Damián, Marcelo, Luciano y Facundo son cuatro amigos
treintañeros cuya relación está atravesada por tres grandes temas: la música,
la amistad y las mujeres. Damián, es escritor y guionista. Para recuperar a
Ana, su ex, escribió un guion de cine, cuya única copia pierde a manos de Vera,
una mujer muy particular que se entrometerá en su vida para empezar a
modificarla.
Como un buen monólogo, a veces las películas deben tener por
bandera una cierta tesis sobre alguno de los aspectos de la vida de las
personas para que marque la diferencia, o al menos para que genere cierto
interés: esto es lo que ocurre de forma inteligente y a la vez liviana con el
producto que nos encontramos. “Días de vinilo” habla de muchas de las
profesiones que están muy íntimamente entroncada con los sentimientos humanos,
de ciertos aspectos artísticos que están tan entroncados en la naturaleza y el
alma humano que a veces es imposible disociarlos: como la música, el cine, e
incluso los servicios funerarios. En esta sinestesia tan endogámica, las
conversaciones trascienden un apartado para servir al otro y viceversa. Todo
esto bajo el foco de la relación entre cuatro amigos que han evolucionado desde
una infancia aparentemente idílica, para darse de bruces con una realidad que
siempre han visto ligada a la música.
En estos términos, los guiños a elementos muy reconocibles
del mundo de la música y del cine son constantes, pero se hace de una forma muy
natural, nada forzada, en conversaciones que los amantes de estas artes han
tenido por doquier. Se juega mucho a la referencialidad, haciendo un pequeño
baile entre la ficción y lo real, los lugares comunes y lo original, intentando
establecer un equilibrio imposible. Los cuatro actores protagonistas, nombres
argentinos para mi desconocidos, están regulares exceptuando tal vez Rafael
Spregelburd, que se me antoja demasiado antiposicionado en su rol. A modo de
anécdota –que no es anécdota- tenemos la colaboración de Leonardo Sbaraglia interpretándose
a sí mismo, que actúa como pretendido alivio cómico, en un papel sorprendente y
que contraste con estupefacción con mi imagen del actor, por lo que el
resultado tiene todavía más potencia. Mi puntuación: 8 sobre 10. “Días de
vinilo” se estrenó este pasado viernes 13 de diciembre en las salas españolas.
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