
De todo esto hay que decir que lo consigue por momentos: resaltar las interpretaciones de Verónica Sánchez, Pilar López de Ayala y sobretodo de la joven aunque experimentada Nadia de Santiago que se va ganando esta mención a medida que avanza la película; también indicar el desconcierto respecto al personaje de Blanca, cuya actriz hace un gran trabajo expresando todas estas sensaciones surrealistas, pero al que en algunos momentos del metraje veo indefinido y que tal vez por eso represente también la situación en la que estaba aquella muchacha. En la vertiente masculina, su reparto engloba unas características muy estereotipadas y en algunos casos demasiado fantasiosas (véase Félix Gómez), y adolecen del suficiente peso en la película (aunque en algunas de las elecciones del reparto se agradece este detalle).
La narración es algo irregular e incongruente por momentos: trata de evitar maniqueísmos aportando una sola escena bastante forzada en la que dos de los mozos del bando republicano fusilan a un hombre y su familia, el comportamiento de las 13 rosas en la cárcel (el director se escuda en la gran vitalidad y alegría de las jóvenes, junto a que era imposible de prever el destino al que se verían sometidas en breve) se asemeja más al de un patio de colegio que al de un cuarto inhabitable e inmundo, la banda sonora aunque muy buena abusa de su tema principal y resaltar esos minutos finales donde, como el director apunta que deben hacer todas las películas, se gana al público, gracias a la aportación de unas actrices que hacen olvidar el desarrollo bastante previsible de todas les escenas que le preceden.
www.las13rosas.com
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