domingo, 15 de diciembre de 2013

DÍAS DE VINILO



Damián, Marcelo, Luciano y Facundo son cuatro amigos treintañeros cuya relación está atravesada por tres grandes temas: la música, la amistad y las mujeres. Damián, es escritor y guionista. Para recuperar a Ana, su ex, escribió un guion de cine, cuya única copia pierde a manos de Vera, una mujer muy particular que se entrometerá en su vida para empezar a modificarla.

Como un buen monólogo, a veces las películas deben tener por bandera una cierta tesis sobre alguno de los aspectos de la vida de las personas para que marque la diferencia, o al menos para que genere cierto interés: esto es lo que ocurre de forma inteligente y a la vez liviana con el producto que nos encontramos. “Días de vinilo” habla de muchas de las profesiones que están muy íntimamente entroncada con los sentimientos humanos, de ciertos aspectos artísticos que están tan entroncados en la naturaleza y el alma humano que a veces es imposible disociarlos: como la música, el cine, e incluso los servicios funerarios. En esta sinestesia tan endogámica, las conversaciones trascienden un apartado para servir al otro y viceversa. Todo esto bajo el foco de la relación entre cuatro amigos que han evolucionado desde una infancia aparentemente idílica, para darse de bruces con una realidad que siempre han visto ligada a la música.

En estos términos, los guiños a elementos muy reconocibles del mundo de la música y del cine son constantes, pero se hace de una forma muy natural, nada forzada, en conversaciones que los amantes de estas artes han tenido por doquier. Se juega mucho a la referencialidad, haciendo un pequeño baile entre la ficción y lo real, los lugares comunes y lo original, intentando establecer un equilibrio imposible. Los cuatro actores protagonistas, nombres argentinos para mi desconocidos, están regulares exceptuando tal vez Rafael Spregelburd, que se me antoja demasiado antiposicionado en su rol. A modo de anécdota –que no es anécdota- tenemos la colaboración de Leonardo Sbaraglia interpretándose a sí mismo, que actúa como pretendido alivio cómico, en un papel sorprendente y que contraste con estupefacción con mi imagen del actor, por lo que el resultado tiene todavía más potencia. Mi puntuación: 8 sobre 10. “Días de vinilo” se estrenó este pasado viernes 13 de diciembre en las salas españolas.

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