“Person of Interest” ha vuelto triunfante con su tercera
temporada revelando en estos ya cuatro episodios de las nuevas entregas que todavía
tienen cuerda para rato, y que el universo creado por Jonathan Nolan y el
incombustible J.J.Abrams aun nos tiene reservadas varias sorpresas sobre las
peripecias de Finch y compañía.
Esta particular revisión de la ficción criminal
procedimental, que da una vuelta de tuerca a lo que puede ser “CSI” o “The
mentalist”, sigue sacando partido a sus particulares códigos que hacen que su
serie se diferencie de estas anteriormente citadas: ya no tenemos que averiguar
quién ha cometido un homicidio con un cadáver por delante, sino si la persona
que aparece bajo el número de seguridad social es la víctima o el agresor, y en
qué tipo de evento va a estar involucrado, con el tiempo suficiente como para
eliminar la amenaza. Por todo esto, las alternativas y juegos de giros de guion
se multiplican en esta serie, y esta tercera temporada sigue sabiendo jugar sus
bazas con la misma frescura que hasta ahora. En otro orden de cosas, la
temporada pasada se dejaba muy en alto la trama que tiene como epicentro a “la
máquina”, que parecía haber cobrado vida propia y haberse movido
autoconscientemente para evitar que las manos equivocadas se hiciesen con sus
mandos. En esta temporada, parece que la trama se va a desarrollar lentamente,
y no ha tenido mucha relevancia en este inicio, así como sucede con los cabos
sueltos de la historia de Recursos Humanos. En este segundo argumento, sí se ha
atisbado que los tiros irán en dirección a Carter (y en menor medida a Fusco),
ya que a pesar de haber sido relevada a agente en vez de detective, sigue
clamando venganza por la muerte de Beecher y además tiene como compañero de
patrulla a un topo de la organización.
La tercera temporada nos ha traído dos novedades bastante
evidentes: Por un lado, la ampliación de la particular familia comandada por
Harold Finch, que ha hecho como miembros regulares a la ex agente Samantha Saw
(una exuberante Sarah Shahi) y a la que parece ser la antagonista por
excelencia por encima del ya relegado a otras tareas Elias, que no es otra que Root
(Amy Acker). Esto ha supuesto, por un lado un incremento de la comedia sutil de
otras temporadas ahora encarnada en el choque de sexos y de pareceres (para
ejemplo, la continua disputa en la manera de proceder entre Saw y Reese); y por
otro lado que Fusco sea bastante más secundario que de costumbre, por un lado
por la llegada del personaje de Sarah Shahi y por otro porque la trama de Recursos
Humanos de momento no ha explotado. La otra novedad es la sorprendente ausencia
de flashbacks, seña de identidad de las dos pasadas temporadas, por lo que
parece que de momento no tienen más bazas que jugar en cuanto al pasado de John
Reese, Harold Finch o Joss Carter. Por todo esto, parece que las tramas
horizontales irán dirigidas a averiguar qué está haciendo la máquina, qué papel
jugará en su devenir Root y si averiguarán quien es el jefe de Recursos Humanos
y que fue quien encargó la muerte de Beecher (el futuro cobra más importancia
que le pasado, como sucedía en anteriores temporadas). Larga vida a “Person of
Interest”.
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