Cinco ciudadanos de un país sospechosamente parecido al
nuestro, ven destrozadas sus vidas por la crisis económica. Sin nada ya que
perder, elaboran un enloquecido plan para salvar la economía española y
mundial: secuestrar al presidente del Banco Central y exigirle que todo vuelva
a ser como antes.
Isaki Lacuesta pretende aquí hacer una radiografía de la
sociedad actual española, haciendo hincapié en la crisis económica y moral que
asola nuestro país, bajo la estructura de una comedia de secuestros alocada y
de diseño punk. Es este un producto que dejará satisfecho a quienes tengan
ansias de venganza, aunque haciendo un análisis más detenido encontramos fallas
incluso en su objetivo. El film se me antoja ciertamente como una metáfora de
Podemos, un intento de lograr hacer lo que se tiene que hacer, que se desmonta
poco a poco por sus propios deméritos. Realmente lo más atractivo de la
propuesta son dos discursos, por un lado el que da Albert Plá cuando trazan el
plan a realizar después de salir de la cárcel, y por otro lado el de Jose María
Pou, el uno encarnado al brazo armado que debería despertarse en España dada
nuestra situación, y el otro la realidad de la complejidad que a todas luces es
insalvable de desmontar todo este sistema que nosotros hemos creado desde hace
tiempo. La acción, sin embargo, se vuelve alocada y sin ningún tipo de
fundamento, con momentos que pueden crear simpatía pero que en general produce
un efecto de tren descarrilado.
Por otro lado, es todo un ejercicio de metacine el poder contemplar
a tanta estrella patria junta en un intento desesperado por dar voz a un
mensaje, montándose al primer carro que han visto en ese sentido. Entre estos
nombres encontramos gente del nivel de Carmen Machi, Imanol Arias, Ángela
Molina, Luis Tosar, Emma Suárez, Eduard Fernández, Sergi López, José Coronado o
José Sacristán. Realmente es un grito rabioso de dar voz a un sentimiento,
pero han elegido el altavoz equivocado. En este mismo ejercicio de metacine lo
más destacable es la aportación del estrambótico e indefinible Albert Plá, que
además de hacer un discurso a su imagen y semejanza, crea gran parte de las
canciones del film, incisivas y en un tono melancólico y a la vez agresivo muy
elocuente. El quintento de protagónicos, aunque en algunos momentos con
historias particulares curiosas y que pueden crear empatía, se disuelven un
poco como conjunto, con un novel Iván Telefunken que está descafeinado, al
igual que Raúl Arévalo, que nos tiene acostumbrados a un talento mayor. Mi
puntuación: 4 sobre 10. “Murieron por encima de sus posibilidades” se estrena
el viernes 24 de abril en las salas españolas.
Crítica de Héctor Izquierdo.
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