domingo, 22 de mayo de 2011

FINAL DE SMALLVILLE


Definitivamente es un sabor agridulce el que se me queda al visionar el último capítulo, en forma de doble episodio, de la serie Smallville. Tras diez temporadas en antena, los guionistas se vieron en el compromiso de poner punto y final a todas las tramas que han abierto hasta ahora y los conflictos que han suscitado tanto en el espectador como en los personajes. El final está muy orientado a ejercer de bisagra entre lo que sería el mundo de la serie y el mundo que se conoce en los comics. Y ahí empiezan las decisiones: no existe ninguna Tess en el linaje de los Luthor en los cómics, Lex es el gran villano que se enfrentará continuamente a Clark, es necesario que desaparezca Lionel Luthor de escena, y que se nos dé una pequeña pincelada de lo que será uno de los personajes secundarios de la aventura gráfica, Jimmy Olsen.

El capítulo está plagado de grandes y largas conversaciones que cierran de alguna forma los debates y los conflictos creados en la serie: la madurez, la responsabilidad, la lucha entre el bien y el mal, el destino que tiene que afrontar al convertirse en héroe y los sacrificios que conllevan… por ello, gran parte de la resolución trata en clausurar estos temas con unos diálogos que dan a entender finalmente la postura que tomará Clark para convertirse inminentemente en Superman. Estos diálogos se hacen bastante pesados en algunos momentos y se echa de menos bastante más acción, que vendrá posteriormente con la aparición, oh sí por fin, del gran villano de la serie, Lex Luthor. Aunque la vuelta es en sí un gran colofón final para la despedida de esta serie, y el diálogo que mantiene con Clark es esclarecedor y con un significado que ayuda a entender al personaje antagonista, reconociendo éste haber sentido siempre envidia de Clark y ser consciente del gran malo malísimo en el que se tiene que convertir, es tan esporádica su aparición que nos deja con la miel en los labios. Para esta aparición, es necesaria por otro lado un gran acto final de Lionel Luthor (uno de los personajes que más interesantes de todas las temporadas) cediendo su corazón a su hijo para que este pueda así revivir, sacando así a nuestro querido Lionel fuera de juego. Otra de las decisiones colaterales que vienen derivadas de esta trama es la muerte de Tess, que había danzado entre sus lealtades y sus coqueteos entre el bien y el mal desde que su personaje apareció, y del que era necesario deshacerse ya que en los cómics Lex es el único hijo vivo que aparece.

Además de la grata aparición de Michael Rosenbaum (Lex Luthor), nos encontramos también con las vueltas de Annette O´Toole (Martha), que es meramente presencial y a modo de homenaje, la de John Schneider (Jonathan), que aunque al principio me pareció algo pillada por los pelos y el no saber si Clark le estaba viendo, sintiendo o si era una especie de fantasma me descolocó un poco, cuando la emotividad del capítulo ganó enteros le vi uno de los grandes aciertos del guión. Por último tenemos también la enésima vuelta de Chloe (Allison Mack), para cerrar de alguna forma el sentido de su amistad con Clark y asentar su relación con Oliver que tantos derroteros ha tomado esta temporada; y respecto a este último, aunque al principio tiene protagonismo y parece que se nos va revelar como uno de los malos finales, gracias a la conversación con Clark (que de nuevo se me hizo eterna) abraza la el lado de la luz, pero hace que el personaje ya se diluya en todo lo que resta de capítulo. Para finalizar, y respecto a la trama de, llamémoslo así, lucha contra la oscuridad que está a punto de apoderarse de la humanidad, no me vienen otras palabras a la cabeza que denominarlo de apresurada y algo chapucera: es bastante llamativo que después del poder que se le suponía a Darkseid sea derrotado tan sólo con tres flechas lanzadas por Oliver, y que un astronómico planeta ardiendo que está a punto de colisionar con la Tierra sea alejado por Clark en un santiamén cuando ya parecían estar avocados a la catástrofe. Mención aparte merece la escena en que Clark aparece ya vestido como Superman, en la que tratan de evitar a toda costa tanto planos medios como planos americanos, lo que parece sugerir que o bien el actor parecía ridículo con el traje o no habían hecho la elección adecuada en el diseño del mismo. Como resumen, final algo descafeinado, pero con pequeños detalles que merecieron la pena después de diez años de visionado de las historias del joven Clark Kent.

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