Fioravante (John Turturro) es un hombre divorciado que vive
solo, no trabaja más que dos días por semana en una floristería y su vida
parece estar estancada. Cuando su mejor amigo Murray (Woody Allen), también en
una mala situación económica, le propone convertirse en gigoló de lujo para
poder repartirse las ganancias pronto llegan a un acuerdo. Todo cambia a raíz
de dedicarse a esta nueva profesión, que le permitirá volver a tener éxito
entre las mujeres y poder volver a encontrar el amor en su vida personal.
John Turturro dirige, escribe y protagoniza esta comedia con
una cierta reflexión sobre esa etapa de la vida que llega cuando ya no se es lo
suficientemente joven para seguir soñando pero tampoco lo suficientemente mayor
para tirar la toalla. Las dificultades laborales de los protagonistas les
llevan a optar por una nueva fórmula de trabajo, debido a que ambos se
encuentran en una edad que les va a resultar imposible poder mejorar su
estatus. La crisis de los cincuenta y la soledad juegan una baza importante en
la cinta, un lugar en el que se encuentra Fioravante donde ya ha abandonado las
grandes expectativas de su vida. Se encuentra estancado en un trabajo que casi
no le permite más que subsistir, el distanciamiento de su familia le ha dejado
solo en la impersonal ciudad que es Nueva York. El protagonista es un hombre
culto, que conoce varios idiomas y es un ávido lector; cualidades que no puede
compartir con nadie más que con sí mismo hasta que conoce a Avigal (Vanessa
Paradis), una viuda muy atada a las tradiciones semíticas.
La presencia de Woody Allen en "Aprendiz de gigoló" supone la
primera vez que el neoyorquino actúa en una película ajena desde hace más de
una década, y una de sus pocas apariciones en pantalla lejos de sus propios
proyectos. Aquí funciona como una baza
que siempre juega a favor de la historia, Murray conoce a Fioravante desde que
este último no era más que un crío y su relación es un amalgama entre la
amistad y lo paternofilial. Es su personaje quien funciona a la vez tanto de chulo
como de celestino. El componente multicultural de la película también parte de
su papel, puesto que pese a su origen judío está casado de segundas (o puede
que de terceras) con una mujer afroamericana más joven con multitud de niños, no
sigue el código hebreo de conducta, ni tampoco defiende su etnia dentro de la
comunidad. Una persona a la que cuando le preguntan si conoce a algún
profesional de la calle se dedica a convertir a su mejor amigo en uno para
poder lucrarse de este mundo. Murray es un personaje diseñado a la medida de
Woody Allen, a la vez estrambótico e inalterable, con una lívido que se intuye
imperecedera y sin preocuparse nunca en decir lo primero que le pasa por la
cabeza. Mi puntuación es: 6,5 sobre 10. "Aprendiz de gigoló" se estrena en las salas
españolas este miércoles 30 de abril.
Crítica de Sergio Cardete.
No hay comentarios:
Publicar un comentario