jueves, 1 de noviembre de 2012

EL PROFESOR


Adrien Brody es Henry Bathes, un profesor que posee un auténtico don para conectar con los alumnos. Pero Henry prefiere ignorar su talento. Al trabajar como profesor sustituto, nunca permanece bastante tiempo en un instituto como para mantener una relación afectiva con sus alumnos o sus compañeros. Cuando llega a un instituto donde una frustrada administración ha conseguido volver totalmente apáticos a los alumnos, Henry no tarda en convertirse en un ejemplo a seguir para los adolescentes. Descubre que tiene una conexión emocional con los alumnos, con los otros profesores y con una adolescente a la que recoge en la calle. Por fin se da cuenta de que no está solo en su desesperada búsqueda de la belleza en un mundo aparentemente falto de amor y lleno de maldad.

Este film de estética y realización independiente, emotiva y a la vez reflexiva, pero alejándose del sentimentalismo barato e irreal de otras películas sobre profesores como “El club de los poetas muertos” (que tiene su indudable mérito, por supuesto), y centrándose en mostrarnos una realidad cruel, y a la vez esperanzadora. El protagonismo corre a cargo de un excepcional Adrien Brody que interpreta a un profesor sustituto que tiene escépticas ilusiones de hacer algo importante para sus alumnos, pero que pronto caerá en la dura realidad de un sistema corrupto y de los matices de cada caso en particular. En esta película, a cámara se mueve con ligereza, con movilidad, entre pequeños bamboleos que oscilan en su ejecución. Este bamboleo se entronca con el de muchos de los profesores creen en este punto que pueden marcha la diferencia, entrando en esa dualidad entre formar a los alumnos y no conseguir sus propósitos, que muchas veces aunque les cueste aceptarlo, no está en su mano. Paralelamente a esto, el personaje de Adrien Brody establecerá una peculiar relación con una alumna (Betty Kaye), pero además con una joven prostituta que se encuentra en la calle, donde encontrará a la persona donde volcar su necesidad de arreglar el mundo.

Se intenta reflejar con unos diálogos muy bien construidos el contexto en el que los alumnos vuelcan sus frustraciones en las personas que ellos perciben como enemigos, y que a su vez los mismos padres también vuelcan su incompetencia echando balones fuera en vez de afrontar que el problema raíz está en su casa: Al final, todo recae en el los profesores. Entramos ya en el apartado interpretativo: A la actual pareja de Elsa Pataky, se le suma en apariciones casi esporádicas un reparto de ensueño que integra a actores de la talla de Lucy Liu (dando vida a la psicóloga del centro), la exuberante Christina Hendricks (“Mad Men”), James Caan, Willem Petersen (“CSI: Las Vegas”), Marcia Gay Harden o Bryan Cranston (“Breaking Bad”). De todos ellos, el único que merece la pena enunciar es James Caan, que tiene un jugoso rol de profesor casi a punto de retirarse que en vez de estar de vuelta de todo se escuda en un humor socarrón que le hace manejar a los alumnos con mano dura. La sorpresa del film corre a cargo de la desconocida y joven Sami Gayle, que produce esa sensación de pena y frustración por ella desde el primer momento que la vemos en pantalla. Para terminar, hay que mencionar la única canción que sirve como soundtrack de la película, una gran canción que es ni más ni menos que “Empty” de Ray Lamontagne, uno de mis temas favoritos. “El profesor” se estrenó ayer miércoles en las salas españolas. Mi puntuación: 7,5 sobre 10.

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