Este 21 de enero se estrena la ópera prima de Elena Trapé, que da el salto desde el cortometraje al largo, titulado muy intencionadamente “Blog”. Una película fresca, moderna, con un formato distinto y que esboza un retrato no de la sociedad o una generación concreta, sino de un conjunto de chicas adolescentes, qué pueden ser cualquiera de las que nos encontraríamos en los muchos Institutos de España, con sus pasiones, sus miedos y sus anhelos. A través, de los sentimientos y las reflexiones que las chicas (que no son actrices reales) iban depositando en una especie de diario que eran las webcam introducidas en sus habitaciones reales, a modo de pseudodocumental autobiográfico, la directora nos cuenta la historia real de catorce chicas de un Instituto americano que se quedaron embarazadas al mismo tiempo, llevando esto al contexto nacional y con esta libertad de formato y producción que ya se ha dicho. Estuvimos charlando con la directora, que nos habló sobre la producción de esta película.
¿Qué cambios han supuesto el pasar del cortometraje al largometraje?
Creo que todo. El corto te permite probar cosas y aprender a trabajar en equipo, a rodar y todo eso. Pasar a hacer una película marca sobre todo lo que supone a nivel narrativo, el desarrollar una historia que dura noventa minutos es muy diferente. La duración del rodaje, la cantidad de información que tienes que controlar, es un salto como de gigante.
¿Notas más control propio en el cortometraje?
No es más control. Es como… el rodaje dura mucho menos, tienes más tiempo… en una película la gente te está preguntando cosas para saber cómo lo vamos a hacer en cuanto a todo: vestuario, personajes… Además, en mi caso, los cortos que había hecho tenían como unidad de lugar, tiempo y acción muy claros. Sin embargo en la película… tienes ahí un vestuario, un set… De repente te están preguntando sobre cómo va a ir vestida esta niña durante los tres meses que dura el rodaje… demasiada información.
¿Por qué ha sentido la necesidad de contar esta historia sobre un grupo de chicas que se quedan embarazadas juntas, que por otro lado ya había sido tratado en la tele-movie “El pacto”?
Nosotros supimos que se estaba empezando a rodar la tele-movie cuando estábamos acabando nuestro rodaje…. Lo que pasa es que la tele-movie se estrenó mucho antes, y creo que no tiene nada que ver una cosa con la otra. La necesidad surge a raíz de leer la noticia y ver que una de las chicas decía haberlo hecho “para tener a alguien que la quisiera para siempre”, y eso fue lo que me enganchó. El intentar darle la vuelta a los prejuicios de decir “que panda de inconscientes”, y entender qué motivaciones inocentes te pueden empujar a hacer algo así.
¿Qué parte hay de alimentación en los personajes a raíz de la elección de las actrices?
Había un esquema de tipo de carácter, y del rol que iba a ocupar cada niña dentro del grupo, y a partir de ahí incorporamos todo lo que ellas son en realidad. Sus gustos, sus aficiones, sus aficiones… todo esto son elementos reales de las actrices, no se las ha impuesto nada.
Después del éxito que has tenido con este atípico formato, ¿te ves intentando otra vez una cosa parecida o prefieres pasar ya a formatos más académicos?
De entrada lo que vengo desarrollando es una historia y luego ya veremos que necesidades tiene. Sí que me interesa este formato, o sea, esta textura como más cercana al documental, también en cuanto a trabajo con actores… pero que vaya a ser video, que se vayan a grabar las actrices por su cuenta… no lo creo, pero ya se verá.
¿Qué tipo de cine te gusta como espectadora?, ¿Es cercano al que intentas transmitir?
En general veo de todo. Me voy a ver “Supersalidos” y me voy a ver “La cinta blanca”. Intento verlo todo en ese aspecto… Sí que siempre me han fascinado los directores que tienen una puesta en escena dedicada, y cuidan el encuadre y la posición de los actores, todo muy estético. Cuando en realidad creo que no es lo por lo que yo apostaría.
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