jueves, 26 de octubre de 2023

ELS ENCANTATS

Tras su reciente separación, Irene (Laia Costa) se enfrenta por primera vez a la ausencia de su hija de cuatro años, que está pasando unos días con su padre. Incapaz de adaptarse a esta nueva realidad, decide viajar a un pequeño pueblo del pirineo catalán donde tiene una casa, buscando recuperar la seguridad y la calma que siente que hace tiempo ha perdido. Pero el lugar, que en el pasado fue tan familiar, se presenta poco a poco tan abrumador como su nueva vida y la acabará forzando a dejar de huir para enfrentarse a sus miedos.

No puedo dejar de pensar este título como la, últimamente, clásica película en la que se embarca Laia Costa. La actriz catalana, que se dio a conocer ya hace una década con “Pulseras rojas”, se está aficionando a interpretar este tipo de papeles protagónicos, siempre protagónicos, en roles con intensos conflictos sobre la maduración y los cambios de la edad, en películas con cierto aire independiente.  Me viene a la cabeza “Cinco lobitos”, “Only you” o “Maine”. En esta ocasión, está inmensa, se apropia de la pantalla a través de su aura. Su personaje, Irene, se ve obligado a pasar unos días sin su hija después de la separación con el padre, y lo que para ella debería ser un soplo de aire fresco y un salir de la rutina, se torna sutilmente en una confrontación con sus fantasmas, con el futuro que se dispone ante ella, las cosas perdidas y las cosas que nunca volverán.

El guion, a cargo de su directora Elena Trapé, pero también Miguel Ibáñez Monroy, gana fuerza a la hora de esconder información. Este elemento, puede ir en prejuicio del ritmo y del entendimiento del espectador al principio, pero que poco a poco va calando en el estado de ánimo de Irene.  Cada vez vas entendiendo más sus silencios, sus pausas, sus decisiones, sus aparentes salidas de tiesto. Los actores secundarios que dispone en el tablero de la película son como pinceladas puntuales en un cuadro en el que el color predominante siempre será Irene, pinceladas justificadas pero que no llegan a impregnarlo del todo. Aquí nos encontramos a esas típicas relaciones de nuestro lugar de origen, donde se mezclan sentimientos de cariño, de estupor ante los cambios, de sensación de que te has perdido cosas, de reflexión ante las distintas formas de ver la vida y de afrontar nuestras historias… Mi puntuación: 7 sobre 10. “Els encantats” se estrenó en julio en las salas españolas.

Crítica de Héctor Izquierdo. 

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