viernes, 19 de octubre de 2012

ADAM RESUCITADO


Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Adam, un artista de circo, está prisionero en un campo de concentración, pero logra salvar la vida gracias a un acuerdo con los nazis: su papel consiste en entretener a los judíos antes de que entren en las cámaras de gas. Sin embargo, los términos de este peculiar contrato, se reformularán cuando conozca a un general nazi que le impone una labor todavía más extraña.

La Segunda Guerra Mundial y el nazismo, es para EEUU como para nosotros la Guerra Civil. Estamos ya cansados de ver contar la misma historia una y otra vez, y a veces eso puede suponer una rémora para la película, pero siempre surgen excepciones como este caso que saben buscar una historia detrás tan potente que hace que nos olvidemos de una ambientación histórica tan manida. La trama que nos presenta el director Paul Schrader es una historia dura, desencarnada, difícil de ver y de asimilar. Con momentos de extrañeza, de dolor interno tanto para el protagonista como para el espectador. Ya hemos visto todos los horrores de la guerra habidos y por haber, todo el sufrimiento causado por los opresores a los oprimidos… pero aquí tenemos un nuevo horror original y crudo personalizado en nuestro protagonista, encarnado por el mítico Jeff Goldblum. Probablemente Goldblum, sin ser un gran entendido de su trayectoria, haya hecho la interpretación de su carrera, o por lo menos una de las mejores. En la piel de la otra cara de la moneda, la de la brutalidad, tenemos a Willem Dafoe que siempre es un seguro, y el papel de oficial nazi le viene al pelo.

El reparto lo cierran nombres entre los que se encuentran Ayelet Zurer, Derek Jacobi, o Vasile Albinet. La película está dispuesta en un toma y daca de montaje, como la pelota de un partido de tenis que nos lleva desde la actualidad que cuenta la película donde Adam está nuevamente internado en una institución psiquiátrica, para pasar al pasado intermitentemente, donde se nos muestra con cuenta gotas todos los motivos y el sufrimiento que le ha llevado a ser como es. La peculiar relación que se establece entre Adam y el niño que descubre encerrado en la institución mental es increíblemente desgarradora, animal y simbiótica a la vez de que disruptiva. Se curan destruyéndose mutuamente, destruyendo sus debilidades y sus traumas. Es una historia de lo difícil que es olvidar, de lo necesario y a la vez imposible. A pesar de contar la historia tantas veces contada (para más ejemplo la relación al principio entre Adam y el oficial nazi recuerda exactamente a la que tiene el personaje de Roberto Benigni en “La vida es bella”), es lo suficientemente inteligente y distinta como para merecer un visionado por parte del espectador. Mi puntuación: 6,5 sobre 10. “Adam resucitado” se estrena hoy en las pantallas españolas.

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