domingo, 8 de mayo de 2011

SIN COMPROMISO


Emma (Natalie Portman) y Adam (Ashton Kutcher) son, desde hace mucho tiempo, dos buenos amigos, pero casi arruinan su relación por pasar una noche juntos. Deciden, entonces, preservar su amistad por encima de todo, aunque tengan relaciones íntimas. Muy pronto descubrirán que es muy difícil mantener una relación estrictamente física sin contraer compromiso alguno y al margen de los sentimientos.

Grácil comedia romántica interpretada por la oscarizada Natalie Portman y el popular Ashton Kutcher, secundados estos por Kevin Kline en el papel de famoso y “vivalavida” padre del protagonista, y una ración de amigos por los dos lados de la pareja, todos ellos a cada cuál menos convencional (y que incluye el amigo de padres gays, la amiga hindia algo promiscua o la ayudante de producción pedante/irritante pero sexy). Con un punto de partida bastante interesante y medianamente original, la película se deja ver con agrado gracias a unos diálogos frescos y muy inteligentes, que sostienen con bastante elegancia la primera mitad de la cinta, y que circulan con sobriedad entre la pareja protagonista y esta reducida lista de secundarios, sin edulcorantes ni demasiada melosidad en acciones o en el texto. No es una película redonda, pero es bastante satisfactoria. Y este bajón considerable a la calificación está causado por volverse algo predecible y más convencional en los últimos cuarenta minutos, pero supongo que es inevitable cuando quieres crear una trama romántica que sustenta toda la película, sea esta más o menos convencional. Los preceptos del lenguaje del cine clásico norteamericano no son tan fáciles de erradicar cuando quieres llegar a un público lo más amplio posible y conseguir el taquillazo.

Respecto a las interpretaciones, el ágil y alegre guión hace más fácil el trabajo sobretodo de la pareja protagonista, pero también hay que atribuirles el mérito de tener una química en pantalla más que destacada, sin sobresalir por otro lado ni la interpretación de ella (algo que sería por otro lado bastante lógico) ni la de él (una verdadera sorpresa). La introducción del elemento padre es necesario, y yo creo que acertado, para crear de alguna forma otro eje de acción del personaje masculino, que libere un poco a la película de que el eje romántico para que no se adueñe en totalidad de la narración; Kevin Kline está fabuloso y contenido, sin sobreactuar a un personaje libertino, desenfadado e irresponsable que hace de contrapunto del personaje de Adam, que no quiere acabar como su padre, algo que por otro su pareja se lo está poniendo tan difícil con su comportamiento cobarde. Los mimbres que se ponen como premisa son sugerentes y aguantan con brío hasta que la relación sentimental en la que el amor debe triunfar arremete con fuerza en los dos protagonistas, poniéndose así la película mucho más predecible y decayendo en originalidad; sin embargo, la química entre Natalie y Ashton consigue que acabemos de ver el film con un buen sabor de boca, a pesar de que vemos que tal vez se ha desaprovechado en cierta medida una gran oportunidad.

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