lunes, 17 de marzo de 2014

OCHO APELLIDOS VASCOS


Rafa (Dani Rovira) es un joven señorito andaluz que no ha tenido que salir jamás de su Sevilla natal para conseguir lo único que le importa en la vida: el fino, la gomina y las mujeres. Todo cambia cuando conoce a la primera mujer que se resiste a sus encantos: es Amaia (Clara Lago), una vasca. Decidido a conquistarla, se traslada a un pueblo de Vascongadas, donde se hace pasar por vasco para conseguir que le haga caso.

Emilio Martínez Lázaro vuelve a la comedia pura y dura después de su fallida “La montaña rusa”, con guion de Borja Cobeaga (“Pagafantas”) y Diego San José, proponiéndonos un argumento que parece salido de una clásica sitcom española: un personaje obligado a hacerse pasar por lo que no es para evitar algo que quiere ocultar él mismo u otro personaje. Esta trama la hemos visto repetida hasta la saciedad en series como “Aída” o “La que se avecina”, por poner dos ejemplos, y no es difícil imaginarnos en esta tesitura a Mauricio Colmenero haciéndose pasar por árabe para ligar, que salvando las distancias, es un poco lo que nos propone esta comedia. Uno de los grandes aciertos del film es la elección del reparto, con un sorprendente Dani Rovira, el trabajo siempre impecable de Clara Lago, la profesionalidad de Carmen Machi y la reivindicación de Karra Elejalde como un actor con gran fuerza.

Plagada de tópicos bien ejecutados, que se sostienen gracias a la gran química que tienen la mayoría de los actores, sobre todo los momentos entre Karra Elejalde y Dani Rovira, pero también entre éste segundo y una Clara Lago en un personaje que no está muy definido pero que defiende con valentía. Como el diálogo que tiene la pareja protagonista casi al final: - Ahora me estoy dando cuenta de que es un poco cursi, ¿no? – Sí, pero funciona. Esto es en cierta manera lo mismo que le ocurre a la cinta, a pesar de tener un guion plagado de estereotipos, y es que la película va de esto, las situaciones se hacen creíbles y aunque hay un cierto desajuste de estructura en la parte final, las risas son casi constantes y no hay prácticamente momentos de anticlímax, algo muy de agradecer en una comedia al uso. Mi puntuación: 7 sobre 10. “Ocho apellidos vascos” se estrenó el pasado viernes en las salas de toda España.

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