En la medianoche del 15 de agosto de 1947, Saleem y Shiva
nacen en el mismo hospital de Bombay. Es el día en el que India consiguió su
independencia y ellos dos, como otro millar de niños, son “los niños de la
medianoche”: la primera generación libre de la India, y poseedores de poderes
sobrenaturales. La historia de Saleem, como la de Shiva, intercambiados en sus cunas
al nacer, tendrá como trasfondo la convulsa historia de la India moderna, desde
su independencia hasta los años ochenta: poderes mágicos, amores prohibidos y
secretos de familia se entremezclan con guerras y golpes de estado en una
película que habla tanto de la historia de una generación como de la de un país
y una cultura extraordinarios: India.
Esta producción canadiense dirigida por Deepa Metha se
podría decir que es el particular “El laberinto del fauno” de la nación India.
La historia habla de la realidad india con una certera contemplación,
introduciendo un elemento fantástico que le dota de originalidad y que le da un
prisma de fascinación por lo conocido. La historia está vista, aun narrada por
una voz en off que da coherencia a las tres historias, a través de tres
generaciones de una misma familia. Y en estas generaciones, las historias de
sus personajes se entrecruzan y se fusionan de forma que queda claro que en
estas realidades no es posible analizar la situación desde un solo factor, sino
que son un compendio de circunstancias que están en continuo cambio y que se
tocan unas con otras. En este aspecto, en la película hay tiempo para el drama,
pero también para la comedia ligera (como la introducción del personaje del
abuelo, así como los primeros momentos de la relación con la que será su
esposa).
En este proponernos tres historias transformadas en una
sola, la película se hace algo larga en sus casi dos horas y media de metraje,
pero la delicadeza y el cuidado por los personajes con el que está hecho su
guion hacen de este producto algo liviano de consumir. La historia que culmina
la película, que no es otra que la del protagonista, es una historia de
concienciación, de asumir responsabilidades de una generación a la que se le
han dado unas posibilidades que otras generaciones no tenían, que se han visto
en un momento histórico del que tienen que dar cuenta propia. La generación de
los hijos de la medianoche. En esta narración entonces se mezcla la historia
con la fantasía, lo real con lo irreal, los sueños posibles con los sueños
imposibles. Mi puntuación: 6,5 sobre 10. “Hijos de la medianoche” se estrena el
5 de julio en las salas españolas.
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