martes, 24 de mayo de 2011

DINERO FÁCIL


Los bajos fondos de Estocolmo son un sumidero al que han ido a parar todos los desechos de la sociedad sueca. Todos quieren defender su territorio y lucrarse a cualquier precio. La enigmática desaparición de una mujer, será el nexo de unión de tres criminales con un objetivo común: vengarse del gran capo Radovan.

“Dinero fácil” es a “RocknRolla” lo que “Sin perdón” podría ser a “La diligencia”, nos encontramos ante una versión de un género (el de los bajos fondos, en los que experimentados y novatos que se reparten un trozo de tarta muy pequeño) muy bien definido, que es el del mundo de la calle en el que la droga, el dinero y la violencia se mezclan en una línea muy difusa, pero en esta producción en concreto se detienen a analizar mucho mejor la psicología de los personajes. De una forma más manierista que postclásica, se nos dan las motivaciones y las situaciones particulares de los miembros protagonistas, y que se entretejen inevitablemente con la labor que desempeñan y los negocios turbios que frecuentan. Partiendo de aquí, esto te lo puedes llevar al lado bueno o al lado malo: aunque bien planificada y con escenas bastante resultonas, carece del efectismo y la espectacularidad de las películas de este género tan vistoso, pero por otro lado conseguimos entender mejor a los personajes, ver su lado más humano y tratar con una película más profunda. Tiene más elementos de verosimilitud que de costumbre: entendemos que probablemente el negocio sea así porque la lógica de las acciones funciona bastante bien, y unos personajes más dibujados nos ayudan a creérnoslo. Es como si acostumbrados a un relato mitológico nos dieran un tortazo de realidad social en el que quedan pinceladas de ese mundo de fiestas, desenfado, dinero y lujo, pero se viera condicionado también desde el principio de la película por un destino fatídico al que se están viendo abocados desde el principio. Pero ya no es un final fatídico que acaba en muerte o muertes (algo más físico) sino también un final fatídico a nivel emocional, dónde el protagonista sufre un proceso de degradación emocional y humana al que asistimos con total franqueza y en una evolución bastante bien trabajada a nivel de guión.

Aunque al principio el montaje es un poco caótico y ciertos aires independientes hacen que determinados cortes hagan algo nebulosa la comprensión de la historia por parte del espectador, pronto las cosas se van clarificando, se va centrando el objeto de la película e indagando en las vidas y las psicologías de los personajes que realmente importan, teniendo a tres personajes muy destacados entre los demás: el joven de clase media que se mete en el negocio para pagar sus juergas con sus amigos pijos, el rival en el negocio de la droga del jefe del joven, y por último, un joven latino recién salido de la cárcel al que unos quieren ver muerto y los otros lo quieren a su lado para que les ayude a hacer una última gran transacción. Las interpretaciones son correctas sin más, aunque despunta a mi parecer el actor Matías Padín, que se mete en la piel del ex presidiario latino, y que de alguna forma me recuerda un poco tanto físicamente como en su forma de interpretar a nuestro patrio Hugo Silva. Por lo demás, buenos mimbres de distinto material, pero que al fin y al cabo no crea una cesta muy diferente a las que estamos acostumbrados a comprar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas populares