viernes, 25 de mayo de 2012

FOSTER


(SPOILERS SOBRE LA TRAMA)
Incapaces de concebir un hijo propio y sin posibilidades de adoptarlo, la vida de los del señor y la señora Morrison (Ioan Gruffudd y Toni Collette) da un vuelco cuando un especial niño de siete años de edad que dice llamarse Foster (Maurice Cole), inesperadamente se presenta en su puerta.

Con estos pocos elementos, y unos diálogos inteligentes pero también oportunistas, el director Jonathan Newman crea una película agradable de ver y de disfrutar, más incluso en periodo navideño. Se juega mucho a tocar la fibra sensible del espectador, pero sobretodo su principal baluarte se sostiene en su personaje central: un niño de siete años con la inteligencia y el comportamiento de uno de cuarenta, sin perder la ternura y la esencia infantil que le proporciona su físico. Sin embargo, esto a veces parece quedarse en un eterno gag. No quiere decir que los diálogos sean flojos, sino todo lo contrario: El joven actor y sus líneas de texto nos regalan muchos grandes momentos a lo largo del metraje. Sin embargo, se echa en falta un conflicto más potente y más claro en la película. Desde un principio tenemos claro que ese chico es una especie de “ángel” que está confabulado con el vagabundo (otro estereotipo de “ángel en la tierra” muy manido, pero que siempre funciona). En un principio creí que el conflicto iba a estar en que la madre (Toni Collette) le acepta enseguida tal y como es, pero el padre se muestra mucho más reacio: ahí había un conflicto que se podía explotar. Sin embargo, de forma elegante pero muy rápida, el padre también empieza a entrar en ese universo mágico en el que acepta a ese pequeño extraño como su particular “vástago”.

La elección del actor que da vida al niño de la película es enormemente acertada, ya que realmente parece un pelirrojo señor de cuarenta años embutido en un cuerpo de uno de siete. Aunque sí que hay que decir que a veces las frases son tan pedantes y rebuscadas que saltan al espectador al oírlas en boca del actor, como si las estuviera leyendo en un “telepromter” de informativos. El tono fantástico que va desde los personajes (un niño pequeño con enorme inteligencia tanto lingüística como emocional, o el vagabundo que parece saberlo todo) pero también la textura y los decorados, hacen de esta película un producto agradecido para disfrutar. A esto ayuda la poca duración del film, que oscila sobre los noventa minutos. Toni Collette está bastante correcta en el papel de Zooey, y Ioan Grufudd se pone en la piel del escéptico y más formal padre, haciendo de pared rebotadora de la complicidad que une a Foster y Zooey. Richard E. Grant da vida a Mr.Potts, el vagabundo que sigue el desarrollo de los acontecimientos, recordándome al más misterioso y excéntrico de los papeles de Christopher Walken, pero con un registro más comedido que le proporciona más verosimilitud a su rol. Mi puntuación: 7 sobre 10.

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