domingo, 12 de diciembre de 2010

LA LLAVE DE SARAH

En mayo de 2002, a Julia Jarmond, periodista americana afincada en París, le encargan el artículo relacionado con el sexagésimo aniversario de la redada contra los judíos. Julia, casada con Bertrand Tézac irá descubriendo poco a poco los acontecimientos del fatídico año 1942 y, curiosamente, la historia de Sarah, que increíblemente estaba relacionada con su familia política. Tras este descubrimiento, no descansará hasta conocer el destino de la joven Sarah y su relación con la familia de su marido.

Bajo el prisma de una reportera actual interpretada de forma bastante aceptable por la actriz Kristin Scott Thomas se nos cuenta un episodio de la represión de la que fueron protagonistas los judíos en la 2ª Guerra Mundial, esta vez en manos de los franceses en vez de los alemanes. La cinta está contada como dos historias en paralelo, por un lado como si nos trasladáramos al París de los años 40 y por otro lado siguiendo los descubrimientos a los que está llegando Julia en su reportaje. El juego de imágenes es dinámico pero se hace un poco largo tal vez en la historia de Julia, cuando ya parece haber dado de sí la película todo lo que tenía que dar.

El tema de esta película, que se ha retratado ya incontables ocasiones en el cine, nos aporta pocas cosas nuevas respecto a otras cintas del mismo cariz como pueden ser “El niño del pijama de rayas” o similares; sin embargo, el sentimiento de culpa de la pequeña Sarah por haber dejado encerrado en la casa al intentar protegerle de la policía está muy bien retratado y actúa como un potente leitmotiv del personaje que la condicionará toda la vida, vinculándola con los protagonistas de la historia paralela de la actualidad. Las reacciones de los personajes a los que Julia hace saber la verdad son muy reales y entendibles, con interpretaciones muy emocionales y sanguíneas, con escenas bastante emotivas y sencillas que pueden despertar la fibra sensible en el espectador. Realmente es una película bastante correcta, pero que nos aporta pocas cosas nuevas y que tal vez debiera haber sido un poco más escueta.

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