martes, 12 de junio de 2012

EL PACTO


Cuando su esposa es brutalmente asaltada, Gerard (Nicolas Cage), un profesor de Nueva Orleáns, decide tomarse la justicia por su mano contando con el apoyo de un misterioso tipo llamado Simon (Guy Pearce), pero éste le exige un favor a cambio de su colaboración.

Nos estamos acostumbrando desde hace tiempo a que todos los productos en los que se involucra Nicolas Cage no consigan el estándar de calidad aceptable para considerarla una película digna. Aquí vuelve a ocurrir lo mismo. “El pacto” (cuyo título en inglés es “Seeking Justice”) carece de alma, es una película vacía cuyos protagonistas no logran transmitir emoción alguna, por lo que se limita a mostrar una serie de acciones mecánicas revestidas de intriga y acción. Sin embargo, nos encontramos ante un thriller sin suspense real. Nicolas Cage vuelve a interpretar aquí a un héroe de la calle que se ve involucrado en una trama a alta escala en la que él no debería estar involucrado. Esto sucede cuando acepta la ayuda de un extraño que le promete encargarse del hombre que acaba de violar a su mujer. A partir de aquí, la vida de Gerard entra en una espiral de intranquilidad y peticiones poco dudosas por parte de la organización que le ofreció su ayuda en ese momento tan duro. Hay como cierto halo de inverosimilitud en toda la narración, pero yendo paso por paso no encontramos grandes lagunas de guion, sino que esta apreciación más bien se sumerge en las actitudes de los personajes y en la manera de darlos vida por parte de los actores. Por eso he dicho en un principio lo de que el producto carece de alma. No hay grandes fallos evidentes, pero no conecta con el espectador, no suscita interés. Aunque en ciertos momentos parece que hay lagunas de información, no nos importa mucho el averiguar cuál es la respuesta a las incógnitas, y cuando lo averiguamos y se revela que el guion no tiene tantos pliegues, sigue sin importarnos lo que acabamos de descubrir.

Tal vez todo esto radique en el salto de fe que hay que hacer para creernos que en el primer tercio de película el personaje de Cage hace todo lo que hace casi sin planteárselo ni ponerse pegas a sí mismo. Además, tenemos a personajes que pasan de un lado a otro de la balanza con una facilidad poco plausible, como es el caso de Jimmy, el amigo de Gerard, que está interpretado por Harold Perrineau. Este, junto a Jennifer Carpenter, dan un toque de rostros televisivos al film que puede atraer a la gente a ir al cine, pero luego descubrimos que son personajes bastante planos, que solo sirven el primero para dar un giro que puede ser impactante pero poco verosímil, y la segunda para hacer de apoyo a las decisiones que ha de tomar Laura (January Jones). Uno de los elementos que podía salvar a la película era la aparición de January Jones (“Mad Men”), pero el personaje también se nos queda bastante relegado y carente de empatía ya que al principio es apartado por su marido en todo lo que les está pasando, y luego su aportación a la película pasa bastante de puntillas. El único actor que salva un poco los papeles es el enigmático malo malísimo interpretado por Guy Pearce. Como ejemplo para mostrar toda esta falta de suspense, decir que el clímax de la escena final se ve venir desde tres o cuatro minutos antes, dando la sensación de un film muy prefabricado y precocinado, que tiene sus giros de guion cocidos en el microondas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas populares