
Raúl, un joven de 25 años, resulta elegido para protagonizar
un concurso sin precedentes: tendrá que vivir una semana en el edificio FNAC de
la plaza de Callao de donde no podrá salir bajo ningún concepto. Su único
contacto con el exterior será a través de las redes sociales. Su objetivo:
conseguir 100.000 fans. Sin embargo, muy pronto, ganar no será su única meta:
además de intentar conquistar a Lucía (una de las cajeras, de la que está
enamorado) y superar su miedo patológico a los espacios cerrados, Raúl tendrá
que enfrentarse a los inquietantes sucesos que tienen lugar en el interior de
la tienda por las noches.
La película de Lucas Figueroa se me antoja como irregular,
ya que es un compendio de muchos elementos divergentes: algunos atractivos,
algunos contradictorios, algunos salvables y otros simplemente fallidos. Nada
más comenzar el film, nos encontramos con un gran inicio, al vernos de lleno en
una especie de plano subjetivo guiado por el protagonista mientras pasan los
créditos, mientras el protagonista va paseando por Madrid hasta llegar al FNAC.
Casi ya desde este principio, la narración se mueve entre dos aguas. Funciona a
momentos, pero a veces notas que algún engranaje no acaba de estar bien
dispuesto. Tiene cierto plus de reconocimiento por parte del espectador, ya que
casi todo el mundo habrá pasado por dicha localización y sentirá un cierto
sentimiento de extrañeza cómplice que es un elemento más a tener en cuenta. Uno
de sus fallos manifiestos, es una resolución bastante floja y simplona: no se
apuesta al cien por cien por el terror fantástico y parece plantado de repente.
Uno de los aspectos más positivos, y que es bastante
evidente desde su campaña de promoción hasta en el resultado final, es el gran
diseño de producción que ha conseguido financiar de forma privada todo el
proyecto, teniendo como eje de acción las instalaciones del FNAC, lo que
probablemente nos habla del futuro hacia donde va la financiación del
audiovisual en estos momentos; aunque no me puedo quitar de la cabeza que en
este caso a veces este elemento juega en contra. En el apartado reparto
sobresale el personaje del primer hombre de seguridad, interpretado por Chani
Martín, alivio cómico necesario que funciona a la perfección pero que desaparece
en seguida. En el lado opuesto, no entiendo el porqué del acento andaluz de
Miguel Ángel Muñoz, que junto a una limitada producción de sonido en alguno de
los casos, hizo que me perdiera gran parte de sus parlamentos, aunque quizás
sea algo muy personal. Mi puntuación: 6 sobre 10. “Viral” se estrena el viernes
29 de noviembre en las salas de toda España.
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