viernes, 13 de junio de 2014

METEORA


Con una fotografía que nos muestra los impactantes monasterios construidos por monjes ortodoxos del siglo XIV sobre imponentes rocas, la película, que es una producción grecoalemana filmada en Meteora, Grecia central (región que es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO), investiga el cuestionamiento de la dinámica entre la espiritualidad y el deseo humano, y es narrada a través de la relación entre un joven monje ortodoxo griego (Theo Alexander, también coproductor) y una monja ortodoxa rusa (Tamila Koulieva).

La película del director griego Spiros Stathoulopoulos es tan minimalista, sencilla, despojada de todo lo accesorio que en el caso de la historia que se trata es insuficiente. Puede que a los académicos o críticos de festivales abanderados del postureo les resulte un experimento curioso (premiada en el Festival de Berlín de 2012), incluso satisfactorio, pero la historia, que no es otra que el surgimiento de un interés erótico por parte de una monja y de un monje, necesitaría de algo más para atraer la implicada mirada del público. Si bien es cierto que los paisajes con los que se nos deleita son preciosos y que el recurso de intercalar la narración con partes animadas que se asemejan al arte bizantino -como he leído por ahí- se necesitaría de algo más de conflicto para que realmente esto se pueda llamar una película. Porque si no, esta premisa sólamente daría para una reflexión, tal vez para un debate, pero en sí misma no conforma una narración satisfactoria.

Prácticamente la historia carece de texto y diálogo por parte de los actores, y toda la virtud expresiva se la concede a la pareja de protagonistas con sus acciones, con su día a día, vestidos por esos parajes y esas localizaciones que nos hacen adentrarnos en lo más profundo de la región griega de Meteora. Y eso es todo. No hay nada más que esperar de esta película, ya que ni nos encontramos con tramas secundarias ni adyacentes, y para mí lo más grave e imperdonable de todo: una premisa bastante interesante, por lo que conlleva de conflicto a nivel moral e incluso de tela de juicio de la sociedad en la que vivimos dónde la religión todavía está tan presente e influencia a tantos ámbitos de nuestra vida, se queda en una simple anécdota. No se profundiza en esta diátriba, ni se dan puntos de vista originales, si no que se queda en un simple sobrevolar que podría funcionar mejor como debate de sobremesa que como propuesta narrativa. Mi puntuación: 3,5 sobre 10. "Meteora" se estrena hoy viernes 13 de junio en las salas españolas.

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