lunes, 31 de octubre de 2011

FOOTLOOSE


Remake de la película homónima de 1983 que narra la historia de un pueblo donde se prohíbe bailar rock & roll a los jóvenes. Un chico apasionado por el baile llega a un pueblo donde no está bien visto expresarse de esa manera. El motivo reside en una tragedia sucedida años atrás donde unos adolescentes murieron en un accidente de coche después de volver de una fiesta. Pero el baile y la música son algo inherente al espíritu de los jóvenes, que protagonizarán una rebelión reivindicando su derecho a disfrutar de la vida.

Esta versión dirigida por Craig Brewer (“Black Snake Moan”) capta totalmente la esencia de lo que debe transmitir un musical con reivindicación, pero no es un musical al uso. La música y el baile, es el centro, el corazón y el sentimiento de la película, que funciona como alegato en su defensa, un alegato en pos del derecho a disfrutar de los jóvenes. Todo este movimiento (el de reivindicación) me recuerda mucho al género del “exploitation” del cine americano, que más tarde se conoció como grindhouse. Este género se basaba en que los productores daban al público simple y llanamente lo que querían, que normalmente eran sustitutivos del sexo (violencia, desnudos en la playa, gore…). En este caso se trata del baile, una rebelión de las hormonas adolescentes, una respuesta a la represión y una necesidad de expresarse y que aflore su identidad, su forma de vida y toda la ira (en el buen sentido de la palabra) agenciada durante su etapa adolescente.

A nivel de trama, el romance emergente que se da entre la pareja principal (Ren McCormack y Ariel Moore, encarnados por Kenny Wormald y Julianne Hough) es de manual y llena de clichés, así como el personaje de novio original de Ariel (Patrick John Flueger), típica de películas adolescentes. Sin embargo, aquí, ni a Ren ni a Ariel se nos presentan como a los típicos buenecitos, sino que desde un principio se muestra su lado gamberro, contraponiéndose en cierto modo a la mayor brutalidad y aspereza del personaje encarnado por Flueger. Kenny Wormald no despunta pero cumple su papel dotándole de fuerza y potencia, haciendo gala de un gran magnetismo físico entre las adolescentes que vayan a ver el film, aunque siempre se te queda el pensamiento de que parece imposible que en la actualidad este papel no le haya interpretado la estrella de moda Zac Efron. Su “partenaire” Julianne Hough es un auténtico torbellino y se adueña de la pantalla en el momento en que sus caderas comienzan a moverse, es pura sensualidad, aunque no destaca tampoco por su interpretación. Sí lo hace el colega del protagonista, que aporta el elemento cómico, dando vida a un personaje peculiar y algo inseguro, que hará de apoyo emocional de este en su particular cruzada, mientras va cogiendo confianza en sí mismo y en su capacidad para el baile, a la vez que se destapa como el gran escudero del protagonista. Andie McDowell aporta su granito en un papel breve y olvidable como madre comprensiva y algo pasiva de la chica. Por último, Dennis Quaid realiza el papel de reverendo y de padre de Ariel, de un modo correcto y sustancialmente moralista, que acaba rendido ante la verdad del espíritu del pueblo. La verdad del baile y la música. "Footloose" se estrena este viernes 4 de Noviembre.

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