martes, 11 de octubre de 2011

1ª TEMPORADA DE "PERSON OF INTEREST"


Se llevan emitidos ya tres episodios de la esperada nueva serie creada por J.J.Abrahams y protagonizada por Michael Emerson, el actor que encarnó durante cinco temporadas al excelente villano de “Lost”, Benjamin Linus. Al actor, se le suma un rostro conocido como el de Jim Caviziel para dar vida al otro protagonista de la ficción.

La trama consta de lo siguiente: un inquietante millonario (Benjamin Linus) logró crear después de los sucesos del 11-S una máquina para el Gobierno capaz de localizar a gente potencial de estar involucrada en un crimen o acto delictivo. La máquina está formada por miles de cámaras de seguridad que analizan a todo ciudadano y que en determinadas circunstancias logran dar con una víctima o ejecutante potencial a través de su número de seguridad social. Esta forma de averiguación de la máquina está ciertamente bastante pillada por “alfileres” (pero no entraremos en su verosimilitud porque se resquebraja bastante al analizarla), y el mecanismo que usa para poner el punto de partida a la intriga parece muy similar al de la nueva serie que va a estrenar Kiefer Sutherland (aquí es el hijo autista el que a través de sus visiones es capaz de anticipar hechos determinados). El caso es que este millonario es consciente de que el Gobierno solo usa su máquina para frenar hechos delictivos de terrorismo y amenazas a gran escala, por lo que él siente la necesidad de encargarse de los sucesos menores. Para ello, se pone en contacto con un exmilitar, que lleva años sumido en su infierno particular, para ofrecerle un trabajo en el que juntos puedan salvar las vidas de estas personas.

Ese es de forma resumida el punto de partida de la serie. Y es que no parece que se nos ofrezca mucho más en un principio. De momento, el único interés que suscitan estos cimientos argumentales es averiguar en cada capítulo si el número de seguridad social obtenido a través de la máquina pertenece a la víctima o al ejecutor, y en qué lío concreto está metido (jugarán con la baza de que parezca que está involucrado en un asunto para luego estarlo en otro, que parezca la víctima cuando luego es el ejecutor y argucias similares para captar la atención). Sin embargo, no está siendo suficiente para lograr atrapar mi atención ya que por otro lado tenemos el hándicap de que hay muy pocos personajes protagonistas en el reparto, que se limitan exclusivamente a tres. El multimillonario (Benjamin Linus), la mano ejecutora de las misiones que este primero encomienda (Jim Caviziel) y una policía que les pisa los talones (Taraji P.Henson). También tenemos en un papel más secundario a un detective corrupto al que el personaje de Caviziel echó una mano, y al que ahora chantajea para que sea su intriltrado en la policía y les facilite información. De todos estos, el único personaje que parece tener cierta capacidad de atracción es el interpretado por Michael Emerson, que se nos presenta críptico, con una cojera severa y grandes dosis de información a medias tintas. Ni el de Jim Caviziel, que coge todos los clichés del hombre de guerra que ha perdido a alguien y ha sufrido un periodo de autodegradación y de autocompasión; ni el de la inspectora, que de momento es muy plano; ni el del topo, que se nos ofrece como muy secundario, parecen capaces de llamar la atención de la audiencia. Para mí, el que siga viendo este producto, o le augure un futuro de ofrecer algo más de lo que ofrece, pasa porque además de los casos auto-conclusivos se nos ofrezca una trama más general que involucre a alguno de los dos personajes principales, el del multimillonario Harold Finch o el del excombatiente John Reese. O se le saque más partido al inquietante argumento de que millones de cámaras vigilen todos nuestros movimientos. Porque hasta ese momento, la serie parece muy del montón pese al gran reparto protagonista.

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