Santiago Tabernero, después de la
interesante y premiada “Vida y color” estrena en el festival de
la Seminci su nueva película: “Presentimientos”. Un thriller
emocional en el que una pareja se tiene que enfrentar a la irrupción
de lo cotidiano en sus vidas, donde los sueños realizados y los no
realizados juegan un papel fundamental en la historia. Por ello,
aprovechamos para entrevistar al director después del pase de prensa
de su película en dicho festival.
En tus propias palabras, ¿cómo
definirías la película “Presentimientos”?
Lo definiría como un thriller
romántico sobre las relaciones de pareja, sobre el amor, sobre el
amor después del amor, sobre qué sucede después del flechazo
cuando entra lo cotidiano y lo rutinario en la vida de pareja, cuando
de repente ella se queda embarazada y la casa se llena de pañales y
olor a cacas… (Risas) Y como sobrevivir el amor en esas
circunstancias. Entonces la película yo creo que es una metáfora
amplia sobre el amor, contado con una estructura de thriller de
suspense, porque ante todo es un alambicado o relato, con distintos
planos de narración, con saltos temporales hacia adelante y hacia
atrás, y todo ello para contar la vida de Félix y Julia.
El guion está coescrito por Eduardo
Noriega y por ti mismo. ¿En qué momento se involucró Eduardo y
cómo fue el proceso de creación?
Eduardo Noriega y yo somos muy amigos
desde hace mucho tiempo, yo que tenía ganas de trabajar con Eduardo,
de escribir juntos algo porque él como actor en todos sus proyectos
su planteamiento y su punto de vista era muy guionístico, y le decía
“Eduardo, tenemos que escribir algún día juntos un guion”.
Cuando leí la novela “Presentimientos” de Clara Sánchez pensé
que era el momento. Ha sido una experiencia de trabajo compartido
maravillosa. Yo he aprendido mucho porque él desde su punto de vista
de actor se enfrenta a los personajes y a su evolución de una forma
muy particular, y yo vengo del guion o del relato más tradicional y
juntos creo que hemos conseguido traducir a guion cinematográfico
una novela muy compleja como la de Clara Sánchez.
¿Qué te aportaba Marta Etura para
que te decidieras por ella como protagonista de tu historia?
Marta Etura es una de las actrices que
más admiro del cine español. Me encanta como actriz, y me encanta
su actitud ante sus personajes y ante su profesión. Es una chica muy
valiente, muy exigente y la he seguido toda su trayectoria. Recuerdo
que un año antes de rodar la película fuimos a verla al Festival de
Teatro Romano de Mérida dónde hacía una función, y me parece que
es una actriz de método, muy estudiosa y trabajadora. Y con el
personaje de Julia yo creo que hace un trabajo descomunal.
Curiosamente, a pesar de que todos coincidimos en que Marta es una
gran actriz, creo que nunca había tenido un personaje protagonista
de esta magnitud, siempre había hecho personajes más de reparto.
Entonces ella también creo que era consciente de esta oportunidad,
se enamoró del personaje de Julia, y le ha entregado un buen trozo
de su vida. Vino al rodaje con una preparación muy exhaustiva del
personaje y creo que a la vista está el resultado.
Como guionista y director de la
cinta, ¿tenías algún miedo en introducirte en el mundo de los
sueños, tan problemático y difuso a veces de cara a la comprensión
de la historia por parte del espectador?
Para mí era uno de los grandes retos
del proyecto. No quería hacer un mundo onírico claramente
surrealista. Yo creo que para que el espectador sienta inquietud por
el personaje de Julia tiene que creer que ella está en una tarea de
supervivencia, aunque sea en su coma. Y realmente ella, que no sabe
que está dormida, pelea por su pura supervivencia: no tiene dinero,
tiene hambre, no tiene documentación, está buscando a su marido y a
su hijo… entonces, para que el espectador pudiera entender eso,
emocionarse, y desear que le vaya bien a Julia teníamos que ser muy
cautos con qué grado de onirismo le dábamos al relato de Julia.
En ese tratamiento del mundo onírico,
¿se lleva entonces más allá respecto a la novela de Clara Sánchez
o se contiene más para crear la sensación de realidad?
Yo creo que hemos mantenido el espíritu
de la novela. En la novela también la trama de Julia es una
peripecia fundamentalmente de supervivencia. Queríamos por una parte
que el sueño tuviera elementos poderosos porque nos parecía que era
una apuesta muy bonita, y también tengo que decir que me gusta David
Lynch y Stanley Kubrick, y en ese sentido la película también es
una playlist de mis directores favoritos y un homenaje a ellos
(Risas). Quería jugar con lo onírico con mucha prudencia, pero a la
vez con ciertas libertades.
¿En qué momento del proyecto se
decidió que “Russian Red” formara parte intradiegética del
relato y no fuera exclusivamente quién ponía la banda sonora a la
película?
A mí la música me gusta casi más que
el cine. Adoro la música moderna y me gusta mucho “Russian Red”.
Y siempre quise que “Memory is cruel” fuera el tema principal de
la película. Es el tema que ella va escuchando en el coche en la
primera secuencia cuando va adormilada, es el tema del amante, es el
tema que suena al final en la última secuencia de regreso a Madrid…
Y cuando le pasé el guion, para que nos dejara usar “Memory is
cruel” nos caímos muy bien, simpatizamos, y dijimos: “Vamos a
dar un pasito más allá. ¿Te apetece hacer un cameo en la película,
te apetece ser la recepcionista del hotel donde trabaja Julia y que
Julia en su coma te haya situado en la discoteca de `La Felicidad´?
Eres la cantante de guardia, eres la cantante de La Felicidad”. Y a
ella le encantó, y de repente hizo una versión exprofeso para la
película de “Bámbola”, que me parece una preciosidad. Así que
estoy muy contento en este ámbito.
¿En qué aspectos crees que has
evolucionado desde tu anterior película, “Vida y color”?
Desde que hice “Vida y color” hasta
ahora sobretodo he estado en televisión, he hecho un montón de
proyectos muy variados, y he aprendido mucho, ha sido una experiencia
apasionante, muy feliz y a la vez muy dolorosa: ha habido días que
me quería suicidar y otros que me salían alas en la espalda
(Risas). He aprendido que no pueden pasar otros ocho años para
dirigir la tercera película, que como decía Orson Welles, hacer
cine es el scalextric gigante más increíble que se le puede poner
delante a un niño, y yo soy un niño.
¿Algún proyecto a la vista que se
pueda convertir en esa tercera película?
La verdad es que sí. Tengo un
proyecto, un thriller sobre la identidad: un hombre que descubre que
al otro lado del mundo hay alguien exactamente igual que él, o sea,
un doble. Se titula “Memorias de una sombra” y espero rodarlo en
dos o tres años.
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