lunes, 27 de junio de 2011

CABALLEROS, PRINCESAS Y OTRAS BESTIAS


Thadeous (Danny McBride) se ha pasado la vida viendo cómo Fabious, su perfecto hermano mayor (James Franco), se ha embarcado en tremendas confrontaciones y se ha hecho con el corazón de su pueblo. Cansado de que la aventura, la admiración y el trono no llamen a su puerta, se ha resignado a una vida dedicada a fumar hierba de brujo, beber buen alcohol y seducir a doncellas desvergonzadas. Pero cuando Belladona (Zooey Deschanel), la prometida de Fabious, es secuestrada por el malvado brujo Leezar (Justin Theroux), el rey da un ultimátum a su hijo menor: sino la rescata, se acabó el mantenerle. Así pues Thadeous se une a Fabious en un peligroso viaje para liberar a la princesa. Les acompaña Isabel (Natalie Portman), una misteriosa guerrera con un peligroso objetivo. Los hermanos se enfrentarán a terribles criaturas y a caballeros carentes de honor antes de llegar a Belladona. Si Thadeous es capaz de sacar a la luz el héroe que lleva escondido en su interior, podrá ayudar a su hermano a impedir la destrucción del reino. Pero si le puede la holgazanería, no sólo será tachado de cobarde, también tendrá un asiento en primera fila para contemplar el amanecer de la Era de las Tinieblas.

Esta revisión humorística del género de aventuras es en definitiva una gamberrada adolescente, un sueño erótico prepúber hecho película de aventuras. Se trata en esencia de un gamberrismo bastante poco efectivo en la mayoría de los casos, que puede suscitar sonrisas en el target que se ha mencionado. El guión descansa en un humor muy chabacano y de humor sexual tan acentuado que solo se sostiene como travesura de un director nostálgico de su etapa adolescente. Tan solo algunas ventajas que da el no tomarse en serio el género ni las convenciones cinematográficas, en formas de gags concretos, funcionan en el film. Sí funciona también las localizaciones idílicas escogidas en el paisaje irlandés y las criaturas creadas digitalmente por los artistas gráficos de la película, causando impresión, hilaridad e incomodidad a partes iguales, como puede ser ejemplo claro el minotauro desnudo que aparece en la recta final de la narración. También merece una mención positiva la banda sonora que aparece puntualmente en la película, a medio camino entre la de “Piratas del Caribe” y la de la saga “Transormers”, a cargo de Steve Jablonsky.

En el lado más puramente interpretativo, me resulta algo incomprensible la participación en este proyecto de actores multipremiados como Natalie Portman, Toby Jones y James Franco en los papeles protagonistas. Tal vez vieron algo de un humor especial y desenfadado en el guión, que finalmente no se pudo trasladar a la pantalla, o del que fueron excesivamente optimistas. Pero al haber visto la película doy gracias a los motivos que encontraron estos actores para participar en ella, ya que es siempre un placer ver reunidos en cualquier film a Natalie Portman, James Franco, Toby Jones o Zooey Deschanel (deslumbrante y exuberante, gracias en gran parte a un vestuario muy acertado, unas características a la que la actriz no nos tiene muy acostumbrados). La película pone muchas de sus esperanzas en su protagonista, Danny McBride (que por otro lado también es coproductor), que es el elemento del que se intenta hacer de cierta manera cómplice gamberro al espectador. Si para el espectador el actor funciona, probablemente la película funcionará; pero si no es de su agrado tanto su forma de ganarse a la cámara como en su interpretación, probablemente la película no funcionará para él.

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