lunes, 7 de febrero de 2011

TERRITORIO PROHIBIDO


Max Brogan (Harrison Ford) es un agente de inmigración estadounidense que se encariña con toda la gente que debe deportar. Su colega Hamid (Cliff Curtis), de origen iraní, trata de demostrar a su familia lo importante que es ser americano. Una abogada (Ashley Judd) intenta deportar a una chica de quince años, que ha sido acusada de terrorismo. Un joven judío (Jim Sturgess), a pesar de que no es creyente, utiliza la religión de sus padres para asegurarse un trabajo. Cole Frankel (Ray Liotta) abusa de su posición como supervisor de green cards para obtener los favores de una guapa modelo australiana (Alice Eve).

Esta película, realizada en 2009 pero que se estrena este viernes 11 de febrero, bucea de una forma muy directa con los problemas que supone para la población extranjera conseguir una tarjeta de residencia en Los Ángeles. Varias tramas que se vinculan de una forma muy superflua y que no tienen concesiones de ningún tipo: las historias se centran nada más en la historia que se quiere contar, sin salirse del camino fijado. Haciendo eso sí hincapié en lo que supone para la sociedad, en el papel que juegan en la educación y en la cultura del país, así como los prejuicios multiculturales y los deseos políticos, que convergen en un todo que conforman este problema tan acuciante. Sí se permiten ciertas licencias o salidas narrativas que no casan mucho con el espíritu general de la película, y que son los desnudos múltiples y hasta inquietantes de la actriz Alice Eve, en su papel de modelo que se está acostando con un hombre para lograr su tarjeta de residencia; además del entremés que nos regala el personaje de Jim Sturgess, que recurre de una forma cómica a su religión para conseguir trabajo, y que es la parte más distendida de esta historia múltiple. Todo el resto del relato es muy duro, y pese a que las líneas narrativas tratan del mismo asunto echo en falta una esencia unificadora más potente, que de cierta pregnancia al título, porque como unidades independientes hay algunas que sí funcionan con mucha fuerza (como la de la joven que ha sido acusada de terrorismo con sus implicaciones familiares, o la presencia de los valores culturales en la trama de Hamid), sin embargo otras se quedan más huérfanas, resultándome especialmente llamativa la de Harrison Ford, que parece muy desvirtuada, como si no se hubiera trabajado lo suficiente y estuviera ahí solo para tener una gran estrella como protagonista y alguien que unifique las relaciones entre personajes. Respecto a las interpretaciones decir que nos encontramos con un trabajo bastante serio y eficiente por parte de la mayoría del reparto, en el que sobresale positivamente el buen hacer de Summer Bishil, interpretando a la adolescente que acaban de detener por terrorismo, con una verosimilitud y un arraigo emocional muy emotivo, lo que se traduce en que su trama sea una de las que mejor resueltas estén.

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