martes, 3 de enero de 2012

CRAZY, STUPID, LOVE


Cal Weaver (Steve Carell), cuarentón y puritano, tiene una vida perfecta: un buen trabajo, una bonita casa, unos hijos estupendos y está casado con su novia de la adolescencia. Sin embargo, cuando se entera de que su esposa (Julianne Moore) lo ha traicionado y quiere el divorcio, su vida se desmorona. En su particular descenso a los infiernos, conocerá a Jacob (Ryan Gosling), un joven triunfador y con talento para la conquista, con quién irá forjando una peculiar relación que influirá tanto a uno como a otro.

Nos encontramos amablemente aquí con una película excelentemente escrita, llena de diálogos muy frescos y dinámicos, puestos en actores en estado de gracia como son Steve Carell y un gran Ryan Gosling, que cimentan la relación principal y mejor llevada del film. Jugando un poco la baza de la endogamia ficcional crean un fresco de personajes y relaciones bastante originales (en la medida de lo posible hoy en día), y que te permite tener una primera hora de película muy agradable  de ver. La unión de personajes contrapuestos deja aquí de ser un cliché para dotarles de un punto de frescura que hace que su interacción produzca una buena suficiencia de escenas cómicas e inteligentes. A estos dos actores de altos vuelos se les suma la cada vez más de moda, y con razón, Emma Stone, que sigue transmitiendo el mismo buenrrollismo innato al que nos tiene acostumbrados. Por último, para cerrar el apartado reparto, hay que reseñar apariciones menores pero que elevan enormemente el caché del film como las de la comedida Julianne Moore, una histriónica Marisa Tomei o un sorprendente Kevin Bacon.

Una buena dirección de actores, por lo tanto, es el complemento perfecto para engarzarse a este guion tan bien escrito, y crear una película que te saca la sonrisilla cada cierto tiempo, de una forma fluida y sin estridencias, pero que aporta la sensación de las cosas bien hechas. Sin tener una fotografía, ni una planificación, ni banda sonora de ensueño, todo su potencial está en los diálogos, en la ágil visión de las relaciones humanas y la capacidad del guionista para crear una pareja que se ayuda el uno al otro desde el odio por su apuesto. Sí hay que mencionar que tiene un final altamente previsible y algo manido, pero funciona como un tiro, porque los cimentos que se han puesto durante el resto de la película son tan sólidos y tan bien engarzados que entendemos que la cesta aguanta lo que sea, aunque no sea del todo genial.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas populares