
Manel (Igor Szpakowski) tiene diecisiete años y nunca habla
con nadie de lo que pasa en su familia. Nunca habla de que, por las mañanas,
cuando su padre se levanta, él ya está despierto. Nunca habla de los morados
que su madre tiene en diferentes partes del cuerpo. Ni tampoco habla del miedo
que él, su madre y su hermana pequeña sienten cuando están en casa con su
padre. Por eso a Manel le gusta ir al instituto, porque mientras está allí no
está en casa.
Lo primero que se te pasa por la cabeza después de acabar de
ver esta cortita producción es que es muy dura. La película es brutal en su
concepción, sin ninguna concesión para la esperanza, tal vez con la intención
de que sirva como profunda denuncia social ante estas situaciones y anime a
denunciar estos casos al menos vestigio de su aparición. El lema de la
película, que es sin duda moralizante, es este: si esperas un segundo más a
denunciar lo que estás viendo o estás viviendo, puede ser demasiado tarde. A mi
entender, el elemento del miedo que sufren las víctimas está mejor trabajado en
la película “No tengas miedo”, porque se hace de una forma menos cruda, pero
que da más pavor por esa misma razón, porque vemos como un hombre puede ser una
persona normal en un contexto social determinado y luego en casa como se
convierte en un verdadero monstruo.
En este paralelismo con la película de Montxo Armendáriz,
encontramos que aquí la participación del elemento catalizador, o sea el padre,
es mucho menor. El conflicto aquí se focaliza en el hijo, interpretado por Igor
Szpakoski (“Pulseras Rojas”), en vez de en el foco de las vejaciones, una
opción válida como cualquier otra y que saca partido en momentos concretos.
Vemos la degradación en la forma de entender el mundo de este adolescente, que
ve como se ve privado de una vida normal y que además de atender a sus
problemas como adolescente tiene que intentar sacar a su madre de una situación
que ella no parece poder salir. En el apartado de realización, encontramos un uso
muy particular de la música, que define mucho al personaje de Manel, ya que
continuamente estamos escuchando las canciones que lleva en los cascos como
modo de evasión, con ritmos muy machacones. Mi puntuación: 5,5 sobre 10. “El
miedo” se estrenó ayer 22 de noviembre en las salas españolas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario