola; por otro lado tenemos a su esposa (Sandra Ferrús), que la tenemos en coma desde el principio de la serie pero sobre la que pilotan varios flashbacks que nos muestran la vida de Pablo. Aquí entran tres personajes que se encuentran en un punto intermedio entre paciente y personajes relacionales, ya que además de no ser episódicos tienen una relación más continuada y de más largo recorrido: estos son: Una joven con Síndrome de Asperger que no deja que nadie la toque (Ruth Nuñez) y su madre protectora (Luisa Martín), y una mujer que está asumiendo la rehabilitación después de un accidente que la dejó en silla de ruedas (Elia Galera).

Uno de los valores fuertes de la serie es el gran reparto, en el que brillan con luz propia Elia Galera y Luisa Martín. Y no hablamos solo del elenco protagonista, sino en los actores episódicos que intervendrán en esta primera temporada y entre los que se encuentran profesionales de la talla de Blanca Portillo, Diego Martín, Antonia San Juan, Alexandra Jiménez o Carlos Santos. Las historias que se han tratado hasta el momento, son algunas bastante manidas y no excesivamente originales, pero funcionan gracias a las grandes interpretaciones del reparto y en algún momento consiguen sorprender (como cuando entendemos que el marido de la mujer en silla de ruedas la estaba cambiando la medicación para evitar su recuperación y así no perderla), hacernos pensar en las dificultades que conlleva la enfermedad (la decisión a la que se enfrenta el personaje de Blanca Portillo sobre seguir con el embarazo a riesgo de desviarse la columna) o emocionar (como la primera vez que Lola se deja tocar por Pablo). Entraña cierta seguridad el que se trate del equipo que ya hizo “La pecera de Eva”, pero por otro lado, eso también suponga probablemente que no nos van a contar cosas muy diferentes: lo que se pide aquí, es que los casos sean un poco más extremos (que no inverosímiles) y traten problemas o conflictos de más envergadura, ya que está claro que no hay una historia horizontal más allá del (si se puede llamar así) cuadrángulo amoroso que se formará entre Pablo, su mujer en coma, Teresa, y el marido de esta; añadido a esto la cuñada, que está obviamente enganchada a nuestro protagonista. Más allá de esto, lo que nos queda por disfrutar son los casos médicos y la evolución emocional del psicoterapeuta.

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