Un hombre misterioso (Toni
Servillo) se presenta a cuatro personas que han tocado fondo y quieren acabar
con todo para ofrecerles un trato: una semana para que vuelvan a enamorarse de
la vida. Su intención es ofrecer la oportunidad de hacerles ver cómo sería el
mundo sin ellos y ayudarlos a encontrar un nuevo sentido a sus vidas.
Paolo Genovese (“Perfectos
desconocidos”, “There is no place like home” o “Una historia de amor italiana”)
nos regala aquí su particular “Cuento de Navidad”, a través de un ángel
redentor de las navidades futuras, o al menos, de la semana futura. Los sujetos
sufrientes de esta buscada transformación no lo son en esta ocasión por su
crueldad o perversidad, sino por su hastío. Cuatro personas que no encuentran
motivos para continuar: una policía que perdió a su hija, un motivador
profesional en crisis existencial, un niño azotado por el bulling y una exatleta
postrada en silla de ruedas. El ángel en particular está interpretado por el incombustible
Toni Servillo (“La gran belleza”), que tratará por medios emocionales, pero
también mágicos de que estas personas recuperen su interés por la vida. En
el proceso, el guionista usa ciertas herramientas de trampantojo, ya que el deux
ex machina planea en vuelo raso para mostrarnos que en un futuro alguna de
estas personas iba a tener un hijo, o iba a encontrar el amor, o iba a
descubrir cosas insospechadas.
En este delicado
equilibrio, el relato adaptado de una novela del mismo director es un canto a
la vida válido y amable, pero algo tramposo. Cuando una persona llega a este
punto, precisamente el gran enemigo es que es capaz de ver más allá de su
presente y de su pasado, la falta de perspectivas, de escape mental a su oscura
realidad. En este uso de mostrar el futuro a pinceladas, en ponerles en un
contexto mágico que no es representativo de la vida media de una persona, coquetea
con la sensiblería en algunos momentos, pero en general se mantiene en un punto
en el que prefiere hablar de los personajes para desarrollarlos. La película
funciona mejor cuando esa catarsis de nuestros protagonistas se va forjando a
través del nexo que se produce entre ellos, en las conversaciones, las dudas,
las añoranzas, la complicidad entre individuos que han caído en el mismo pozo
sin fondo. Mi puntuación: 6 sobre 10. “El primer día de mi vida”
se estrena este jueves 6 de julio en las salas españolas.
Crítica de: Héctor Izquierdo.
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